Mientras las mentiras salen a la luz y el pueblo acorrala al Gobierno con los reclamos por la aparición de Santiago Maldonado, la CGT quiere calmar la bronca para no complicar aún más al gobierno de Macri.
Después de varios amagues finalmente la conducción de la CGT llamó a movilizar a Plaza de Mayo. La crisis interna quedó manifiesta. El moyanismo, Schmid junto a los movimientos sociales coparon el acto mientras otros gremios como Comercio (de los gordos) se bajaron a último momento. Varios dirigentes “no se subieron” al palco y otros sólo movilizaron “lo mínimo para cumplir”.
También quedó claro que ninguno de estos dirigentes está dispuesto a ir más allá de hacer simples amenazas. Y salvo alguna rara excepción, solo se jugaron a llevar a los más cercanos sin apelar a la base, para poder controlar a su antojo la situación. Por eso no hubo cese de tareas y a horas de que se produzca la movilización muchos trabajadores no sabíamos lo que iba a pasar.
Sin embargo, más allá de las disputas entre los distintos sectores gremiales que se cruzan con las jugadas electorales, lo cierto es que no pudieron levantar la marcha.
Sucede que Macri no hace otra cosa que seguir amenazando con más reformas antiobreras (laboral, jubilatoria, educativa, más ajuste en las provincias) y la bronca que hay por abajo en los lugares de trabajo continúa. Sin que por eso nadie saque los pies del plato muchos dirigentes se vean obligados a subir el tono del discurso y a tener que moverse un poco para rescatarse.
No son pocos los que especulan que esta crisis se transformaría en ruptura en el próximo período. Es en esta fisura donde puede darse una oportunidad para desarrollar las luchas desde abajo para pararle la mano a Macri.
Un Confederal sin consultar a las bases
En este escenario “dialoguistas” y “combativos” de las centrales debatirán en el próximo Confederal los pasos a seguir. Fiel a su historia y a sus transas con los empresarios, ya salen a la luz los argumentos para levantar cualquier tipo de medidas.
Ahora nos preguntamos: ¿En qué sindicato consultaron, en qué asamblea, si es necesario suspender las medidas de acción directa? ¿Qué dirigente del Triunvirato convocó a los recientes 200 mil despedidos para preguntarles si están dispuestos a seguir esperando “los brotes verdes “del Gobierno?
Son una vergüenza. Salen en los diarios diciendo a quién hay que votar. Se florean con declaraciones en nombre de los trabajadores, pero desde un sillón en una oficina con aire acondicionado es difícil que estos dirigentes sepan lo que nos pasa a los laburantes.
Por eso desde cada lugar de trabajo debemos lograr que se realicen asambleas, juntadas de firmas, y todo tipo de actividades con peticiones para que seamos los propios trabajadores los que decidamos nuestro destino y se llame de una vez por todas al Paro y Plan de Lucha hasta derrotar las reformas del Gobierno y su plan.
Que los críticos del Triunvirato no se hagan los distraídos
La Corriente Federal, los Camioneros de Moyano, las CTAs, las CGT regionales, los sindicatos de la izquierda, no deben limitarse únicamente a denunciar la quietud de la CGT sino que tienen que ponerse a la cabeza de concretar el plan de lucha y el Paro Nacional.
Si los “gordos” y los dirigentes no se mueven, no alcanza con discursos. Los críticos del Triunvirato deben llamar a realizar encuentros de delegados y activistas con mandatos de base para poner en pie una verdadera asamblea nacional que unifique todos los reclamos, que converja con la lucha de los estudiantes y a los miles de compañeros que seguimos en la calle exigiendo la aparición con vida de Santiago Maldonado y la renuncia de la ministra Bullrich.
Hay que apoyar a los mineros de Río Turbio que ocupan la mina, a los trabajadores de Cresta Roja que siguen luchando, a los estudiantes que ocupan colegios, a los obreros y obreras que todavía permanecen en la carpa de Pepsico en Congreso sin que le den una salida.
Y desde esta coordinación es que vamos a ir construyendo el PARO GENERAL y el Plan de Lucha que necesitamos.