Para los trabajadores, lo que fue una fiesta, tiene poco futuro si no se organiza una nueva dirección. El triunvirato perdió de local, en su propio acto y contra su propia base por traicionar y pactar con el gobierno ajustador de Macri. Ahora necesitamos con urgencia poner de pie una dirección alternativa que represente esa bronca y organice la pelea contra el plan económico apoyándose en las bases del movimiento obrero.
No se trata de “modificar” ni “embellecer” un plan pro-patronal, ajustador y hambreador, que viene demostrando que está al servicio de los empresarios multimillonarios y el imperialismo. Lo que necesitamos es luchar para derrotarlo. Hace falta poner de pie un plan obrero de emergencia en defensa de los puestos de trabajo y las condiciones de vida de los trabajadores. No pagar un peso más a la deuda externa y a los empresarios millonarios y destinar ese dinero a crear fuentes de trabajo, a la educación de nuestros pibes y a la salud pública. Toda empresa que cierre o despida estatizarla bajo control de sus trabajadores. Basta de tarifazos, que el Estado se haga cargo de toda la industria energética, desde el petróleo hasta las empresas que brindan el servicio. Para eso hace falta avanzar en la unidad en la lucha de todos los sectores que están dispuestos a enfrentar al Gobierno y derrotar su plan de ajuste.
Esa nueva dirección debe forjarse al calor de las luchas que se multiplican hoy en todo el país, procesos vivos, complejos y que tienen diversas direcciones. Lo vamos a hacer con quienes se están oganizando ante cada despido o cierre de fábrica, con la ocupación como forma de lucha. Impulsando en cada conflicto la construcción de comités de lucha o de huelga con trabajadores efectivos, tercerizados, suspendidos, despedidos y sus familias. Uniendo todas las luchas y reclamos contra el gobierno.
Hace falta coordinar la pelea de los docentes en todo el país con cada una de las fábricas y sectores que hoy se ponen de pie contra los despidos, como AGR, General Motors y petroleros de Chubut. Es el momento de que los que vienen declarándose contra el plan económico del Gobierno como la Corriente Federal de la CGT, las CTA, Bancarios, Aceiteros, trabajadores del Subte, de la UOM y de la Alimentación entre otros sean parten de ésta unidad para luchar. No alcanza solo con declaraciones y medidas aisladas para posicionarse. Es tiempo de pasar a la acción con medidas concretas de coordinación.
A su vez, hay que vincular esas peleas con las familias y los barrios que se organizan contra los tarifazos y por condiciones de vivienda digna. Tenemos que tomar de ejemplo las históricas jornadas del 6, 7 y 8 de marzo, con miles en las calles en defensa de los salarios, la educación, contra los despidos, el ajuste y contra la violencia a la mujer trabajadora.
Porque no alcanzan los marcos sindicales para organizar la pelea. Necesitamos esa unidad con desesperación, para darle un golpe contundente al Gobierno y las patronales. Para que el paro nacional sea con movilización y tenga continuidad en un Plan de Lucha hasta derrotar a Macri y su plan de ajuste.
Por un Congreso obrero y popular con mandato de base
A su vez, los trabajadores necesitamos ir construyendo nuestra propia salida. Al calor del enfrentamiento al plan económico, necesitamos ir construyendo espacios que respondan nuestras necesidades más urgentes.
La salida no está en las próximas elecciones como nos quiere hacer creer el Gobierno, los dirigentes sindicales y los partidos de la oposición. Incluso algunos partidos de izquierda le hacen el juego (ver polémica en pág 10). Es una trampa para desviar la bronca, para sacarnos de las calles y que todo vuelva a ser como antes. Porque nosotros votamos, algunos juegan a ser oficialistas, otros a la oposición, pero siempre perdemos los trabajadores. Esa es lo que vivimos todos estos años.
No queremos a Macri, pero tampoco queremos “volver” al pasado. Tenemos memoria y sabemos que los ataques a los trabajadores, la pobreza, la corrupción y los negociados para los empresarios no son sólo patrimonio de este gobierno. Con Crsitina también pasaba y varios de los personajes que estaban antes ahora están en la misma y le apoyan las leyes del ajuste, como es el caso del Frente Renovador de Massa y el propio Frente para la Victoria.
Necesitamos una salida propia. Ir construyendo encuentros obreros y populares en las regiones que están en lucha, en el camino de convocar un verdadero Congreso obrero y popular con mandatos de base a escala nacional que termine de organizar el plan de lucha que los dirigentes traidores de la CGT se niegan a impulsar y vaya delineando algunas medidas de emergencia para darle una salida obrera y popular a la crisis.
Ha quedado demostrado que fuerza sobra. Lo que necesitamos es barrer a estos dirigentes traidores y colocar nuevos dirigentes que sirvan para luchar y tomen la decisión política de encarar otro camino para cambiar la historia.