other

¿Mujeres o incubadoras?

pesar de que este 28 de mayo el proyecto de ley por la legalización del aborto se presentó nuevamente, el oficialismo y la oposición acordaron postergar su tratamiento hasta el año que viene, aduciendo a la poca actividad que habrá este año en el Congreso debido a las elecciones presidenciales. En esa sintonía, la Campaña Nacional por el Aborto Legal se juega a incidir en el armado de las listas electorales y así, intentar vía el parlamento, tener chances de aprobar el Proyecto en el 2020.

Sin embargo, en el Congreso sí hay apuro por tratar tres proyectos de ley de adopción de embriones, que ingresaron el año pasado por el Senado a partir de las iniciativas presentadas por los senadores antiderechos, Claudio Poggi, Ada Itúrrez de Cappellini y Silvia Giacoppo. Sería importante recordar que estos 3 senadores vetaron la ley de IVE en 2018 y forman parte hoy de los armados electorales de Cambiemos, la UCR y el PJ (junto a Lavagna). Plantean la “adoptabilidad de la persona por nacer”. Sus impulsores están terminando de ultimar en silencio un texto de consenso, que podría tener dictamen en breve.

En los fundamentos del texto, se explica que se trata de “una respuesta y atención concreta a la grave situación, dada por las circunstancias de cada caso particular, que vive una mujer que cursa un embarazo no deseado y busca salida legal a esa situación, y a la vez, la necesidad de salvaguardar la vida del niño o niña por nacer”. Además propone habilitar la adoptabilidad de “niño o niña en gestación” cuando “la mujer embarazada, durante cualquier instancia del embarazo” manifieste a “la autoridad judicial o administrativa correspondiente” que quiere dar en adopción el embrión, buscando “garantizar la elección de la mujer de no ejercer la responsabilidad parental”, como si la gestación forzada y no deseada no fuera también parte del panorama cuando una mujer busca acceder al derecho a abortar.

El acuerdo, curiosamente, aggiornó las propuestas iniciales y tomó prestadas palabras del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo: en lugar de referirse a “mujer embarazada”, “progenitora” o “madre”, habla de “persona gestante”.

Claramente, estos proyectos vienen de la mano de las Iglesias y los sectores más reaccionarios de nuestra sociedad que buscan, por todos los medios, frenar la legalización del aborto, pretendiendo “dar opciones” para obligarnos a una maternidad forzada,, impidiendo la aplicación de la ESI en las escuelas y de la ILE en casos de violación.

El gobierno intenta seguir avanzando sobre nuestros derechos sexuales y reproductivos. Eso no lo podemos permitir, va en contra de la enorme pelea que venimos llevando adelante por el aborto legal, seguro y gratuito, por la aplicación y ampliación de la ESI, etc. No es un capricho, es una necesidad. No podemos permitirles que sigan negociando con nuestras vidas y nuestros derechos.

 

Mujeres pobres y trabajadoras: las más afectadas

Este proyecto de ley pretende apoyarse en los dogmas religiosos, en la falta de información, en la carencia de educación sexual que existe en general. Para en vez de atacar la desinformación y abonar a la igualdad de condiciones para elegir el momento de la maternidad, profundiza la desigualdad.

Con este proyecto no se podrán salvar tampoco las mujeres que recurren desesperadas a métodos caseros de abortos, a quienes les fallo el método anticonceptivo, las que no saben cómo cuidarse, las que fueron violadas y todos los casos de embarazos no deseados. Continúan poniendo en riesgo nuestras vidas. Aunque haya adopción de embriones, el aborto seguirá existiendo y manteniéndose en la ilegalidad.

Estos senadores quieren obligar a las personas gestantes a continuar con el embarazo. Que afectará principalmente a las mujeres pobres y trabajadoras. Quienes tienen el dinero, podrán seguir accediendo a abortos clandestinos.m