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MURIÓ ALBERTO PICCININI, DIRIGENTE DEL VILLAZO

A los 79 años de edad y de un paro cardíaco, murió quién fuera una de los dirigentes de la huelga general y pueblada conocida como el “villazo” de los que se han cumplido 47 años. Alberto Piccinini se inició como metalúrgico a principios de los 70 en Acindar de Villa Constitución. Para esa época Villa era una de las zonas de gran concentración fabril. Junto a la metalúrgica Acindar, estaban Marathón, de la misma patronal y Metcon de la multinacional Ford. Y alrededor de ellas había un sinnúmero de pequeñas fábricas y talleres. Por lo tanto era una importante seccional de la UOM dirigida por una burocracia que a nivel nacional encabezaba Lorenzo Miguel.

“Pichi” como lo llamaban sus compañeros, fue parte de una camada de obreros jóvenes que ingresaron a las fábricas después de una lucha traicionada por sus dirigentes que “arreglaron” con la patronal y se fueron.

Bajo la dictadura de Lanusse comienza la organización de la que sería luego la Lista Marrón, dirigida por Alberto Piccinini, con la que gana la Comisión Interna de Acindar a comienzos de 1973. Esto despertó la simpatía de los activistas de numerosas fábricas aledañas. La UOM seguía en manos de la burocracia de Miguel que había impuesto un interventor llamado Trejo.

Ese mismo año, Perón es elegido Presidente junto a Isabel. Ya en noviembre promueve una Ley de Asociaciones Profesionales que le dan amplios poderes a la burocracia y una reforma al Código Penal que de hecho ilegaliza las huelgas.

Lorenzo Miguel no se queda quieto. Saca a Trejo y manda a a dos “normalizadores”, Oddone y Fernández, que hacen una visita a Acindar acompañados de dos carneros y matones. Fueron repudiados y tuvieron que salir como rata por tirante.

El comienzo del Villazo

Los interventores expulsan a 11 delegados y activistas de la UOM. Estas expulsiones generan el repudio de los obreros y la solidaridad de las fábricas. En Marathón una asamblea acusa a los delegados de traidores, los destituye y nombra nuevos delegados.

En Acindar se decide el paro en apoyo a los expulsados. Después de varias maniobras patronales y de la burocracia de la UOM, en la negociación con la Intendencia, la policía y la patronal, esta acepta la restitución de los expulsados, el reconocimiento de los nuevos delegados votados en asamblea en Marathón y ninguna represalia y pago de los salarios caídos.

Pero los interventores se niegan a convocar a elecciones de la seccional. Esto hace estallar un nuevo conflicto que se extiendo no solo por las fábricas, sino por todo el pueblo de Villa Constitución. El Centro de Comercio decretó un paro, y el conflicto se extendió a localidades cercanas como Empalme y Arroyo Seco. El paro se sostuvo con piquetes, asambleas, comisión de mujeres y una fuerte organización dentro de las fábricas. Tuvo que intervenir Otero, el Ministro de Trabajo de Perón; la patronal y la burocracia tuvieron que retroceder. Después de varios días el Villazo, triunfó con la aceptación de las exigencias obreras. Una asamblea de más de 5000 trabajadores, familias y vecinos aprueba los acuerdos. Una movilización a la Plaza de la Constitución reúne cerca de 12 mil personas que festejan el triunfo. Pichinini recibe una ovación. Pichi llegaría a sacar el 65% de los votos y una Comisión combativa recuperaría la seccional de la UOM de las garras de la burocracia. 

El contra ataque del Gobierno y la burocracia

Las patronales, la burocracia y el Gobierno de Isabel-López Rega no podían permitir que una zona de tanto peso industrial fuera influenciada por dirigentes combativos, de izquierda y clasistas. El 22 de marzo de 1975, el gobierno con la excusa de un “complot” encarcela a Piccinini y gran parte de la Directiva de la UOM. La respuesta fue una durísima y heroica huelga de dos meses, en la que los trabajadores hicieron de todo, desde piquetes, auto defensa, comisión de lucha, comisión de mujeres y vecinos. Asambleas en los barrios para enfrentar la represión oficial y de las bandas armadas, que asesinaron al obrero Mancini. La huelga que recibió el apoyo y la simpatía de los trabajadores a nivel nacional, finalmente fue derrotada por el aislamiento a que la sometió la burocracia de Lorenzo Miguel que la boicoteó y no tomó ninguna medida de apoyo.

Piccinini, un enorme dirigente y sus errores

Sin dudas no se puede separar la figura de Alberto Piccinini de la recuperación primero del cuerpo de delegados de Acindar (y sus más de 80 delegados), del Villazo y luego de la heroica huelga de 60 días. Pagó con más de 5 años de cárcel el haber estado al frente de una de las direcciones combativas más importantes del Movimiento obrero del país.

Reconociendo estas cualidades, al momento de terminar la huelga en mayo de 1975, desde Avanzada Socialista, periódico del PST, partido que intervino desde el primer momento tanto dentro de las fábricas como organizando la solidaridad en Villa y en todo el país, se hacía un balance de errores y debilidades. Luego de señalar el papel traidor de Lorenzo Miguel, y los ataques de la patronal y el gobierno decía: “Estas debilidades comenzaron mucho antes de que comenzara el conflicto y tienen que ver con la dirección de la Lista Marrón encabezada por el compañero Piccinini. Pichi y los compañeros actualmente presos, prófugos o despedidos forman una de las más grandes direcciones sindicales del movimiento obrero de los últimos tiempos. Solo gracias al respeto, la veneración y el cariño que supieron ganarse en la base se pudo producir una huelga tan importante por su libertad”(…) La Lista Marrón no tuvo una política consecuentemente clasista frente al problema del aislamiento…el intento de formar una coordinadora en el plenario de marzo del año pasado fue rápidamente retirado cuando chocó con la oposición de la JTP, del PC y Salamanca y sólo tuvo apoyo verbal de Tosco Los compañeros perdieron la primera posibilidad de empezar a tejer una unión con otras comisiones internas y dar nacimiento a una tendencia sindical clasista tal como sostuvimos entonces…así Villa quedó aislada como antes SMATA y Luz y Fuerza o Gráficos. La misma posición centrista y vacilante se repitió frente a la cuestión de la guerrilla…nunca le habló de frente a la base para plantearle el problema que se trata de organizaciones no obreras y que no persiguen objetivos y ni utilizan métodos obreros…la base se encontró de narices con el asesinato del comisario Telémaco Ojeda lejos de ayudar perjudicó a la lucha, por lo que fue repudiada en la asamblea de Marathón y Metcon. El mismo caso se vuelve a repetir ahora con el asesinato del director de Metcon…Una dirección clasista no hubiera vacilado en empujar por la coordinadora uniéndose a otras internas y denunciando las tendencias centristas que se oponían…y diferenciándose claramente de la guerrilla, criticando su política y sus métodos no obreros, tratando de ganarla para el movimiento obrero pero condenando su accionar pernicioso.” Avanzada Socialista, mayo de 1975

Pichi salió de la cárcel pero ya no sería aquel dirigente combativo del villazo. Ahora sería el defensor del “posibilismo” haciéndole el juego a Alfonsín y su reforma sindical. Ya incorporado totalmente al “régimen” fue diputado en la reforma constitucional de 1994 con el FREPASO y diputado nacional por el Partido socialista autentico.

Más allá de esta última etapa de su vida vale el reconocimiento de que “Pichi” fue en la década del 70, un gran dirigente obrero.