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¡No al pacto social!

Los trabajadores debemos organizarnos para defender nuestras condiciones de vida

Apenas se conoció el resultado del balotaje, los empresarios se lanzaron a remarcar los precios de manera desenfrenada. El nuevo gobierno aún hoy le sigue echando la culpa al anterior y éste a su vez dijo que estos aumentos son consecuencia de los anuncios del macrismo. Lo cierto es que la familia obrera y popular es quien tuvo que pagar los platos rotos y en estas fiestas el golpe al bolsillo se sintió con fuerza. En realidad, ambos se pasan la pelota mientras dejan correr los aumentos.

Luego, una vez que asumió el nuevo gobierno, todas las medidas anunciadas han generado expectativa para los empresarios e incertidumbre entre los trabajadores. A pesar del slogan de campaña de “CAMBIEMOS” la realidad ha ratificado lo que dice el dicho popular: “aunque la mona se vista de seda, mona queda”. El nuevo gobierno va a seguir gobernando al servicio de los patrones, y ellos vienen por más. Los anuncios de nuevos incrementos en las tarifas de luz y gas hacen prever más de lo mismo: los precios suben y nuestros salarios pierden poder adquisitivo.

Por ello, al pie de la máquina y en los lugares de trabajo ya se empieza a percibir la bronca y la angustia de no saber que va a pasar, si vamos a conservar el trabajo, si vamos a poder pagar la tarjeta o hacer frente a los gastos.

Sin embargo, ya empiezan a notarse las primeras expresiones de resistencia de los trabajadores que salen en defensa de sus puestos de trabajo y de sus condiciones de vida contra las consecuencias concretas de las primeras medidas anunciadas por Macri y sus ministros.

En Techint (Tenaris-Siderca) Campana, la empresa tiene desde hace un tiempo a los 2700 trabajadores bajo un régimen de suspensiones y les paga entre un 85 y un 80% del salario. A eso quiso sumar 189 despidos directos, pero tuvo que dar marcha atrás por la presión de los trabajadores dentro de la planta.

En Cresta Roja la cosa adquirió peso mediático. Son 5000 familias en total que hace meses reclaman la continuidad de los puestos de trabajo porque la empresa no quería hacerse cargo de la producción y se declaró en quiebra. Hoy, tras una larga pelea, represión de gendarmería incluída, se logró un bono de 6000 pesos y una canasta de fin de año. Hay promesas para hacerse cargo de la empresa en forma de coopertativa mixta, pero ninguna certeza para esos miles de trabajadores.

En la Patagonia son los petroleros los que levantan cabeza ante los despidos. A nivel mundial el precio del barril de petróleo cayó en forma brusca por la especulación de los multinacionales del rubro. En nuestro país, no conformes con el enorme favor que les dio el gobierno de Macri al devaluar el peso y subir la cotización del dólar, sumado a los subsidios que ya les había otorgado Cristina, las petroleras decidieron avanzar con los despidos. Hoy son miles de puestos de trabajo los que están en juego, se anunciaron jubilaciones anticipadas, vacaciones forzadas y suspensiones. El gobierno no da la cara y deja “que se arreglen solos”. Es por eso que los trabajadores y sus familias han dado un importante paso, marcharon el 28 de Diciembre por las calles de Comodoro Rivadavia llenando más de 10 cuadras en la que quizás sea la marcha obrera más grande de los últimos tiempos en la región. En principio, la movilización le habría arrancado al Ministerio de trabajo la conciliación obligatoria que garantizaría los puestos de trabajo. La misma se estaría firmando en los próximos días.

Por su parte, los trabajadores estatales cordobeses terminaron el año movilizados contra el recorte de las jubilaciones anunciada por el gobierno de Schiaretti. Y los trabajadores estatales santacruceños ya tomaron medidas contra la declaración de “guerra” de la gobernadora Alicia Kirchner.

Mientras tanto, los dirigentes sindicales de las centrales sindicales miran para otro lado y se prestan a participar en el diálogo social propiciado por el gobierno. Esto es una trampa al servicio de hacer un acuerdo para avanzar con el ajuste y las medidas represivas anunciadas. No hay pacto social posible cuando las patronales y el gobierno pretenden que nosotros paguemos la crisis que provocaron ellos. No podemos aceptar los despidos y las suspensiones, retroceder en nuestras condiciones laborales, ni tampoco cualquier negociación paritaria a la baja, por debajo de la inflación de todo este año que se va.

¿Cómo “resistimos” el ajuste?

No queda otra, es tiempo de unir a todos los trabajadores desde abajo y llamar a movilizar por nuestros reclamos. Debemos derrotar desde hoy mismo este nuevo “pacto social” al servicio del ajuste, el saqueo y la represión. No podemos esperar ni darles “un tiempo de gracia” para que ellos se organicen. Tenemos que organizarnos nosotros y salir a defender nuestras condiciones de vida en las calles como hicieron los petroleros patagónicos esta semana. Los dirigentes sindicales, la CGT y CTA tienen la obligación de defender nuestros derechos como trabajadores, convocar asambleas de base para preparar la pelea y organizar un plan de lucha.

La marcha del 22 de Diciembre a Plaza de Mayo, que reunió a miles de trabajadores y activistas contra el ajuste de Macri, por el bono de fin de año y en solidaridad con los trabajadores de Cresta Roja fue un importante primer paso. Lamentablemente, la CTA que conduce Pablo Micheli y otras organizaciones afines al kirchnerismo (Mov. Evita, Quebracho, etc) se bajaron de la convocatoria ante el anuncio del otorgamiento de $ 400 por única vez para los jubilados y los que perciben la asignación universal por hijo. Esto es un grave error porque más allá de alguna solidaridad formal dejaron abandonados a los trabajadores de Cresta Roja en la defensa de sus puestos de trabajo y en el enfrentamiento a la brutal represión que habían recibido el día anterior en Ezeiza.

En relación a esto tampoco hicieron nada los dirigentes kirchneristas que dicen “resistir el ajuste”. Tal es así que el candidato a presidente del FPV Scioli, junto a varios gobernadores y sectores del peronismo, apoyan explícitamente al nuevo gobierno. Por su parte, Cristina mantiene un silencio cómplice ante el paquete de medidas anunciadas y la represión. Y algunos dirigentes de segunda línea kirchneristas sólo se limitaron a movilizar en las plazas en defensa de la Ley de medios, contra la intervención del Afsca y contra el cierre del programa 678. En los hechos, vienen abandonando a los que enfrentan el ajuste concreto y desde la “oposición” lo dejan correr.

Desde el PSTU siempre nos opusimos a la Ley de Medios porque ha quedado demostrado que no sirvió para “diversificar las voces” ni para que se expresen los trabajadores ni los sectores populares. Sólo lo han logrado hacer los sectores afines al gobierno. Tampoco sirvió para combatir a las corporaciones periodísticas (Clarín, La Nación, etc.) que luego de seis años siguen intactas y ahora están más fuertes que antes. En los hechos, para lo único que sirvió fue para montar una nueva red de multimedios disciplinados al kirchnerismo financiado por la pauta oficial estatal de aquel entonces.

Sin embargo, como lo hemos hecho ante el gobierno anterior, hoy nos oponemos terminantemente a los intentos de censura a la prensa por parte del macrismo, al despido de trabajadores y al cierre de programas por razones políticas (como 678 o la cadena venezolana Telesur). Si bien no coincidimos en nada con los contenidos que allí se expresan, no podemos permitir ningún tipo de persecución política ni recorte a las libertades democráticas porque eso finalmente irá contra los intereses de los trabajadores, impidiendo aún más que se expresen las luchas y reivindicaciones obreras en los medios de comunicación, fortaleciendo los rasgos represivos del nuevo gobierno patronal.

Más allá de esto, insistimos en que independientemente de a quien se haya votado en las elecciones, todos los trabajadores y sectores populares debemos unirnos para enfrentar el ajuste anunciado en beneficio de los empresarios. Y que ese enfrentamiento es concreto, en las calles, en las fábricas y lugares de trabajo, no sólo con declaraciones y charlas, sino rodeando de solidaridad a las luchas obreras y populares que se vienen dando para poder coordinar la pelea y derrotar el plan de medidas anunciadas. Ese es el camino que mostraron los petroleros patagónicos que ahora se debe extender y profundizar.

Y en ese sentido, hacemos un especial llamado a aquellos compañeros que simpatizan con el kirchnerismo a que les exijan a sus dirigentes la ruptura total con el pacto social y el acuerdo de gobernabilidad al servicio del ajuste y la represión, que dejen de mirar para otro lado y se sumen en forma efectiva a estas luchas que aquí señalamos.

Los compañeros y compañeras del PSTU nos ponemos al servicio de esta tarea y te invitamos a que nos acompañes para organizar juntos esta pelea.