Al Poder Judicial, a los políticos de siempre, a las fuerzas represivas, a la dirigencia traidora
El juicio a Daniel Ruiz y César Arakaki está en sus instancias finales. Luego de 13 meses y 1 mes de prisión respectivamente. Luego de 45 audiencias por donde pasaron decenas de testigos. Luego de casi 4 años de persecución de todo tipo, en los que, entre otras cosas pusieron precio a la cabeza de Sebastián Romero (un precio mayor que la de los genocidas). Como demostró el abogado defensor Martín Alderete, de CADEP, no hay una sola prueba, ni un solo testigo, que pueda justificar la condena que ya se cumplió en los hechos. Aun así, Sebastián sigue en prisión domiciliaria (que gracias a la campaña unitaria desde hace semanas realiza en su casa, ver página 4) y, al cierre de esta edición dictan nuevos procesamientos a luchadores.
Desde el inicio del juicio, desde el PSTU denunciamos que era una farsa, por eso pedimos su anulación, porque era una causa armada por el poder político instrumentada por su perro faldero el Poder Judicial, para intentar aleccionar a los luchadores y luchadoras, a los miles y miles que aquel 18 de diciembre enfrentamos con lo que teníamos a mano la Reforma Previsional de Macri y el FMI, a los miles y miles que esa misma noche salimos a cacerolear, a toda la clase obrera que intenta resistir frente a los ataques de las patronales y los gobiernos. Respecto del enfoque del juicio polemizamos con el Partido Obrero (ver página 4).
La persecución histórica
La criminalización de la protesta social no es nueva, ni un invento de Macri o algún gobierno. Es parte de la lucha de clases y de la historia del movimiento obrero. Sin ir mas lejos ¿qué es si no, lo que sucedió con los Mártires de Chicago, condenados a muerte en 1887 por las protestas que exigían las 8 horas de jornada laboral sino un caso de una lucha heroica del movimiento obrero, con una contraofensiva feroz de los poderosos para defender sus privilegios? ¿Qué son si no, los miles de prisiones y enjuiciamientos a luchadores y luchadoras en todo el mundo por décadas? A nivel mundial el caso de Sacco y Vanzetti quedó en la historia y en nuestro país el de los petroleros de Las Heras.
La forma y las condenas pueden cambiar, por la época, por el régimen político, por las particularidades del país, pero el hilo de continuidad es el mismo sistema capitalista, en el que los explotadores, una ínfima minoría, usa todo lo que tiene a mano, y en su caso es nada menos que el Estado y sus instituciones, para someter más y más a los explotados, la amplia mayoría.
La Justicia de los ricos
En este sentido la Justicia es una de las herramientas más importantes que tienen los ricos. La mentira de la igualdad ante la Ley que nos enseñan desde niños en la Escuela cala muy hondo en las cabezas y es incentivada por la dirigencia sindical traidora que, por ejemplo, hace que en muchos conflictos los trabajadores terminen confiando en la vía judicial como salida, vía que muchas veces priorizan también, lamentablemente, corrientes de izquierda. ¿De qué igualdad pueden hablar si mientras defenestran a Sebastián Romero por no haberse presentado a la Justicia para que lo usen como trofeo de guerra, el operador de Macri, Pepín Rodríguez Simón, esta abiertamente prófugo en Uruguay? ¿De qué igualdad hablan si las cárceles están llenas de pobres, mientras que los grandes delincuentes, dirigen el país, están en el parlamento y en los directorios de las empresas? Las leyes las hacen ellos y las usan a su servicio desde siempre y en esta causa se demuestra una vez más.
Los servicios de inteligencia, claro que son otro elemento clave de la persecución y en esta causa también tuvieron mucho trabajo. Sobre Daniel Ruiz, Sebastián Romero y nuestro partido realizaron todo tipo de persecución “legal” (seguimientos de todo tipo, allanamientos, investigación de las comunicaciones y redes sociales) e ilegal escuchando las conversaciones y persiguiendo a sus visitas en la cárcel, por lo cual somos querellantes en la causa AFI.
¿Qué quieren condenar?
Lo cierto es que lo que la persecución estatal quiere condenar, y quedó claro en el Alegato de la Fiscalía que se realizó en la audiencia del 18 de octubre, es el derecho de los trabajadores y trabajadoras de defendernos con lo que tenemos a mano, de la represión y de los ataques del FMI, los gobiernos y las patronales. Protestar es una cosa, y la violencia es otra, dicen ¿Qué puede ser más violento que el robo que se consumó aquel día a los viejos y a los que menos tienen? ¿Qué puede ser más violento que en el país el 60% de los niños son pobres mientras se sigue pagando la deuda externa, mientras las empresas tienen miles de millones fuera del país?
Una cosa es protestar y otra cosa es hacer desmanes, dicen también ¿Qué conquista hubiese obtenido en su historia el movimiento obrero si no hubiera sido por la acción directa y no dejarse vencer por la represión estatal? ¿Qué hubiese sido de nuestro país si en lugar de enfrentar las invasiones inglesas con piedras, agua o grasa hirviente y armas improvisadas, se limitaban a expresar “pacíficamente” su descontento? ¿Cómo se hubiese logrado la independencia si no fuera por el enfrentamiento armado contra el invasor?
Lo que con su persecución intentan es reventar la resistencia a sus planes de hambre, que son la verdadera violencia. Quieren aleccionar a la primera línea del principio del fin de Macri, como lo hace Piñera con la primera línea del proceso chileno, como lo hace Duque con la primera línea de Colombia ¿Por qué tanta preocupación con las primeras líneas? Porque son la vanguardia de un proceso que, si se desarrolla, puede de verdad cambiar las cosas. Por eso nuestra historia está plagada de intentos de los explotadores de derrotar a las primeras líneas, como forma de derrotar los procesos obreros y populares.
Orgullo y reivindicación
Desde el PSTU y la Liga Internacional de los Trabajadores en Argentina, en Colombia, en Chile y en todo el mundo, defendemos las primeras líneas, estamos orgullosos y estaremos allí siempre que podamos. Y si se piensan que, con la represión, la cárcel, la persecución van a lograr amedrentar y frenar la resistencia, están muy equivocados. La historia también lo demuestra: pueden frenar una batalla, pero no el germen de resistencia y de revolución social, porque nace de la propia injusticia del sistema.
Si piensan que van a callarnos o hacernos lavar nuestro programa, también se equivocan usaremos cada oportunidad para decir a los trabajadores y trabajadoras la verdad, es necesaria una revolución obrera y socialista para acabar de una vez por todas con todos los ajustes, la represión y los ataques a la clase obrera y los sectores populares e imponer nuestro propio gobierno, un gobierno de los trabajadores. Y que necesitamos también un partido un partido revolucionario que pelee sin descanso hasta hacerla posible. Para decir eso es que también utilizamos nuestras candidaturas dentro del FITU en estas elecciones.
El juicio termina, la pelea sigue
El juicio termina y también una etapa de la campaña contra los perseguidos del 18 D, agradecemos a todos los que se solidarizaron y los invitamos a seguir trabajando juntos. Aunque lo único justo sea la absolución, no confiamos en que esta Justicia para ricos, aun a pesar de la falta de pruebas y la enorme campaña, vaya a dar esa sentencia.
La campaña sigue, por la libertad de Sebastián y su absolución, por el desprocesamiento de los nuevos imputados, por la libertad de Milagro Sala y todos los presos por luchar, contra la criminalización de la protesta social y por el derecho a defendernos de la represión con lo que tenemos a mano y por seguir acusando a ellos, los verdaderos criminales, con la convicción de que algún día, para el que trabajamos incansablemente, el pueblo trabajador se las cobrará todas. Y serán ellos, los explotadores, sus políticos, jueces y funcionarios a sueldo, los privilegiados y traidores los que tendrán que dar cuenta ante la justicia obrera y popular.