La Legislatura de CABA votó una declaración basada en una resolución nacional impulsada por el Ministro de Relaciones Exteriores a cargo de Felipe Solá y el Frente de Todos, con apoyo del macrismo, que tiene como objeto rechazar (y eventualmente castigar) toda manifestación contra el Estado de Israel que haga referencia a su carácter fascista, así como los crímenes actuales y pasados contra el pueblo palestino(1).
Es decir, se trata de una declaración a favor del sionismo y del pacto Trump-Netanyahu, y es funcional al actual intento de anexión de los territorios de Cisjordania con acuerdo de EEUU.
El Gobierno de Alberto y Cristina deberá dar explicaciones por este hecho a muchísimos de sus seguidores, solidarios con la causa palestina.
Una polémica en la izquierda
En ese marco, los legisladores del FIT-U (PTS y PO) votaron favorablemente esa ley por equivocación, según declararon días después. Ante las críticas de muchas organizaciones se rectificaron, intentando explicar el origen de su error.
Nuestro partido publicó un artículo sobre esa situación, y en especial sobre el contenido de la justificación, que fue respondido por el PTS en un artículo cargado de adjetivos e insultos, que nada aportan al debate.
Nos explican que el FIT-U no es pro-sionista, y que eso está probado por el hecho de que, luego de la rectificación, la Organización Sionista Argentina les inició una causa por tener “una larga trayectoria antisionista y antiisraelí”. Pero más allá de los adjetivos, el PTS no responde a la crítica esencial que nuestro partido les hace.
Una cuestión previa
En su artículo, el PTS llama a la solidaridad con sus legisladores ante ese ataque de la OSA. Por supuesto, estamos en contra de ese ataque, y ya nos hemos solidarizado con los compañeros del FIT-U, poniéndonos a disposición de las acciones que determinen. En este punto, no puede caber la menor duda.
El eje del error
El PTS responde nuestra crítica en base a que cualquiera puede equivocarse (lo que es cierto), y tiene el derecho de retractarse (igual). Nos dice que los partidos del FIT-U siempre han luchado en solidaridad con la causa palestina, y contra los crímenes del régimen sionista. Que nuestra crítica solo tendría sentido si encontráramos “más de un error de estas características, estaríamos hablando de algo sistemático, de una orientación política”(1). Pero nuestra crítica no es esa.
Lo que les decimos es que el error cometido está provocado por una confianza global en los mecanismos de la democracia burguesa y el funcionamiento del parlamento, una actitud impropia de partidos que se reclaman leninistas. Veamos.
La declaración de los legisladores, dice que la razón del error es que “Se trata de una votación general y en bloque donde los temas no son analizado por separado y son entregados un miércoles a la noche para ser votados a la mañana del jueves, sin permitir un estudio a fondo de cada tema, un método absolutamente antidemocrático porque impide cualquier tipo de deliberación y debate”.
Las cosas no son tan así. El proyecto ya había sido denunciado por el Comité de Solidaridad con el Pueblo Palestino días antes. La legisladora de AyL, Marta Martínez, votó en contra y emitió una declaración explicando su voto. Los legisladores tenían la posibilidad de dar a conocer su posición por escrito.
Más que explicación, suena a excusa. Todos sabemos que es muy importante leer bien lo que se firma (o lo que se vota). Denunciar métodos antidemocráticos en el parlamento del régimen capitalista es suponer que podría tener otros métodos. Sencillamente los legisladores del FIT-U y sus colaboradores no consideraron importante estudiar a fondo lo que iban a votar, pero eso no fue obstáculo para aprobarlo.
La pregunta es sencilla. Si no lo pudieron estudiar, ¿por qué lo votaron? A ningún activista obrero se le ocurriría firmar un acta con la patronal sin leerla. Su actitud sería: “si no lo conozco, o no lo entiendo, por las dudas no firmo”. ¿A qué obedece lo que hicieron?
El criterio esencial que guía el desempeño de los parlamentarios de cualquier partido que se dice marxista revolucionario es la desconfianza de clase más completa, la independencia de clase y la denuncia permanente al Parlamento. Y en ese marco, como regla general (salvo contadísimas excepciones) no se votan leyes en unidad con los partidos del enemigo.
Sin embargo, las bancadas de los partidos del FIT-U no actúan así. La práctica sistemática es analizar caso por caso, y votar junto a partidos patronales en muchas ocasiones, todas aquellas en que estén “más o menos” de acuerdo. Las presiones del Parlamento sobre los diputados de la clase es conocida, y el único resguardo es un fuerte partido que las combata. Pero los partidos del FIT-U, lejos de combatir, alientan y reivindican esa práctica. Y en este caso, sí que hemos encontrado “más de un error de estas características, estaríamos hablando de algo sistemático, de una orientación política”. Por eso, es incomprensible que el error sea cargado a cuenta de los legisladores, cuando es un error del cual las propias direcciones de los partidos deberían hacerse cargo.
¿Por qué el PTS en su respuesta no responde a esta crítica, que es el centro de nuestro artículo? Porque no tiene manera de hacerlo. Entonces, prefiere desviar la cuestión hacia su “antisionismo comprobado”. No nos guían objetivos mezquinos, sino la educación de los activistas obreros y populares. Si quieren un debate serio, sin tanto adjetivo, por favor dígannos que estamos equivocados, que está bien actuar de ese modo en el Parlamento. Y justifíquenlo en toda la tradición revolucionaria, si pueden.
La prueba de los hechos
Por eso, todo se les vuelve en contra. Dicen que cualquiera puede equivocarse, que la cuestión es cómo se actúa ante los propios errores. Y citan a Lenin: “la actitud de un partido político ante sus errores es uno de los criterios más importantes y más seguros para juzgar la seriedad de ese partido y el cumplimiento efectivo de sus deberes hacia su clase y hacia las masas trabajadoras. Reconocer abiertamente los errores, poner al descubierto sus causas, analizar la situación que los ha engendrado y discutir atentamente los medios de corregirlos: eso es lo que caracteriza a un partido serio; en eso consiste el cumplimiento de sus deberes; eso es educar e instruir a la clase y, después, a las masas”.
Adherimos a ese método. El PTS y el PO, efectivamente, han reconocido su error. Pero ahí terminó su leninismo. El resto son excusas. Esta es la crítica central que hacemos, y que esperamos nos respondan.
(1)Ver nota “Una ley contra los derechos del pueblo palestino y la votación del FITU” de Victor Quiroga, página del PSTU (28/6/2020)
(2) “Nuestros errores y las críticas carroñeras” La izquierda diario (30/6/2020) ….
03 de Julio de 2020.-