Desde hace algunas semanas el gobierno porteño viene anunciando un proyecto para unificar los 29 Institutos de Formación Docente en una “Universidad Docente” (ver nota en AS 145 “Terciarios contra la Reforma Educativa”). El proyecto, que es un apéndice de los proyectos de Reformas Educativa y Laboral que el Gobierno Nacional quiere implementar, ha sido presentado la semana pasada en la legislatura.
No es ninguna picardía que el proyecto se ponga en discusión a esta altura del año, cuando las cursadas ya terminaron. Después de más de un mes de conflicto con los secundarios, Larreta quiere ahorrarse toda posibilidad de un conflicto con los estudiantes de los profesorados.
¿Qué implica el proyecto?
Ahora que fue presentado, podemos hablar de los puntos concretos que presenta este proyecto. Como toda universidad enmarcada dentro de la LES (Ley de educación superior), la UniCABA posee autonomía para elaborar los planes de estudio y autarquía para definir como se financia y como distribuye su presupuesto (artículo 2°). La película de la LES la conocemos muy bien.
¿Quién define esto? Un rector nombrado a dedo por el poder ejecutivo (artículo 10°). Desaparecen los consejos que rigen en los institutos, que son elegidos democráticamente, borrando la representación de estudiantes y trabajadores de un plumazo.
La película de la LES ya la conocemos bien. Mientras el gobierno tiene libertad de desfinanciar la universidad a gusto y piacere (artículo 7°), la puerta queda abierta a las empresas que quieran “invertir”, claro, con un precio: inferir en los planes de estudios según sus necesidades.
Pero eso no es de lejos lo más polémico de esta ley. En caso de “conflicto”, la Legislatura (o el poder ejecutivo durante el receso) puede intervenir la universidad (artículo 15°). Con esto cierra el negocio para darle el control político al gobierno porteño de todo lo que pase en la institución.
Esta reforma no puede pasar
De este gobierno está claro que no podemos esperar nada bueno, por eso lo urgente es organizarnos ahora para tirar abajo este proyecto. Toda discusión sobre la educación que queremos no la podemos hacer con el gobierno que lo que quiere es destruirla. Es necesario que nos organicemos los estudiantes, pero junto a los docentes y no docentes para tirar abajo esta reforma.
Las cursadas ya terminaron y si bien estudiantes y docentes se siguen movilizando, las fuerzas con las que contamos son muy limitadas ahora. Todo nuestro esfuerzo tiene que estar en hablar con todos nuestros compañeros: docentes, estudiantes, administrativos, auxiliares para organizar la batalla que tendremos el año que viene. Pero mientras tanto tenemos pegarnos a todas las luchas que se den con el conjunto de los trabajadores, mantenernos en contacto para participar en la pelea contra las reformas: laboral, previsional, etc.
UTE, Ademys y CTERA tienen que ponerse al servicio de esta lucha, parando en las escuelas para que los docentes puedan participar en las movilizaciones o actividades votadas, poniendo los fondos para el pago de los materiales que necesiten para difundir su lucha (volantes, afiches, etc).
Los centros de estudiantes no pueden demorar un segundo para organizar cuerpos de delegados por cursada, para que todos discutan que medida llevar adelante y como.
La CET (Coordinadora de Estudiantes Terciarios) no va a estar a la altura sino representa al conjunto de los estudiantes. Si solamente es dirigida por representantes de las agrupaciones según su peso en cada uno de los profesorados (como se definió en la última reunión), entonces dejará afuera a la mayoría de los compañeros que no están agrupados.
Como bien decíamos arriba, este proyecto de ley no esta ni un poco separado de las reformas que el gobierno de Macri quiere implementar a nivel nacional, particularmente las reformas laboral y educativa. Si derrotamos el proyecto de UniCABA, le habremos dado un golpe duro al plan de ajuste de Macri. Por eso esta lucha la tenemos que dar de conjunto con toda la comunidad. Quizá algunos no sean docentes ni estudiantes, pero lo que está en juego acá no es solo una carrera, o un puesto de trabajo, sino también la calidad educativa de los hijos de todos los trabajadores de la ciudad y alrededores.
Es por esto que es un problema que tenemos que tomar de conjunto, exigiendo que las centrales sindicales se pongan a la cabeza del rechazo a la UniCABA, y eso se lo tenemos que imponer desde cada lugar de trabajo, organizando la lucha contra el paquete de ajuste del Gobierno Nacional.