La noche del 15 de julio sectores del ejército se volvieron en un intento de golpe de Estado contra el gobierno de Erdoğan, el intento duró hasta la mañana del sábado 16 de julio. Después de este breve episodio Erdoğan ha comenzado una gran ofensiva para consolidar un régimen autoritario y con grandes rasgos dictatoriales. Esta ofensiva de Erdoğan es mayor ahora pero los cambios para acumular cada vez más poder y aplastar cualquier forma de oposición vienen desde antes.
Desde la imposición del estado de emergencia del 20 de julio, los efectivos policiales han aumentado considerablemente. Cualquiera puede ser registrado y llevado a preso sin explicación previa, se puede entrar en las casas para registro sin orden judicial, cualquier tipo de reunión puede ser disuelta por la policía. En fin, todas las libertades democráticas están suspendidas por un periodo de tres meses, para que Erdoğan pueda hacer una limpieza del Estado y consolidar su poder ante la amenaza fetulista. Desde las bandas de fanáticos del AKP que recorrieron las calles en los primeros días después del golpe amenazando a cualquiera de golpista y dejando varios muertos y heridos en diferentes barrios.
Los ataques, cierres y despidos son en todos los sectores, profesores, la policía, los militares (este último garantizando un control total sobre el ejército luego del golpe) y el día de ayer se continuó con la purga llegando a cerrar más de 130 medios de comunicación entre canales de televisión y páginas web, generando miles de desempleados, con la excusa de que son medios de comunicación ligados a Fethullah Gulen. Las libertades de expresión y movilización del pueblo turco están totalmente coartadas por el estado de sitio.
Por el momento, todos los esfuerzos del estado han estado en purgar a los seguidores de Fethullah Gulen pero esta herramienta pronto será usada para reprimir y desaparecer a cualquier sector que se oponga a la política presidencialista y de partido-gobierno de Erdoğan; aquí es cuando esperamos cualquier tipo de ataque a la izquierda, los sindicatos y los trabajadores. Un estado de emergencia de tres meses da margen para disolver cualquier tipo de organización, no permitir ninguna huelga o manifestación, y apresar a cualquier dirigente social mientras se desarrolla la mayor crisis de migrantes y económica del país en los últimos años.
Además, Erdoğan está tras un llamado de unidad nacional muy hipócrita, por lo que permitió un mitin en la plaza Taksim de Estambul del partido CHP (Partido Republicano del Pueblo, segunda fuerza política del país). Desde Haziran (plataforma de partidos y movimientos independientes, nacida de las protestas en el parque de Gezi en Taksim, en junio de 2013; Haziran significa junio en turco) se participó en el mitin en repudio a todos las medidas represivas que ejerció el gobierno, contra el giro autoritario y por el restablecimiento de las libertades democráticas. Es de notar que por este mismo juego hipócrita de unidad nacional que está llamando Erdoğan, algunos sectores del AKP quisieron participar en el mitin y fueron expulsados por los militantes de Haziran con los gritos ¡Ladrón, Asesino, AKP!
Contra el estado de emergencia solo la organización obrera es garantía de democracia, en un país que cada vez pierde más los rasgos de democracia burguesa para ir transformándose en una dictadura en las manos de Erdoğan, donde todo lo que se le oponga será reprimido. Por eso debemos de continuar con el aglutinamiento de los sectores más combativos dentro del movimiento Haziran, para luchar contra la represión estatal con verdadera democracia. La verdadera democracia está en las calles, contra el gobierno asesino del AKP y contra cualquier intento de instaurar una dictadura, venga de quien venga.