A partir del 10 de diciembre comienza el nuevo gobierno de Macri con promesas de cambio, pero todos sabemos que el ajuste llegó hace rato y que vino para quedarse. Todos sabemos que para los jóvenes y los trabajadores la cosa está aun más difícil. Tenemos los peores trabajos, los peores salarios y los más altos índices de desempleo; la mayoría de los jóvenes trabajamos en negro, con contratos basura o tercerizados. Para muchos estudiar en la universidad es sólo un sueño, y si lo hacemos, todos los años nos encontramos con que hay menos becas y que los precios de los materiales y transporte siguen subiendo.
Y ni hablar si además somos madres, no hay guarderías en ningún lado y lo más probable es que nos echen de nuestros trabajos o no podamos seguir estudiando. Alquilar un departamento se pone cada vez más difícil y es imposible el sueño de la casa propia que quizás era factible para algunas generaciones atrás.
Inclusive antes del ballotage ya sabíamos que esto sería así: con Macri o con Scioli el ajuste se venía igual. Por eso, ninguno de los dos nos entusiasmaron y algunos eligieron votar al “menos peor”. Otros directamente los rechazamos votando en blanco.
De hecho, los sectores políticos que ellos representan ya desde hace tiempo que vienen trabajando juntos, votando la mismas leyes en las cámaras legislativas, como la NESC (Nueva escuela Secundaria) que recortó presupuesto y más de 150 orientaciones en las escuelas secundarias de Capital.
Más recientemente, tras el triunfo de Macri, Scioli ya le comunicó que “cuente con él para lo que necesite” y Cristina declaró que “va a seguir estando” y que va a “sostener la gobernabilidad”. Es que más allá del conflicto de novela que desató la ceremonia del paso de mando, sabemos que ambos sectores cooperarán manteniendo un pacto de gobernabilidad en el próximo periodo, como lo vienen haciendo desde hace años.
¿Y ahora quién podrá defendernos?
A diferencia de lo que expresan en sus declaraciones algunos sectores del kirchnerismo como Nuevo Encuentro, que llaman a confiar en Cristina como líder de la oposición y esperar hasta el 2019 para volver a votar, nosotros sabemos que no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando 4 años. Tampoco podemos hacer, como dice Patria Grande, esperando a ver si el pueblo “está a la altura de lo que se viene, tras darse un buen debate de lo sucedido”. Es necesario organizarnos ya. ¡No podemos dejar pasar el ajuste sin enfrentarlo!
Vos, que votaste a Scioli, a Macri o en blanco esperando que las cosas mejoren, ¡vení a tomar esto en tus manos con nosotros! ¡El voto no alcanza! Es necesario organizarnos junto con los trabajadores para manifestarnos activamente en contra de la profundización del ajuste de Macri. No podemos confiar en este gobierno que de entrada lo único que promete son más ataques a nuestras condiciones de vida.
En el mundo, la juventud viene demostrando que sí se puede
En Brasil, los jóvenes de San Pablo se organizaron contra el cierre de 93 escuelas, tomando más de 150 secundarios. A partir de estas medidas de lucha, Alckmin, el gobernador del Estado de San Pablo, tuvo que echar para atrás su plan de “reorganización” que implicaba dejar a más de 311.000 alumnos sin escuela. Otro ejemplo cercano son los jóvenes de Paraguay, que con más de un mes de movilizaciones y asambleas permanentes, consiguieron hacer renunciar al rector de la Universidad Nacional de Asunción y a los decanos de siete facultades avanzando en el desmantelamiento del sistema de corrupción que impera en las universidades nacionales de su país. En Medio Oriente, son los jóvenes palestinos quienes enfrentan en primera fila el ataque del Estado sionista de Israel de manera independiente de cualquier dirección vendida, arriesgando su vida en defensa de su territorio y de su futuro.
Por eso, es indispensable no detenerse en lamentos y empezar a preparar la pelea contra la profundización del ajuste ya en curso. En nuestros lugares de estudio y de trabajo, en asambleas y movilizándonos en las calles.
Si no nos organizamos, el Gobierno, acatando todos los planes que les exigen el imperialismo y las patronales, nos van a seguir saqueando con más endeudamiento, con más privatizaciones, con más empresas extranjeras que explotan nuestro territorio. El pago a la deuda externa, que Macri ya prometió a toda voz, significa para nosotros mayor flexibilización laboral, menos presupuesto para educación y menos posibilidades de un futuro mejor.
Los ejemplos de las luchas de los jóvenes en todo el planeta nos demuestran que con unidad y organización es posible derrotar los planes que los distintos gobiernos tienen para nosotros.¡Sigamos el ejemplo de los jóvenes a nivel mundial!
¡Unidad de los trabajadores y estudiantes para enfrentar el ajuste y organizar la resistencia!
Los jóvenes y los trabajadores no vamos a pagar su crisis.
Desde la Juventud del PSTU te invitamos a dar juntos esta pelea.