La patronal de Clarín cerró en enero, para ocultar el golpe. No tuvo en cuenta la fuerza de los trabajadores, que tomaron la planta, resistieron la represión, y supieron rodearse de la solidaridad de los sectores sindicales combativos y la izquierda. En la medida en que se hizo conocido, el conflicto fue despertando la simpatía de los demás trabajadores. Así resistió hasta hoy.
Con la ocupación recuperaron un método de lucha tradicional de la clase obrera, desechado por todas las burocracias sindicales, más respetuosas del derecho a la propiedad patronal que a los intereses de los trabajadores. Ante la desidia de la Federación Gráfica, su sindicato, lograron arrancar un paro del gremio, y una movilización esta última semana.
Una política correcta de reclamo de solidaridad a las centrales obreras, obligó a la CGT y ambas CTA a pronunciarse, temerosas que el ejemplo de la ocupación se extendiese, ante el reguero de despidos. Muchas otras empresas en la misma situación se están ocupando ante los despidos.
Sin embargo, y por la complicidad de los dirigentes sindicales de la planta de Clarín de Zepita (donde se hace el diario) y de la Federación Gráfica (que permite que otras gráficas produzcan las revistas que se hacían en AGR), tanto el diario como las revistas han seguido saliendo.
Un nuevo momento
De la soledad de enero, se pasó a la solidaridad y medidas de difusión.
Ahora comienzan luchas nacionales, como los docentes, y la CGT convocó una movilización con cese de actividades el 7 de marzo. La lucha de AGR está entrando en un nuevo momento, que abre nuevas oportunidades.
Con todo el respeto por una lucha heroica, queremos proponer algunas iniciativas que pueden ayudar a la lucha.
En primer lugar, es necesario que la lucha de AGR y demás plantas con despidos estén en el centro de la jornada del 7. Debemos reclamarle a la CGT que el palco esté al servicio de los compañeros, y la cabecera de la marcha también. Más que escuchar a los distintos miembros del “triunvirato”, la clase trabajadora necesita escuchar a los que están peleando contra los despidos.
Junto a eso, será el momento de exigir que se ponga fecha lo más cercana posible al Paro General con el que vienen amenazando. Es preciso iniciar ya mismo un plan de lucha de toda la clase obrera contra los ataques del gobierno.
Para impulsar esa lucha, AGR tiene la autoridad para convocar a un Encuentro Nacional de todos los sectores que están reclamando que el paro se concrete, para discutir la continuidad. Llamando a los bancarios que vienen de un triunfo, a los docentes que no inician las clases, a la Corriente Federal de la CGT y a la CTA (que sostienen que están a favor del paro) y otros sectores a organizarlo juntos.
Por último, tenemos que aprovechar esta semana de lucha, para incorporar a la pelea a los compañeros de la planta Zepita, que produce el diario. Del temor inicial, los compañeros están pasando a la solidaridad activa, poniendo dinero en alcancías para AGR frente a los ojos de la patronal. Es que ven que lo que pasa en AGR puede repetirse en otras plantas. El cese de actividades del 7 puede ser el momento en que se rompa la capitulación de los delegados patronales de Zepita, y los compañeros salgan a luchar. De ahí en más, habrá mejores condiciones de unificar a todos los trabajadores de Clarín, lo que pondría a la patronal contra las cuerdas.
TOTAL REPUDIO AL MONTAJE DE CLARÍN
El 23 de Febrero, Clarín publicó un artículo donde acusa a los trabajadores de AGR de atacar con cuchillos y armas de fuego a y causar destrozos en la imprenta Kollor Press. En palabras del director de la imprenta, los ex trabajadores de AGR (así los llama despectivamente Clarín) habrían incluso pegado afiches del conflicto en los muros de la imprenta que atacaron.
Cualquier trabajador en conflicto sabe que una acción así sólo puede ir contra los propios trabajadores de AGR, es por eso que el relato de Clarín roza el ridículo. A pesar de lo burdo del montaje, éste persigue intereses nefastos: desacreditar la lucha de los trabajadores, aumentar la presión con causas judiciales armadas y probablemente, preparar el desalojo por la fuerza de la planta de AGR.
Por eso, desde el PSTU rechazamos de plano el montaje de Clarín, la patronal de Kollor Press y la justicia contra los trabajadores. No se trata más que de un ataque y una acusación falsa para intentar evitar que el conflicto llegué a empalmar con los procesos de lucha y convocatorias del 6, 7 y 8.
Llamamos a todas las organizaciones sindicales y políticas a salir en defensa de los compañeros de AGR y continuar la campaña por su total reincorporación.