La semana pasada nos dolió el estómago, se nos erizó la piel y hasta derramamos algunas lágrimas al ver cómo habían abusado y matado a Lucía en Mar del Plata, que indignación sentimos y cuanta bronca. Pero a los pocos días nuestras redes sociales se llenaron de mensajes, las mujeres estábamos convocadas a hacer un paro y a movilizar para que dejen de matarnos.
Muchas de nosotras cambiamos nuestra foto de perfil, replicamos y ayudamos a “viralizar” la convocatoria, buscamos en el placard, revolvimos hasta el fondo para poder encontrar esa remera negra que quizá no usamos muy seguido.
Muchas de nosotras empezamos a organizar con nuestras compañeras de trabajo para ir a la marcha y para hacer el paro que las organizaciones feministas nos proponían, pero nos dimos cuenta que no podíamos nosotras solas, que nuestros compañeros de trabajo querían, tenían y debían ser parte de la misma pelea. Si ellos paraban con nosotras, sería mucho más fuerte la medida, si ellos se sumaban, de verdad la patronal y el gobierno de Macri sentirían con más vehemencia el golpe. Incluso nos ayudaría a nosotras a que nuestros compañeros empiecen a tener más conciencia de nuestros derechos y comiencen a revertir sus actitudes machistas en nuestro laburo.
Y es así que en muchas fábricas tomamos la iniciativa y llamamos a nuestros compañeros a que nos acompañen, en gremios con gran cantidad de mujeres como alimentación, a pesar de que el sindicato y los dirigentes de la CGT no se dieron por aludidos de este grito nacional contra la violencia, pedimos asambleas para votar el paro de toda la planta. En algunos lugares lo pudimos lograr, por ejemplo en Pepsico, las asambleas de todos los turnos votaron parar una hora, le exigimos al sindicato un micro para poder ir a la movilización y nos sacamos fotos con todos los compañeros llamando a parar y a movilizar el 19.
La certeza de que ese era el camino nos llegó cuando vimos las fotografías de otras trabajadoras, del Subte, de dependencias públicas, de call centers que habían irrumpido desde las bases y habían parado, hecho actividades y acciones a las 13hs del día miércoles.
Pero más fuerza nos dio enterarnos que en las fábricas donde no trabajan mujeres se había planteado el mismo debate. Con mucho orgullo recibimos la noticia que algunas metalúrgicas masculinas habían hecho asamblea a la hora fijada para el paro con todos varones para discutir nuestra problemática y parando de hecho la producción hasta por media hora para poder discutir. Compañeros del gremio del vidrio, de líneas de colectivos empezaron a subir fotografías acompañando el reclamo de ni una menos.