¿Nunca más a la juventud?

A 40 años de la Dictadura, la represión de las fuerzas de seguridad sobre la juventud sigue creciendo día a día. 

En 1983 retornó la democracia con su frase central: ¡Nunca más! No más Terrorismo de Estado, torturas, ni desaparecidos. Pareció que sería una nueva etapa de la historia argentina a donde ya no se volvería. Sin embargo, año tras año ha ido en aumento la represión, el gatillo fácil y la tortura, tanto física como psicológica, que sigue siendo uno de los métodos aplicados durante de la detención de personas.
Según la CORREPI(1), desde el retorno a la democracia ha habido 4644 asesinatos por las fuerzas de seguridad a causa del gatillo fácil o la aplicación de torturas en lugares de detención; 3000 de ellos corresponden a los años de gestión kirchnerista. Si se suma que existen 200 desaparecidos en democracia y 70 asesinados en la represión a movilizaciones populares los números se vuelven atroces.
La mayoría de los que sufren esta represión son jóvenes, muchos de ellos menores de edad(2), que viven en los barrios más pobres. Son los mismos a los cuales los gobiernos destinan menos presupuesto para su educación o para su salud y los mismos que se ven obligados por su condición a aceptar los trabajos con las peores condiciones laborales. En peor lugar vivís, menos presupuesto para que vivas, pero más para que te repriman. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires los barrios que están en el sur son a los cuales menos presupuesto se les asigna, pero desde hace un par de años tienen en funcionamiento el Plan Cinturón Sur que lleva no sólo más policías sino miembros de otras fuerzas como la Prefectura y la Gendarmería.
Esta situación que se registra en todo el país se debe a que el accionar de las fuerzas de seguridad está al servicio de las multinacionales y de los grandes empresarios. Estos son los buscan que seamos sumisos, no protestemos y aceptemos los trabajos peores pagos. Es decir, que si nosotros no bajamos la cabeza y no trabajamos más rápido, ellos están dispuestos a agarrar el látigo para que lo hagamos.
A lo que más le temen es a los pobres organizados y conscientes. Por eso, te invitamos a que te organices y movilices con nosotros este 24 de marzo por un verdadero ¡Nunca más! Para que no haya ningún pibe menos en casos de gatillo fácil, torturas o desaparecido. Repudiemos la política represiva del Gobierno que sigue en aumento y que busca hacernos sumisos para que haya más entrega al servicio de las multinacionales.

Notas
1 Informe anual 2015 de la CORREPI (Cordinadora Contra la Represión Policial e Institucional).
2 Sólo en la Ciudad de Buenos Aires hubo 259 casos denunciados de causas de violencia policial a menores de edad en el 2015. (Informe anual Procuvin)


En todo el país la represión a la juventud se vive como algo cotidiano.
Acá te dejamos algunos relatos de cómo se está implementando en distintas ciudades

Buenos Aires, arrugas que no se borran

Todos sabemos que estamos viviendo en el marco de un gobierno democrático, sin embargo se está haciendo usual que a los jóvenes nos paren en la calle sin fundamento alguno y que viejas prácticas retornen.
Me ha sucedido estar reunida con amigos en la puerta de mi casa, en el barrio Virreyes de San Fernando, y que sin motivo alguno pase un patrullero, pare “a ver lo que estábamos haciendo” y nos pida los documentos. O ir un día al río y arbitrariamente la policía bonaerense nos haga bajar del auto para realizar una requisa infundada, reteniéndonos por más de una hora.
La policía actúa sin discreción y se mueve buscando jóvenes por su aspecto físico. Usando como excusa el nuevo decreto de Macri sobre la obligatoriedad del DNI y su política cada vez más represiva, nos persiguen por portación de cara, estigmatizando a quienes somos de los barrios más pobres.

Rosario, el puerto del saqueo 

Santa Fé es una de las provincias más ricas del país y nuestra ciudad es el principal puerto de la Argentina. Sin embargo vemos como las multinacionales, con la complicidad de los mal llamados “socialistas” que gobiernan desde hace años, se llevan nuestras riquezas por el río hacia el exterior. Sólo nos dejan pobreza, desocupación y muertes en las fábricas por las pésimas condiciones de trabajo y por la violencia social que crece día a día. Vemos como en los casos de gatillo fácil –como el de Franco Casco y Gerardo Escobar- nos matan y nos tiran al río para ocultar nuestra muerte.
También somos víctimas del narcotráfico el cual está avalado por la policía local. Muchos jóvenes no sólo lo usan como una salida para este sistema, que no nos brinda ninguna posibilidad de progresar, sino que inclusive al no poder conseguir trabajo algunos se ven en necesidad de encerrarse en los bunker de venta de droga. Inclusive muchas mujeres con hijos por su desesperación se ven obligadas a hacerlo. Estos búnker tienen sólo un lugar para entrar y salir, con paredes reforzadas y jornadas de 12 horas sin poder salir por ninguna razón, ya que sólo se pueden abrir desde afuera.

Comodoro Rivadavia, petróleo y represión 

La situación que se vive en la provincia desde hace unos meses con los cambios de ministros no es muy diferente a la del nivel nacional. Chubut adhirió a la declaración de la Ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, sobre el Protocolo Nacional Antipiquetes. Esto no es más que una estrategia para generar miedo ante el intento de cualquier protesta social.
Desde la asunción de las nuevas autoridades de seguridad, se aumentó de 18% a 38% de policías en las calles y más patrullas en los barrios. Nos dicen que este cambio que se está dando es para poder brindar más seguridad a la población ante cualquier hecho delictivo. Pero en verdad significa más represión en los barrios: hace unos meses el jefe de policía de Chubut, Ricardo Hughes, en una entrevista radial declaró: “…que desde la fuerza policial vamos a trabajar fuertemente lo que es la prevención. Vamos a trabajar fuertemente lo que es la identificación a personas sospechosas en tránsito, que a veces parece mala palabra decir sospechoso. Pero bueno, hay gente que es sospechosa”. Además, agregó que no basta con “decir ‘¡ah! porque anda con la capucha no es un chorro’. Bueno, muchos pibes usan las capuchas, pero bueno, los vamos a tener que identificar y ver qué cara tiene y qué anda haciendo, por qué está en ese barrio, qué le interesa de ahí, si va a ver a un amigo, o sino verificar que sea cierto”.
Estas son algunas medidas que son el principio de la situación que se viene. Va a haber que prepararse para enfrentar más aprietes y represión.

Córdoba, ¿Derecho a circular libremente?

Hace años que en esta provincia, la policía tiene licencia para detener jóvenes, usando legalmente el “merodeo”. Esta “herramienta” legal contenida en el Código de Faltas, y otorgada por Unión por Córdoba es la que ha permitido el asesinato de jóvenes, y su criminalización, usando como excusa la portación de rostro.
En la provincia que le garantizó el triunfo electoral a Macri, desde hace nueve años miles nos movilizamos contra el Código de Faltas que impide que los pibes de los barrios más pobres puedan ir al centro a buscar trabajo o a pasear. Ellos son perseguidos por su edad, apariencia, y color de piel. Es un Estado provincial que, luego de que nos deshiciéramos de la Dictadura, le “pinta los dedos” a los pibes de 16 o 18, impidiendo luego que consigan trabajo de calidad.
Quienes se oponen a los cortes de calle y apoyan el Protocolo Antipiquetes, porque consideran que tienen el derecho constitucional a circular libremente, se olvidan de que sus hijos muchas veces son golpeados y detenidos por la policía. Lo que ahora quiere hacer –y hace- Cambiemos en Buenos Aires, ya fue ensayado por su “opositor” De la Sota. Y es continuado por el actual gobernador de Córdoba, Schiaretti.
También, como lo reflejamos cada año en el AS, durante el mes de noviembre participamos de la Marcha de la Gorra donde más de 15 mil jóvenes junto a los partidos, le exigimos al Estado que deje de criminalizar la juventud, y que utilice la política y el presupuesto para darnos trabajo genuino, salud y educación de calidad.