A esta altura resultaría ridículo creer que el gobierno va a cambiar por sí solo las reglas del juego. El mismo Macri ha dicho que no hay Plan B. Para él es esto o nada.
Por eso mismo es que los trabajadores necesitamos imponer desde abajo un plan diferente, que parta de nuestras necesidades más sentidas, como, por
ejemplo:
-Salario igual a la canasta familiar, prohibición de despidos y suspensiones, plan de obras públicas para generar empleo. Basta de fraude laboral, terminar
con las tercerizaciones, efectivización de los contratados. Igual trabajo, igual salario para compañeras y compañeros. Si hay poca producción, reparto de
las horas de trabajo sin reducción salarial. Basta de acelerar los ritmos de producción. Ninguna reforma en los convenios que signifique más explotación
para los trabajadores.
-Basta de ART. Comisiones de seguridad e higiene en todos los lugares de trabajo elegidas democráticamente por los compañeros, para controlar las condiciones laborales. Ante cualquier accidente que deje secuelas, reubicación en un puesto laboral acorde sin reducir el salario. Los discapacitados deben tener derecho a trabajar en jornada reducida (si están en condiciones
de trabajar) y recibir salario acorde a la canasta familiar.
-Por los derechos de la mujer trabajadora: Plan de emergencia contra la violencia hacia la mujer. Licencia por violencia de género y ayuda estatal. Organización de la autodefensa en los sindicatos para defenderse de la
trata y violadores.
-Educación y salud estatales y de calidad. Derogación de las leyes privatistas. Que la investigación en las universidades esté al servicio de las necesidades del
pueblo y no de las ganancias de las empresas.
-Terminar con todos los beneficios a los patrones. Nacionalizar la banca y el comercio exterior. Impuestos progresivos a las exportaciones y al negocio
inmobiliario. Que las empresas que se nieguen a cumplir con el plan sean estatizadas bajo control de sus trabajadores.
-No hay manera de llevar adelante todo esto sin romper las cadenas que atan a nuestro país, empezando por no pagar la fraudulenta deuda externa. Tenemos que pelear por una segunda y definitiva independencia para nuestro país. Pero así como la gesta de hace dos siglos fue a nivel continental, dirigida por Bolivar y San Martín principalmente, no hay manera de triunfar hoy si no es en unidad con los trabajadores de toda Latinoamérica que están enfrentando
los mismos planes, desde México hasta Chile, pasando por Brasil, Venezuela y la Guayana Francesa.
En esta campaña electoral, iremos a plantear la necesidad de este plan a miles de trabajadores. Pero no creemos que esto será aplicado por un candidato
“mesías” que venga a salvarnos. Esta salida la tenemos que construir
en los lugares de trabajo y estudio, en los barrios, en las calles. Sólo la lucha cambia la vida.
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