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MISERIA EN AUMENTO, CAPITALISTAS MÁS MILLONARIOS

LA CRISIS COMO LA DE LA CARNE DESBORDA AL GOBIERNO DE LOS FERNÁNDEZ

 

La crisis económica capitalista se profundiza potenciada por la pandemia, Sectores patronales exigen al Gobierno un plan económico con un clima para inversiones.  La realidad es que el capitalismo argentino, ante la crisis mundial, no aplica profundas medidas para satisfacer las necesidades básicas de una población que avanza hacia una pobreza generalizada. Solo le preocupa garantizar las millonarias ganancias de las grandes empresas nacionales y multinacionales y del sector financiero especulativo. Pero Fernández reconoce legitimidad al préstamo del FMI a Macri. Y no quiere enfrentar a los grandes capitalistas que aumentan los precios de alimentos, medicamentos, e insumos básicos, profundizando el desempleo y en pleno Civid-19. Suspender la exportación de carne no alcanza.

 

La pandemia condiciona a cualquier gobierno. Pero en el capitalismo que administran los Fernández, hay variables básicas desde hace años se planifican para que la crisis económica la sufran y “aguanten” los trabajadores en general y no las clases sociales dueñas de inmensas fortunas y los medios de producción.

 

Inflación. El Gobierno prevé un 29% cuando la acumulada del INDEC, sumada la aproximada de mayo ya llega al 22% y la anual llegaría al 46%  (Ver Avanzada Socialista Nº 202). Fernández permite: 1. las periódicas devaluaciones oficiales de nuestra moneda, y su traslado a los precios dependientes del capital extranjero. 2.  Las multinacionales y grandes empresas miden sus resultados a valor dólar, -oficial y paralelo- y según el capital invertido acrecentado en base a la superexplotación de trabajadores. 3. La remarcación de precios por los grandes grupos económicos, intermediarios y bocas de expendio en toda la cadena de valor y/o comercialización. 4. Los sectores exportadores que aplican el aumento internacional en los “commodities” (recursos naturales) y lo llevan a los precios internos. 5. El aumento de la Deuda Pública Externa que necesita más pesos para pagar en dólares. 6. La emisión millonaria de billetes no destinada a inversión sino a especulación. 7. Mayor devaluación, mayor recaudación con el IVA, y otros impuestos que incide en precios. 8. Los aumentos de costos de la tecnología en una economía dependiente de productos con valor agregado en el extranjero. 

 

Salarios y jubilaciones: siguen perdiendo valor adquisitivo. Con la complicidad de las burocracias sindicales en el Pacto Social se acuerdan salarios en cuotas hasta el 2022 menores a la inflación proyectada. Los haberes jubilatorios aumentan hasta junio un 20%, menos que la inflación real.

 

Desocupación: se difunde una oficial del 11%, pero por las consecuencias de la pandemia, el trabajo precario, el cuentapropismo ocasional y los millones de jóvenes sin trabajo digno y seguro llega al 25%.

 

Baja del Consumo: Ya disminuía en diciembre 2019 y a partir de la pandemia se profundizó a un 26% según el sector, por las variables mencionadas anteriores.

 

La Deuda Impagable: Por los casi U$S 400.000 millones de Deuda Pública Interna y Externa y sus servicios de intereses, más la del Banco Central de U$S 72.000 millones en bonos Leliqs y Pases entre bancos, se destinan recursos no precisamente para beneficios de la población trabajadora.

 

Falta de inversión: El Gobierno no genera grandes inversiones en salud, vivienda, transporte y educación, priorizando y rogando a los capitales privados que eluden hacerlo ante la crisis internacional. No obstante haber una Reforma Laboral implícita al ir llevando los salarios promedio por debajo de la línea de pobreza.

 

Niveles de pobreza: transcurrido mayo 2021 llega a los  $63.000.- y el de indigencia a $26.000.

 

El Gobierno no quiere poner un freno

 

El Gobierno, retroalimenta la crisis al permitir devaluaciones oficiales,  subas en los combustibles y la energía eléctrica, en los abonos de sistemas de salud prepagos, en los abonos en redes informáticas. Dispone alguna “aspirina” en planes sociales miserables, pero no está dispuesto a profundas medidas que afecten aunque sea en algo a los poderes económicos capitalistas, si realmente quisiera tendría herramientas para hacerlo: el No Pago de la estafa de la Deuda Pública Interna y Externa  y su investigación, eliminación de subsidios a petroleras, impuestos a la especulación financiera, retenciones a exportadores ante el aumento de precios internacionales, como la soja y la carne, y a la minería, eliminación de subsidios y beneficios impositivos a grandes empresas, más impuestos a las ganancias exorbitantes de laboratorios y formadores de precios de alimentos como los supermercados, y al sistema financiero, más impuestos a la riqueza de las personas millonarias y empresas que giran recursos al exterior, y la Ley de Abastecimiento. Más que nunca las Juntas Nacionales de Carne y Cereales, y un Mercado Único de Cambios se hacen necesarios para empezar un freno a esta destrucción de nuestra economía. Los Fernández no lo van a hacer, se sinceraron capitalistas.

 

LA CARNE: UN ALIMENTO INALCANZABLE

 

Para el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, el precio promedio a abril pasado era de $630.- el kilo, y en mayo $700.- según la zona y la cadena de comercialización. Un 65% de aumento comparado con abril 2020, y casi un 100% con diciembre 2019, asumido Fernández, mucho mayor a la inflación real. Las variables económicas en la otra nota de esta página, como la baja del poder adquisitivo y el consumo masivo, no lo justificarían. Pero todo tiene una explicación.

 

La exportación: millonarias ganancias patronales

 

La cadena de producción de la carne, aplicado también a las otras de origen animal, está en manos de patronales intermediarias (ver recuadro) que juegan con la especulación basada en el precio internacional. Exportar con precios en dólares ante la demanda internacional y la devaluación en nuestro país es más negocio.

 

En 2020, se exportaron 616.200 toneladas de carne vacuna,  a un promedio cada una de U$S 7.580.- Se percibieron unos U$S 4.700 millones, con los que se benefician el productor primario hasta el exportador. En las etapas de la cadena hay gastos sanitarios, de alimentación, producción, etc. y algunos insumos son importados, los menos, pero las ganancias son millonarias y a pesar de las retenciones del 9%.

 

En los precios por las exportaciones está la respuesta. Se nos quiere cobrar en el mercado interno a precio internacional con ganancias millonarias para ganaderos, industriales y exportadores.

 

Fernández prometía asado a precios populares

 

En enero de este año declamaba: “¿Por qué los argentinos pagan el kilo de asado como lo paga un chino, un francés o un alemán? dado que sus costos están en pesos”.  Le respondemos: porque usted,  Sr. Presidente Fernández, en el capitalismo que Ud. defiende, permite que las patronales de las carnes ganen fortunas, dolaricen  y hagan lo que quieran, sin importarles el bolsillo devaluado de millones de trabajadores. No alcanza con un mes de suspensión de exportaciones. Ni cosquillas.

 

En la década del ’50, Juan Domingo Perón había creado la Junta Nacional de Carnes, un ente estatal que imponía un cupo nacional para el consumo de la población a precios populares, y el resto se podía exportar a valores internacionales. No creemos que el Gobierno FF se atreva aplicar estas medidas de transición para no ofender al FMI y a los inversores especuladores internacionales.

 

LOS ACTORES PRIVADOS EN LA CADENA DE LA CARNE ARGENTINA 

 

1) Generadores de conocimiento y tecnología

2) Proveedores de servicios e insumos

3) Productores de genética vacuna 

4) Criadores productores de terneros

5) Engordadores

6) Intermediarios comerciales 

7) Procesadores e industriales

8) Vendedores al público

Todos capitalistas que aumentan el precio en las diferentes etapas de producción en dólares, la mayoría abonando salarios por abajo del nivel de pobreza. Se basan en el precio internacional, el de mayor rentabilidad. 

 

Veamos un ejemplo con algunas cadenas argentinas como Carrefour, Jumbo o Walmart:

Bife angosto: el kilo promedio a $730 / 850.- En Francia, sin costos de fletes ni importación a  31,15 euros, unos $3.527.- (A 113,23 el euro).

Tapa de Cuadril: a $789.- el kilo promedio. En Francia a 39,90 euros, unos $4.517.- 

Tapa de Paleta: a $490.- el kilo promedio. En Francia a 19,66 euros. Unos $2.226.-

Valores altos se verifican con China, principal comprador, y le siguen Chile, Israel, Alemania, Rusia Países Bajos, Brasil, Italia, Hong Kong (Fuente: INDEC).

Información que demuestra la prioridad que las patronales de la carne en nuestro país dan a la exportación, aplicando precios en el consumo interno ganando fortunas.