Hace más de una década que los 25 de Noviembre, en muchos países del mundo salimos a las calles para homenajear a las hermanas Mirabal, activistas por los derechos de la mujer que fueron asesinadas en República Dominicana por la dictadura de Trujillo en 1960.
Este año, el homenaje que llevamos adelante como Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia la Mujer estará teñido de grandes luchas femeninas que sacuden al mundo en estos últimos meses. No será una jornada más, será un día de lucha internacional que contará con la participación de miles de mujeres en muchos países. Miles de voces y puños levantados contra los atroces femicidios, contra las violaciones en grupo que transmiten por las redes sociales, contra las muertes evitables por el aborto ilegal. Cantos reclamando justicia por muchísimas mujeres y niñas secuestradas por redes de trata, gargantas afónicas exigiendo que frenen los planes de ajuste.
Desde hace ya tiempo las mujeres nos levantamos y nos hemos puesto a la vanguardia de las movilizaciones, en especial las trabajadoras y jóvenes que son las que reciben las peores consecuencias de la aplicación de los planes de ajuste y austeridad, porque salimos a denunciar que también sufrimos violencia al cobrar menos por el mismo trabajo, al ser despedidas ante la brutal crisis, al no poder alimentar a nuestros hijos o cuidar a nuestros viejos.
Sufrimos violencia cuando en lugar de tener más jardines y guarderías, los gobiernos de todos los pelajes pagan la deuda externa, ajustan a los trabajadores, atacan la educación pública y la salud. Nos violentan cuando quieren retrasar nuestra jubilación y además nos pagan monedas.
Aunque los poderosos quieran callarnos nuestros reclamos son escuchados por el pueblo, y nuestros compañeros, hermanos, padres, parejas se sumaron a nuestras movilizaciones dándole más fuerza aún. En las calles de Egipto, India, el Estado Español o Argentina, el pueblo movilizado dijo ¡presente! Y se sumó a luchar con las mujeres, mostrando en los hechos que la lucha es una sola, que terminar con la violencia es tarea de todos los trabajadores porque debemos terminar con toda la desigualdad de este sistema.
Este día no nos sentiremos solas al salir a marchar contra la violencia, estaremos gritando en Argentina junto a las mujeres de Islandia que paran por la igualdad salarial, a las polacas que reventaron las calles por el derecho al aborto, a las que en EE.UU. preparan una movilización para el día en que asumirá Trump, las mejicanas, paraguayas, peruanas, españolas y francesas que gritaron también ¡ni una menos! el pasado 19 de octubre. Compartiremos una jornada de lucha junto a las trabajadoras brasileñas que este 25N estarán protagonizando una huelga general contra el ajuste de Temer y por los derechos de las mujeres.
Estaremos marchando, parando, luchando junto a los trabajadores, marcando el rumbo, enfrentando a los gobiernos y diciendo bien fuerte en todo el globo: ¡basta de violencia machista!