other

“El miércoles negro» marca el camino

El grito de justicia por Lucía y el #NiUnaMenos nuevamente se hizo sentir. Ni la lluvia incesante  pudo contener la bronca y la indignación. Fue una jornada histórica, en nuestro país y en el mundo, de esas que quedan grabadas en la memoria popular. Porque el machismo y la violencia contra la mujer no reconocen fronteras; y así fue la respuesta. (Ver págs. 4 y 5)

Horas antes, en los lugares de trabajo miles de trabajadoras y trabajadores desafiaron la tregua de las organizaciones sindicales y tomaron la lucha en sus manos.
Todo quedó bien clarito. Mientras los dirigentes de la CGT, de la mano del Papa Francisco se sentaban con el gobierno a pactar unas migajas a cambio de dejar pasar el ajuste y entregar nuestras conquistas; las trabajadoras tomamos la delantera y logramos que las bases hagamos asambleas, cortes, paros parciales de la producción, etc.
Las organizaciones populares, junto a los estudiantes y docentes que venían de protagonizar tomas de escuelas contra el “Operativo Aprender” y las reformas que atacan a la escuela pública, hicieron otro tanto. (Ver págs. 10 y 11)
Aunque desde los medios intentaron ocultarlo o relativizarlo, en las marchas sentimos como se acumula la bronca contra el gobierno. Nuestras gargantas quedaron afónicas, sepultaron con hechos contundentes a quienes dicen que no es momento para impulsar medidas de lucha, y multiplicaron aquello que se viene discutiendo en nuestros lugares de trabajo: esto no se aguanta más, para defender nuestras familias, los trabajadores necesitamos un paro general y un plan de lucha para derrotar el plan de Macri.

Mientras la CGT se “sienta” y nos entrega….

Una vez más, los dirigentes de la CGT están jugando un papel vergonzoso. El mismo día de la multitudinaria marcha se sentaron en “la mesa del diálogo entre la producción y el trabajo” que propuso el gobierno. Como ya denunciamos, levantaron el paro por migajas, a cambio de sentarse a negociar conquistas que costaron años de lucha y sangre obrera.
No hubo sorpresas. El gobierno y los empresarios pusieron sobre la mesa aquello que habían hablado días antes en el coloquio de IDEA en Mar del Plata, ese encuentro que reúne a los empresarios más importantes del país donde la única “idea” que se repite es la de avanzar con el ajuste para garantizar sus ganancias. Una vez más, el empresariado volvió a pedir medidas para garantizar la productividad. (Ver artículo en AS 118).
A su vez, este acuerdo fue sellado en la cumbre de Macri con el Papa Francisco en su gira por el Vaticano. De allí provienen las gestiones realizadas por la Iglesia católica para garantizar la tregua de las direcciones sindicales y su participación en la mesa junto a las organizaciones sociales.
En concreto, los capos sindicales se comprometieron a iniciar las negociaciones que piden los empresarios: mayor flexibilidad laboral, limitar los juicios laborales, rebaja salariales para achicar los costos, etc.
A cambio, se levantaron de la mesa con casi nada. El Gobierno les negó la posibilidad de implementar cualquier medida para frenar los despidos y no se habló de una verdadera recomposición salarial que equipare el aumento de los precios durante el año.
Lo único que se llevaron es la promesa de un bono de referencia de $ 2000. Pero al instante ya empezó a desnudarse la mentira. El ministro Triaca aclaró que se trata de un plus no remunerativo otorgado por única vez, que no alcanza a los trabajadores estatales y las provincias, que el mismo no es obligatorio para las empresas, sino que se debe negociar según las circunstancias de cada sector. Obviamente, varias cámaras empresariales ya se han salido al cruce diciendo que se niegan a otorgarlo.
Mientras tanto el gobierno impulsa un presupuesto para 2017 a la medida de su plan de ajuste (ver páginas centrales); y las empresas en complicidad con la justicia redoblan la persecución a los luchadores que enfrentan los ataques patronales preparando el terreno para implementarlo (ver pag. 3).

… los trabajadores se levantan

En contraposición a la entrega descarada que están armando, aparece la exitosa jornada de lucha que logramos en el “miércoles negro”. Más allá de las limitaciones en la propia convocatoria, fue un paso significativo en el camino de lograr organizar la pelea desde abajo y romper la tregua que nos imponen desde arriba.
Hay que aprovechar el impulso para seguir apoyando y desarrollando las luchas en curso. Debemos unificar los reclamos en defensa de nuestras vidas, contra los femicidios y la violencia contra la mujer con todos aquellos reclamos que son sentidos por el pueblo trabajador y enfrentan el plan de Macri.
Y a este plan hay que enfrentarlo ahora, desarrollando la máxima unidad en la lucha. No puede haber excusas. La realidad ha demostrado que sí se puede hacerlo. No podemos esperar a las elecciones del 2017, como propone Cristina.
Las CTAs vienen amagando con el paro pero no se decide. Para colmo, en los gremios que dirigen divide las convocatorias y debilita la pelea. Los camioneros y bancarios, agrupados en la corriente federal de la CGT, amenazaron con romper la reciente unificación para impulsar alguna medida.

Desde el PSTU seguimos sosteniendo que esto no es suficiente. Deben poner toda la organización gremial al servicio de la pelea. Tienen que convocar a plenarios de trabajadores en forma conjunta, abierto a todas las organizaciones obreras y sindicales que quieran sumarse sin importar su afiliación gremial, para organizar el Paro Nacional y el plan de lucha que hace falta. Así las comisiones internas, seccionales e incluso centrales regionales (como la CGT de Córdoba que hizo un paro general esta semana) que se están movilizando pese a la parálisis de la conducción nacional, puedan participar en la preparación de la lucha para derrotar el plan de Macri y las patronales, y forzar a los que miran para otro lado a que se sumen, avanzando en discutir algunas medidas de emergencia para dar una salida obrera y popular a la crisis, como las que proponemos en este periódico (ver nota en páginas centrales).
Nos ponemos al servicio de esta tarea y te invitamos a que te sumes.