Este 30 de abril se realizaron las elecciones municipales en San Rafael, Tunuyán, Lavalle, Maipú, Santa Rosa, San Carlos y La Paz en la cual el porcentaje de votantes del padrón fue del 65% aproximadamente.
Como una película que ya hemos visto, pero esta vez con otro título, mientras el pueblo obrero continúa sumergido en un laberinto sin salida en medio de una tremenda crisis, los dirigentes políticos, responsables de trabajar para garantizar el bienestar del pueblo, ocupan el centro de atención del país por las próximas elecciones. Y tratando de convencer con discursos abrumadores a quienes ya no creen más en la clase política.
Mendoza no está al margen. Como ocurrió anteriormente, varios políticos decidieron abandonar sus partidos originales con los que llegaron a ocupar cargos municipales o provinciales, traicionando a muchos seguidores que no salen de su asombro. Claro ejemplo es el diputado provincial José Luis Ramón, que usurpó el partido Intransigente, integró bloque en Cámara de Diputados Nacionales junto al radicalismo y terminó asociado al kirchnerismo.
Una provincia donde crece el hambre
Mientras continúan las disputas electorales, la pobreza aumenta constantemente. Según datos obtenidos el Banco de Alimentos (organización que recibe y distribuye alimentos a comedores, uniones vecinales, agrupaciones barriales, personas en situación de calle) tiene sus registros desbordados de instituciones que quedan en lista de espera para ser asistidos. También vemos oficinas de ANSES colmadas de personas que buscan acceder a algún plan asistencial.
La oligarquía enquistada en Mendoza se encarga de ocultar la realidad de la provincia, es la misma clase que organiza la marcha anti-entrega de tierras a pueblos originarios. Empresarios que han dominado por años el mercado laboral, son los mismos que sostienen que el futuro de la provincia está en la minería. Son los mismos que “colaboran” con la policía para reprimir las protestas de los trabajadores en las calles. Casualmente los mismos que desvían causas de jefes policiales y jueces corruptos. Los que también encarcelan y persiguen a luchadores/as referentes de organizaciones sociales y partidos de izquierda.
Hay otra salida
Nuestra lucha es dispar ante el aparato estatal, eso lo sabemos muy bien, pero es una lucha genuina, anticapitalista, antiimperialista la que debemos llevar adelante para lograr imponer que se resuelvan las necesidades más inmediatas del pueblo trabajador. Desde el PSTU estamos comprometidos con esta causa y proponemos una salida socialista a la crisis.
Entendemos que sólo movilizado el movimiento obrero logrará imponer un gobierno de los trabajadores al servicio de sus necesidades más urgentes y no a través de las elecciones burguesas.
Ponemos a disposición al PSTU como herramienta para llevar adelante esta tarea.