El sistema capitalista utiliza las ideologías para explotarnos como trabajadores de la mejor manera posible. Y los medios de comunicación, al servicio del capital financiero, difunden, desarrollan y propagan esas ideologías.
La ideología machista es una de las principales armas de adoctrinamiento sobre las mujeres trabajadoras que tiene el capitalismo. Es entonces, que desde los medios de comunicación, se cosifica a la mujer, y se forman cuerpos de ideas dominantes acerca de qué es propio de la naturaleza femenina y qué no. Pero además y por sobre todas las cosas, son los medios quienes difunden la idea de cómo las mujeres debemos ser castigadas cuando no seguimos los patrones que se nos imponen.
Porque es la aplicación de una doble moral, en la que por un lado se insta a las mujeres a ser objetos felices del deseo masculino, a un tipo de mujer independiente que sale sola, que toma alcohol, que tiene sexo casual como forma de emponderamiento, que es pro activa y que es independiente económicamente, que debe centrarse como eje casi exclusivo de su vida diaria a verse hermosa y deseable para los otros, pero que por el otro lado debe ser recatada, no salir sola, verse realizada solo al momento de ser madre, ocuparse de las cuestiones domésticas de forma casi exclusiva además de ser una trabajadora exitosa.
Es entonces, en el marco de esta contradicción, en la que se nos empuja a ser más, a ser menos, a ser buenas y malas según los cánones moralistas y religiosos, a ser madres pero trabajar doce horas por día, a fregar el piso pero tener uñas radiantes, en fin, a ser todo lo que los otros quieren que seamos sin pensar un instante en qué queremos nosotras.
Porque si pensamos, entendemos que lo que no funciona es este sistema, que nos oprime y nos culpabiliza por ser mujeres, porque es la forma en que seremos más y mejor explotadas económicamente junto a nuestros compañeros varones en pos de sostener y garantizar la riqueza de unos pocos por sobre el cuerpo, la salud y la vida de todos nosotros.
Por eso tenemos que responder con organización conjunta. La organización que nos llevó a llenar las calles por Ni Una Menos. Pero acompañada de la pelea en los sindicatos para discutir las condiciones de trabajo de cada trabajadora. Que nos haga gritar también dentro de los centros de estudiantes y discutir sobre códigos de convivencia que nos obligan, por ejemplo, a usar guardapolvo en la escuela secundaria, culpabilizándonos del acoso por cómo vamos vestidas. Que nos meta en los barrios a pelear porque las comisarías tomen las denuncias. Que nos haga golpear las puertas de los canales de televisión para que la próxima vez que algún periodista diga “crimen pasional” se le retuerzan los intestinos porque sabe que lo vamos a ir a buscar. Esa es la organización y la pelea que queremos dar con vos.
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