Desde tiempos del macrismo (y antes también) todo el sector empresario empuja por cambios en los convenios y en la leyes laborales. La excusa son los altos costos laborales, la cantidad de trabajadores informales, la llamada “industria del juicio”. El objetivo real: acabar con conquistas históricas, formalizar las condiciones del trabajo informal. Y así aumentar las ganancias de las empresas con menores costos en salarios y cargas sociales en general.
Vale aclarar que pese a los llantos, los empresarios multimillonarios no dejan de hacer plata: las ganancias de varias empresas argentinas crecieron astronómicamente incluso en momentos “críticos”, como en la pandemia: en el primer trimestre de 2021, las ganancias brutas de Mercado Libre aumentaron un 361%, las de Grobocopatel (Agrícola) un 136% y las de Molinos Río de la Plata (Alimenticia) un 96%.
La avaricia empresarial viene por todo. Quieren imponer el banco de horas, reducir los costos de las indemnizaciones (para que sean más baratos los despidos y, en consecuencia, terminar con la estabilidad laboral). Y también amenazan el derecho a huelga para asegurarse que pasen estas medidas.
El salario no alcanza
Mientras el Gobierno se preocupa porque los empresarios ganen cada vez más, al pueblo trabajador nos alcanza para cada vez menos. La comida, los servicios y los alquileres no dejan de aumentar. Las grandes empresas deberían mostrar su contabilidad ¡a ver si realmente les va tan mal como dicen!
Además, como siempre que hay un Paro General, se lloran los millones que se pierden por el día de paro. Esto demuestra una sola cosa: somos los trabajadores quienes generamos la riqueza, no los empresarios.
Tenemos que luchar por nuestra dignidad
Esta realidad no se aguanta más y va de mal en peor. Hace años que vienen atacando no solamente nuestro salario, sino también derechos importantes que hemos conquistado por medio de la lucha organizada. Para colmo, quieren borrar de un plumazo el derecho a huelga, eliminando nuestra herramienta fundamental para conseguir todos esos derechos.
Tenemos que pasar a la ofensiva. Y pelear por un salario que deje de correr atrás de la inflación con paritarias que se reúnen cada 1, 3 o 6 meses. Si los precios se actualizan, así debe pasar con los salarios ¡Aumento de salario ya! Indexado para aumentar en base a la inflación.
En defensa de las condiciones laborales y el empleo, hay que establecer la prohibición de despidos y el reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial. Así se garantizará que trabajemos todos y con buenas condiciones. Así también hay que terminar con la farsas de los contratos temporales y las agencias, y establecer el pase a planta permanente de todos los trabajadores.
A las empresas que se nieguen a llevar adelante estas medidas, hay que expropiarlas y ponerlas a funcionar bajo control de los trabajadores. Para producir en base a lo que necesite la población y lo que venda el mercado.
Cómo organizarnos para luchar
El DNU y la ley ómnibus atacan directamente el derecho a huelga e incluso llegan al punto de restringirlo en diferentes ramas, como los estatales, salud, educación, alimentación, transporte.
Estas regulaciones tienen poco de nuevo. Desde hace tiempo que el Estado tiene atados a los sindicatos a través de la Ley de Asociaciones Profesionales. Así, nos impone como tenemos que organizarnos, funcionando como una camisa de fuerza para los trabajadores.
Para estar a la altura de esta pelea y de las que vengan, debemos luchar contra eso. La única ley que debe regular a los sindicatos tiene que ser que los trabajadores podamos organizarnos como queramos, y punto. No alcanza solamente con que los dirigentes estén a la altura. Hay que exigirles el plan de lucha, con medidas que afecten la producción. Pero a la vez tenemos que garantizar esas medidas desde abajo. Hacer asambleas en todos los lugares, formar comités o comisiones, grupos con las mejores compañeras y compañeros para garantizar las tareas que se hagan necesarias. Y al calor de esa organización, ir formando una nueva dirección que vaya a fondo con el enfrentamiento al ajuste y a los empresarios que siguen intentando hacernos pagar la crisis al pueblo trabajador.