En la última reunión en el ministerio de trabajo la empresa DOTA (gerenciadora de Monsa Línea 60) y la UTA acordaron una conciliación voluntaria. Esto extiende la conciliación obligatoria por siete días hábiles, hasta el 5 de Mayo, quedando hasta esa fecha sin efecto los diez despidos y las suspensiones.
La empresa se juega a ganar tiempo, desgastando y tratando de que la mayoría de los trabajadores “se olviden” del conflicto. Mientras tanto, las cámaras del transporte han salido a presionar al gobierno, exigiendo más subsidios, amenazando con la reducción de servicios (que en realidad ya vienen haciendo) si el Estado no atiende a sus demandas. Es que la política de ajuste del gobierno llegó también al transporte, y las patronales se preparan para descargar el mismo sobre la espalda de los laburantes. Ese es el verdadero motivo por el que la empresa quiere despedir. Y por eso hace pocos días vimos despidos en otras líneas, como la 440 de Rosario Bus.
Preparemos desde abajo la pelea contra los despidos
La conciliación voluntaria debe servirnos para organizar la pelea contra los despidos. Solamente la movilización de los trabajadores puede frenar el avance de la patronal.
Por eso, es fundamental que se sigan realizando asambleas y que las principales decisiones se sigan tomando ahí, garantizando la mayor participación posible. A su vez, creemos que es muy importante organizar la solidaridad externa, haciendo una gran campaña junto a todas las líneas que estén dispuestas a salir a pelear contra los despidos y las suspensiones, para que no haya más compañeros asesinados por la desidia de las empresas como David Ramallo de la línea 60 y Gastón Cisterna, de la línea 365. La agrupación INTERLÍNEAS podría ser el motor de esa campaña.
Que la UTA convoque un plenario de delegados para organizar la pelea
Una particularidad de este conflicto es que la conducción nacional de la UTA se hizo presente, pero está tratando de llevar las cosas al terreno judicial, diciendo que quiere “acompañar” el reclamo de los trabajadores de la 60. Esto generó una sana desconfianza en muchos compañeros, que no olvidan el papel de Fernández durante el conflicto de 2015. Si la UTA quiere acompañar, que acate las resoluciones de la asamblea de los choferes, y que convoque a un plenario de delegados, para discutir de qué manera se van a solidarizar con la pelea contra los despidos. Como van a aportar al fondo de lucha, y cómo van a apoyar las medidas de acción directa que se resuelvan en asamblea, ya que con el acompañamiento legal, no alcanza. Y menos si la ayuda está condicionada a aceptar decisiones que se toman de manera inconsulta. Como dijo un delegado “si quieren jugar el partido que lo jueguen. Pero que no hagan goles en contra”.
Una nueva batalla contra el ajuste
El intento de la empresa de despedir compañeros para achicar costos y abrir la puerta a la flexibilización laboral, no es nuevo, pero se da en un marco distinto. El intento de la empresa, es un nuevo capítulo en la pelea entre los trabajadores y los patrones, para ver quién paga el ajuste de la economía. El gobierno nacional, viene actuando claramente en favor de estos últimos, intentando dividirnos para que peleemos solos, cada gremio por su lado. O incluso cada empresa por separado. Por eso, es fundamental rodear de solidaridad a los compañeros de la 60, como a los de General Motors, los trabajadores de Felfort, los petroleros de la Patagonia, y todos los que están enfrentando los despidos y la flexibilización del gobierno nacional. Desde el PSTU, nos ponemos a disposición de esta tarea.