Contra el Pacto Social y el FMI
En defensa de los luchadores obreros
Por el levantamiento del pedido de captura de Sebastián Romero
Nace un nuevo gobierno, que a pesar de la gran resistencia de los sectores obreros y populares, las vertientes mayoritarias del peronismo, hizo que primara la contienda electoral antes que la genuina lucha por recuperar en la acción todo lo perdido por la gestión del macrismo
Su parto, luego de las PASO, se probó dando garantías en una transición «ordenada”, que costó en pocos meses una inflación galopante, un salto en la pobreza, decenas de miles de nuevos desocupados.
Y sus rasgos de nacimiento son para preocuparse. La voluntad y compromiso de arreglo con el FMI, lo que significa aceptar todas sus condiciones. La promesa de “buenas relaciones” con Norteamérica. Un Gabinete que poco refleja a los sectores progresistas. El objetivo de sellar un Pacto Social solo va favorecer a las patronales y modificar convenios a la baja: una Reforma Laboral en capítulos. Seguramente al principio una gran parte de la población quiere creer en él, porque “no puede ser peor que el anterior”, tarde o temprano terminarán las ilusiones, no por capricho nuestro, sino que las condiciones económicas mundiales no dejara margen para dar concesiones.
Necesitamos estar más atentos que nunca, ni bajar la guardia.
AF está comprometido con gran parte de la burocracia sindical, cuyo objetivo, además del pacto con las patronales, es sacarse de encima al activismo de lucha. Ya mismo en muchas fábricas están despidiendo a los compañeros más luchadores.
Por eso, es necesario desde el principio mostrarle al nuevo gobierno que el activismo debe estar unido, que no les resultará fácil sacarse de encima lo que la clase obrera logró conquistar en las secciones opositoras, los cuerpos de delegados con nuevos compañeros. Que necesitamos volver atrás de inmediato como mínimo todo lo que Macri nos sacó: trabajo, salario, conquistas laborales, derechos y libertades democráticas.
Que la lucha por los derechos de la mujer no admite vacilaciones ni dilaciones: la legalización del aborto es necesaria ya mismo. Que la educación y salud deben ser financiadas. Y que no vamos a permitir continuar con la represión a los luchadores.
Necesitamos demostrarle, sobre todo, que reivindicamos a quienes se jugaron en la lucha contra el macrismo. En ese sentido, hay una fecha que todos recordamos como el principio de la decadencia del anterior gobierno, el día en que tiramos abajo la Reforma Laboral y abrimos la posibilidad de echarlos, aunque luego toda la dirigencia sindical se ocupó de impedirlo.
Ese 18 de diciembre del 2017, decenas de miles nos movilizamos, pasamos por arriba de la burocracia, y enfrentamos la brutal represión de Bullrich y Macri. Y hay nombres y apellidos, militantes de carne y hueso, que estuvieron a la cabeza de la lucha y fueron perseguidos y penados por atreverse. Daniel Ruiz estuvo 13 meses ilegalmente preso, Arakaki 3 en domiciliaria. Y Sebastián Romero tiene pedido de captura internacional y una recompensa de un millón de pesos por él. Los dos primeros han sido arrancados de la cárcel y se inició el juicio que demostrará que verdadero crimen no fue de ellos, sino del régimen político que hambrea y reprime.
Pero Sebastián, un ex delegado de la GM de Rosario, luchador obrero y barrial, está con orden de captura. Si cae preso, seguramente las fuerzas represivas vengarán el hecho de que les permitió que lo capturen hasta hoy. Es una obligación de todo el activismo obrero, de la izquierda, de las organizaciones de DDHH, y de todos los que defendemos a los trabajadores, luchar por su libertad
Por todo eso, este 18 de diciembre nos debemos un gran acto unitario. Por aquel 18D, contra el FMI, las reformas antiobreras, contra la represión y por los derechos de la mujer. Y por el fin de la persecución a Sebastián Romero.
Nos ponemos a disposición para organizarlo, y llamamos a los sindicatos, a los gremios independientes, al activismo obrero, a la izquierda, organizaciones sociales y de DDHH a concretarlo.