El 17 de mayo, fallecía Ramona Medina por covid, luego de denunciar la falta de agua y atención en la Villa 31. En lo que va de la pandemia-cuarentena se produjeron casos similares. El último fue el viernes pasado, en CABA. María Rosa Lencina, de 27 años y embarazada de 38 semanas, casi un embarazo terminado. Vivía en el Barrio Mujica, ubicado en la Villa 31.
El viernes ingreso al hospital Fernández con fuertes dolores, luego de esperar mas de 2 horas la ambulancia, la tuvieron allí por mas de 10 horas pero sin ofrecerle una camilla o silla de ruedas, se ubicó en un lugarcito con sus bolsos y con ayuda de su tía. Luego de hacerle estudios de sangre y orina, la mandaron nuevamente a su casa por “maricona» y que esos dolores eran normales, le dieron unos calmantes. Al día siguiente su tía la vuelve a llevar al hospital porque sus dolores persistían y cada vez mas fuertes. Llamaron al SAME pero no había ambulancias disponibles, producto del covid19. Un vecino, remisero, del barrio las alcanza al hospital pero esta vez al Rivadavia, ni llegaron a pisar el hospital y el personal de seguridad da aviso al doctor que “vienen de la villa y que todos están infectados”. Pero los médicos y enfermeras la ingresan a quirófano, durante largas horas no se sabía nada de María, hasta que uno de los médicos da aviso a la tía que no pudieron hacer nada para salvarlas . Un fin de semana lleno de dolor, rabia y un vacío que queda para el resto de nuestras vidas porque dejaron morir a María.
María, había llegado a Buenos Aires cuando era pequeña, con su tía. Sus padres quedaron en Jujuy. Activista en el barrio, una de las miles de mujeres y jóvenes que nos movilizamos contra la violencia machista e institucional, madre de Facundo de 5 años.
Su familia y allegados realizaron una denuncia por abandono de persona y discriminación pero aún nadie se acerco a hablar con ellos.
El caso de María, tristemente tiene varios ejes en cuestión: Por un lado, la violencia obstétrica, con tratos deshumanizados por parte del personal de salud, algo que muchas veces esta in visibilizado, así como también la violencia ginecológica, que puede llevar a la muerte o tener secuelas importantes para la vida misma. Todo esto es producto del deterioro del propio sistema de salud, luego de años y años de vaciamiento, prevaleciendo las ganancias de las grandes industrias farmacéuticas y obras sociales privadas por encima de nuestras vidas, con un personal totalmente alienado, y que dicha pandemia saca a la luz. Mientras las muertes por covid aumentan, vemos como les mismos mediques y enfermeres denuncian la falta de insumos y cuidados para atender las necesidades del pueblo trabajador. Por otro lado, el abandonó de persona y discriminación por su condición social, en otras palabras, un problema de clase. Por vivir en la Villa 31, lugar tan estigmatizado y negado por una gran parte de la sociedad, incluso dar por sentado que todes les que viven allí están infectados por covid. Por ser pobre.
Desde Lucha Mujer y el PSTU volvemos a decir que la violencia hacía las mujeres no es solo femicidios o golpes, sino también la violencia estatal. Incluso decir violencia estatal es insuficiente, queda corto para poner en palabras lo que las mujeres y disidencias de la clase trabajadora padecemos en está sociedad. A María la mató la desidia estatal, reflejado en las distintas instituciones. Ni el gobierno de la ciudad de Larreta, ni el gobierno Nacional encabezado por Alberto Fernández pudieron ni pueden llevar adelante políticas públicas que realmente sean efectivas, que realmente podamos hacerle frente a esta crisis económica y pandemia. Hacemos responsables al gobierno por la muerte de María. No podemos naturalizar hechos aberrantes como estos, debemos exigir completa cobertura de salud para todo el pueblo, con perspectiva de género. Aumentando el presupuesto de los servicios públicos de salud y la expropiación de hospitales privados. Son ellos o nosotras, no hay punto medio. La única salida es organizarnos por abajo, en cada barrio, en cada lugar de trabajo, por medio de la creación de comités o comisiones que tomen en sus manos nuestras demandas y pelear por ellas. Así como también exigirles a las centrales sindicales y organizaciones sociales que tomen estas demandas y le exijan al gobierno todas las condiciones necesarias para las familias obreras, garantizando el pleno acceso a los servicios como luz, agua, gas e internet y poner en funcionamiento las salitas y centros de salud que se encuentran en cada barrio, por un sistema de salud que responda a la maternidad y necesidades del pueblo.
03 de Agosto de 2020.-