¿Sororidad o repudio?
Mirá la foto que acompaña esta nota. Son varias de las mujeres más poderosas del mundo, en el W20 2017, en Berlín: Christine Lagarde, presidenta del FMI, Ángela Merkel, Canciller de Alemania, Ivanka Trump, hija del presidente yanqui, Máxima Zorreguieta, Reina de Holanda.
Parece broma, aunque es trágico. Mujeres emblema de organismos internacionales y países imperialistas y de la realeza parásita, causantes de la explotación y opresión de millones de trabajadoras y trabajadores y de pueblos enteros, se postulan representantes de los derechos femeninos.
Son las defensoras del muro que Trump exige a México, son quienes separan de sus hijos a las madres inmigrantes pobres en la frontera, para luego encerrarlos en jaulas. Son las predadoras del continente negro, cuya población empobrecida busca refugio en la “democrática” Europa, que los hacina en sórdidos campamentos. Son las que orquestan el saqueo de nuestras riquezas y las de toda América Latina.
En pocos días algunas de ellas estarán en Buenos Aires para el W20 2018.
Macri invitó especialmente a Máxima Zorreguieta, de Holanda (Países Bajos), celebrada como la primera “reina argentina”. Su familia es amiga de los Blaquier, aliados de la dictadura, corresponsables de los sucesos de 1976 conocidos como “la noche del apagón”, en que fueron secuestrados cientos de trabajadores, la mayoría del Ingenio Ledesma. El padre de Máxima, ya fallecido, fue un importante funcionario del régimen genocida, por lo que se lo declaró “persona no deseada” para la Casa de Holanda y se lo marginó incluso del casamiento de su hija. Y la misma Reina tuvo y tiene lazos familiares y laborales con parientes de militares represores.
A Christine Lagarde la tenemos muy presente por su rol en el FMI, que nos deja sin trabajo, salud, educación, vivienda y nos condena a “deuda perpetua”.
Muchas agrupaciones feministas y también algunos partidos de izquierda defienden la “hermandad de las mujeres”. Que nos expliquen qué “sororidad” puede haber con mujeres como Máxima o Lagarde. ¡Ninguna! Tenemos que organizarnos con la clase trabajadora para que ellas, el gobierno de Macri que las sirve y su pérfido FMI nos saquen las garras de encima.