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LUCHAS OBRERAS Y ORGANIZACIÓN: UN DEBATE CON EL ACTIVISMO

Las preocupaciones de ellos

Los partidos tradicionales pusieron bandera de largada a la campaña electoral. Todos los días se tiran con vacunas, muertos y contagios, con “persecución judicial” y noticias falsas (fake news). Es que, para los políticos del PJ, el PRO, los radicales y otros, la gran preocupación son los puestos de Diputados y Senadores en el Congreso. Empezó la pelea por el queso dentro de cada partido y los Diputados y Senadores que terminarán votando las leyes a favor de Chevrón, Paolo Rocca , Pérez Companc, o EL FMI, los verdaderos dueños del país. Estos empresarios ya están marcándole la cancha al Gobierno y legisladores: quieren Reforma Laboral a como dé lugar (ver página web).

Las preocupaciones de los trabajadores

Muy lejos de esas preocupaciones, la clase obrera y sectores populares vivimos la terrible miseria que se ha instalado en nuestros hogares. El hambre de nuestros pibes, el contagio y muerte de tantos obreros, enfermeras, maestras y sectores populares, los ataques patronales a los convenios. Las persecuciones a delegados y activistas y los despidos empujan para buscar una salida.

Y a pesar de la traición de los dirigentes de la CGT, las CTA y la mayoría de las conducciones de los sindicatos, desde las fábricas y lugares de trabajo se han largado a la pelea miles de explotados. Desde los trabajadores auto convocados de la Salud en Neuquén, que después de más de 50 días de lucha lograron quebrar el Pacto Social de los dirigentes sindicales estatales, los metalúrgicos de las empresas de Techint, los choferes auto convocados, los pasteleros de Bimbo y La Salteña, entre tantos, se enfrentan sin el apoyo de sus sindicatos a la brutalidad patronal y el dejar correr del Ministerio de Trabajo y el Gobierno.

El discurso electoral del Gobierno y la realidad

Alberto Fernández, desde que asumió viene asegurando que bajo su Gobierno los salarios le van a ganar a la inflación y que no permitirá despidos, pero la realidad es otra.

Los salarios durante los cuatro años de Macri perdieron más del 20% de su poder adquisitivo. Si sumamos los años de Alberto llega casi al 30%. “Ganarle a la inflación” este año, significará que lo perdido…perdido está. Pero lo peor es que más del 42% de los trabajadores está en negro a merced de los patrones que les pagan entre 25 y 30 mil pesos y no llegan ni a la canasta alimentaria, y que son despedidos sin piedad, sin ninguna protección sindical ni estatal.

Dentro de las fábricas y lugares de trabajo se vive una verdadera “dictadura patronal”, sin leyes, sin convenios, sin derechos y con sus dirigentes haciendo de capataces patronales. Esa es la realidad y no los discursos.

La organización del activismo

Los sindicatos hace mucho que han dejado de ser el lugar donde se reúne el activismo para organizar la defensa de sus derechos. “Si vas al sindicato te marcan o te echan”, alertan los compañeros. Salvo los delegados que tienen alguna cobertura legal (a veces), el activismo se reúne, en “la canchita” después de un picadito, en la sociedad de fomento o en la casa de algún compañero. De esas juntadas han salido las importantes luchas que se están dando. En algunos casos junto a los delegados que empujan y organizan, en otros el activismo se organiza y después recurre a los delegados para que se pongan a la cabeza, y en otros casos en contra del sindicato y de los delegados que frenan y patean en contra. A veces el “grupo” de whatsapp sirve para conectarse.

El valor de todas estas luchas es que son la expresión de la bronca acumulada por la voracidad patronal, la traición sindical y la decepción con un Gobierno que despertó expectativas y ya no. Es también la expresión de un proceso de surgimiento de un activismo que está dispuesto a dar pelea desde abajo contra los pactos de sus dirigentes con los empresarios y la bendición del Gobierno.

Un debate entre los activistas y luchadores

Por el momento, son luchas atomizadas, aisladas en muchos casos. Necesitan acercarse, acompañarse, solidarizarse y coordinarse con otras peleas, con otros lugares de trabajo y empresas, sin importar el gremio. Tienen que construir ese camino común, con mucha paciencia y decisión.

Hay algunos activistas y delegados honestos que no quieren abrirse, sacar el conflicto hacia afuera, “porque no quieren politizar la lucha”. Muchas veces esos argumentos son esgrimidos por dirigentes sindicales que no quieren que las bases escapen a su control. O como presión de la patronal que juega al desgaste.

Otros compañeros al ver la necesidad de salir del aislamiento, “fabrican” una coordinación entre dirigentes, pero que no se apoyan en la voluntad de las bases y así se cierra el camino de la construcción de una verdadera organización fuerte y democrática.

Tenemos que abrir un debate entre los luchadores, los activistas y delegados. ¿Cómo fortalecer las luchas que hoy se presentan aisladas? ¿Cómo construir una coordinación que tenga fuerza en la base y logre golpear dónde más le duele a las patronales: parar la producción? Las peleas que se vienen serán mucho más duras. Si se quiere derrotar los ataques patronales, el ajuste del Gobierno y recuperar lo perdido, vamos a necesitar una fuerte coordinación, planes de lucha decididos en asambleas y con medidas de acción directa, comités de lucha para garantizar que lo que se decida, se cumpla. Algunos se los deberemos arrancar a los dirigentes y a medida que se fortalezca y extienda la organización, esos planes saldrán desde las asambleas conjuntas de los trabajadores en lucha. Este es el verdadero debate que tenemos que hacer.

Mientras tanto se impone llevar la solidaridad, el apoyo a las luchas, dirija quién dirija, porque lo fundamental es acompañar la experiencia que están haciendo los trabajadores con las patronales y el Gobierno