Este 8M quedará en la memoria de millones en nuestro país y en el mundo. Desde temprano las calles, los lugares de trabajo y estudio se llenaron de ruido, voces de trabajadoras, que a pesar de que las centrales sindicales no llamaron al paro general, organizaron actividades para visibilizar sus problemas, contra la violencia machista y por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Se pusieron mesas de difusión, se realizaron volanteadas, paros parciales, ruidazos o asambleas en los comedores que hicieron a muchas obreras hablar de lo que sufren y concientizar a sus compañeros. Con el correr de las horas, los colectivos, trenes, subtes y calles de la Argentina se empezaban a llenar de gente, mucha gente. Aún no habíamos llegado a los puntos de encuentro y ya sabíamos que íbamos a ser miles, cientos de miles en las calles. Las trabajadoras en lucha, fueron referencia en las marchas, reclamamos de manera unitaria terminar con el ajuste y exigimos el aborto legal.
Este 8M cerca de un millón de personas inundamos las calles y plazas de todo el país, nos emocionamos viendo las movilizaciones en España, Uruguay, Italia, Honduras o Paraguay. Los trabajadores de todo el mundo han salido a decir ¡Basta de violencia machista! Y muchos exigieron, como coreaban en Bilbao: ¡Huelga General!
Macri ahora se acuerda de nosotras
Unos días antes de este histórico día Macri quiso revertir su caída en picada luego de las jornadas de diciembre, intentando apropiarse de la lucha de las masas trabajadoras, dando vía libre al debate del aborto en el Congreso. Como si eso fuera poco, en el inicio de las sesiones legislativas y en uno de sus últimos discursos habló de “paridad salarial” entre hombres y mujeres.
Este gobierno ajustador y represivo, nada puede hacer por nosotras por más discurso que dé el presidente, la reforma laboral, el cierre de escuelas, el desmantelamiento de hospitales, el asesinato de los hijos de las mujeres pobres, los despidos permanentes, la inexistencia de presupuesto para combatir la violencia doméstica, la persecución a las luchadoras y luchadores, nada de eso es para que nosotras estemos mejor. Las que sufrimos cada vez más fuerte el ajuste de Macri somos las mujeres trabajadoras. La paridad que pretende el Gobierno es pura cháchara para frenar el descontento popular que hasta el 8M se expresó en la voz de miles que cantábamos “andate Macri la yuta que te parió”.
Un debate para que no se legalice
Cuando miramos para atrás y recordamos cómo enfrentamos la represión el 14 y 18 de diciembre pensamos que eso logró desarticular el plan de implementación de la reforma laboral, pero no quedamos ahí nada más, la contundencia de la organización de miles de mujeres de cara al 8M, la movilización del 21F, sumado a la resistencia de Río Turbio o Jujuy, logró junto al camino abierto en diciembre que la necesidad del aborto legal se coloque en la agenda nacional de debate.
El gobierno está desesperado por el descontento que crece día a día y nos tiende una trampa: es la movilización y la lucha la que impuso este debate y Macri quiere usarlo para “lavarse la cara” aunque haya expresado en infinidad de oportunidades que está en contra. Posa de democrático al permitir el debate, pero en realidad también lo utiliza para enfrentarse al Vaticano y por supuesto para negarnos el aborto legal.
Nosotras no podemos confundirnos, ni con las maniobras del gobierno ni con las de la oposición. No se trata de buena voluntad de Macri, ni de la capacidad política de las diputadas del kirchnerismo. Si la legalización del aborto depende del Parlamento seguro se legislará en contra. Pueden juntarse algunas firmas de diputados que “a conciencia” estén a favor, pero la realidad es que la mayoría responderá a los intereses de las clínicas privadas, los grandes laboratorios que juntan millones al vender el “misoprostol” y la Iglesia Católica, que necesitan la clandestinidad para enriquecerse con la salud de las mujeres. Macri impulsa el debate para que nos nieguen “democráticamente” el derecho a elegir el momento de nuestra maternidad.
¡Queremos el Aborto legal ya!
La realización de de cientos de abortos anuales es una realidad, las que lo hacen en pésimas condiciones y mueren son las pobres, así que lejos de estar a “favor de la vida” o no, la consigna es simple para los que gobiernan: se está a favor del aborto clandestino que mata y mueve millones de contrabando o se está a favor del aborto legal, libre, seguro y gratuito.
Por eso las trabajadoras no podemos contentarnos sólo con el debate y el voto a “conciencia” que propone Macri, ni tampoco podemos confiar en ese Congreso de buitres, ese congreso que a pesar de nuestra lucha en la calle, votó la reforma previsional robándole a los jubilados. Sólo la movilización en las calles nos dará el aborto legal que tan necesario es.
La dirección de la gran mayoría de los movimientos feministas, aunque organizaron una movilización imponente este 8M, están haciendo circular la posición de hacer lobby en el Congreso para que “dé” el número de diputados. Lejos de denunciar esa cueva de corruptos, le dicen a las cientos de miles de personas que las ven como referencia, que ahora la pelea está en el palacio legislativo. Que los diputados y diputadas que cajonearon por 13 años la ley, ahora votarán a favor de nosotras.
La lucha es el camino
En los barrios y las fábricas no alcanza con que nos den permiso para debatir, necesitamos que el aborto legal sea una realidad, porque las que morimos o vamos presas somos las pobres. Necesitamos que se legalice, pero también que se implemente sin la injerencia permanente de las iglesias y las clínicas privadas que lucran con la ilegalidad. Si la consigna “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir” queremos que sea una realidad, no sirve poner expectativas en sólo lograr una ley, tenemos que conseguir que el sistema educativo y de salud estén al servicio del pueblo trabajador, que haya presupuesto y políticas para que los laburantes vivamos cada vez mejor, que se reincorpore a los despedidos de los hospitales y escuelas, que haya más centros de salud en los barrios, que las mujeres tengan empleo y puedan decidir cómo conformar su familia. Para que las mujeres dejen de morir, deberíamos dejar de pagar la deuda externa y poner ese dinero para salud, educación y la obra pública. Es decir todo lo contrario al Plan de Macri y el imperialismo. Sin esa lucha de fondo, la ley sería letra muerta y una linda foto para las direcciones feministas.
Por eso, no podemos quedarnos en el debate de los parlamentarios, tenemos que ir más allá, para que haya ley deberemos luchar como en diciembre, tenemos que hacer puebladas como en Azul, Río Turbio y Junín, tenemos que imponer la huelga general para que el aborto sea legal. La CGT Y las CTAs no pueden seguir dejándonos solas como hicieron el 8M, ellas deberían llamar a ese paro general y ponerse a la cabeza: si las que mueren son trabajadoras y pobres, es tarea de la clase obrera luchar en primer lugar para que eso termine.
Tenemos que combatir el machismo en nuestro trabajo, hablar con nuestros compañeros, explicar a nuestras compañeras que no están de acuerdo, tenemos que hacer asambleas y organizar la lucha de la clase obrera para lograr este derecho básico: no queremos más muertes ni cárcel de obreras y pobres por abortos clandestinos, queremos decidir el momento de nuestra maternidad. Para eso salgamos a las calles e impongámoselo a Macri.