El No Pago de la deuda que proponemos, no puede ser pensado como una medida aislada, sino como el puntapié inicial de la construcción de un modelo de país opuesto al actual, en donde se planifique la economía en función de los intereses de la mayoría de la población y no de la ganancia empresarial.
Dicen que no pagar nos llevaría al desastre, pero:¿cómo quedamos con años de pago y pago? Con más de un 50 % de pobreza. Dejando de pagar la Deuda Externa habría muchos más recursos para combatir el hambre y la pobreza. Pero claro, el no pago de la deuda, para que no sea un desastre, un salto en la crisis y una fiesta de los especuladores, tiene que ir acompañado con medidas de fondo. Por ejemplo, habría que nacionalizar la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales y la especulación, expropiar como represalia a cualquier maniobra especulativa, nacionalizar con control obrero las empresas líderes para dirigir los principales resortes productivos, entre otras medidas fundamentales.
¿Qué pasaría si en lugar de saquear las multinacionales los recursos naturales se estatizaran bajo control obrero? ¿No tendríamos una riqueza que hoy regalamos a las empresas extranjeras? También si se estatizaran los bancos y el comercio exterior con monopolio estatal.
¿Qué pasaría si las industrias se pusieran a producir en función de lo que necesita la mayoría de la población? ¿Y el agro? Si la ganadería no fuese en gran parte para exportación y la agricultura en función de la venta de materias primas, ¿no se podría combatir el hambre de manera eficaz?
El conjunto de América Latina está en una situación similar, sometido a los mandatos de los yanquis y el FMI mediante la Deuda Externa y las multinacionales. Si se coordinara el No Pago, el conjunto de los países podríamos enfrentar con mucha más fuerza al imperialismo con un Frente de Países Deudores.
Por supuesto que no podemos esperar que estas medidas las tomen los sectores que hace décadas gobiernan al servicio del imperialismo y las patronales, es necesario que los trabajadores y trabajadoras tomemos en nuestras propias manos la tarea de revolucionar el orden existente, lograr una Segunda y Definitiva Independencia, un nuevo Argentinazo, esta vez encabezado por la clase obrera, que cambie definitivamente la historia, con un Gobierno Popular, en unidad con el conjunto de América Latina.