Hace unos días, la planta de Farm Frites de zona norte se sumó a una serie de conflictos en el sector Alimentación que este año ha tenido como pico máximo el cierre de la planta Florida de Pepsico Snacks. En este caso fueron 2 despidos los que prendieron las alarmas, y la posibilidad de otros próximamente, los cuales se suman al malestar provocado por los rumores cada vez más fuertes de que la empresa mudaría a mediano plazo su producción a Mar del Plata (cualquier similitud con la jugada de Pepsico no es casualidad).
La respuesta del STIA fue la carpa en la puerta y garantizar una mejor indemnización para los despedidos. Al mismo tiempo, la planta de tostadas y grisines Riera, en el parque industrial de Pilar atraviesa una situación similar: despidos, bloqueos de portones y la exigencia de reincorporación inmediata de los 9 compañeros. En este caso es STIA provincia quien está al frente del conflicto.
Hay un común denominador de todos los conflictos que brotan en los parques industriales y cordones fabriles del Gran Buenos Aires: el envalentonamiento de las patronales para seguir profundizando la flexibilización laboral y los despidos, sabiendo que el gobierno de Macri avala con su reforma laboral que cada vez más trabajadores pierdan conquistas y derechos laborales ganados con años de lucha y organización. Más allá de conflictos parciales donde amagan luchar y defender a los laburantes, la conducción del STIA negocia con el gobierno, junto a la CGT, la aplicación de estas reformas antiobreras y antipopulares y deja solos a quienes quieren salir a enfrentarlas.
Es hoy más necesario que nunca, salir a enfrentar los despidos aunque la zanahoria de las indemnizaciones sea tentadora. Algunas fábricas no despiden pero implementan los retiros voluntarios. Debemos organizarnos por abajo con asambleas de base donde votemos el rechazo a la Reforma Laboral y la exigencia de que las conducciones sindicales se pongan al frente de está pelea. En el PSTU estamos al servicio de esta tarea.