on apuro, tres días antes del paro y movilización de las bases metalúrgicas anunciado para el 12/5, Caló, Belén, Furlán, Gutierrez, Cattaneo, Brunelli, etc., avalados por los demás secretarios generales de las seccionales (Urbano, Melo, etc.), firmaron otra escala de convenio a la baja, un 10% detrás de la inflación anual, luego de ocho meses sin actualización salarial. Pese a que el mismo Caló reconoció un incremento anual del costo de vida de más del 40%, pero lo que acordó no llega al 35%, como difunden, sino al 28,25%. Pues para equivaler al 35% debería ser en una sola cuota, como bancarios (33%) o aceiteros (38%). Ni siquiera hay un punto en el acta por el que se aplicaría la “cláusula gatillo” en el segundo semestre “si se dispara la inflación”, que de cualquier manera sería aceptar ahora la caída salarial. En un comunicado interno la cámara empresarial ADIMRA admitió que la diferencia entre su propuesta y la de la UOM no era entre 33 y 35% como nos quieren “vender”, sino entre 25,5 y 27,5% de aumento anualizado “real” (a moneda nominal, sin descontar la inflación).
Veamos: entre abril y junio el aumento es de $20 por cada $100 (3 meses x $20 = $60); entre julio y setiembre el aumento es de $27 por cada $100 (3 meses x $27 = $81); entre octubre y marzo el aumento es de $33 por cada $100 (6 meses x $33 = $198). Es decir: el aumento anual es de $60 + $81 + $198 = $339. En porcentaje es = 339/1200 = 28,25% anualizado. (Los $1200 = 12 meses x $100). Aunque los directivos nos quieran convencer que es un 35% al sumar las tres cuotas y calculen que la suma fija de $4000 (en dos mitades: noviembre y febrero) equivale a un 3% para una categoría media, sin antiguedad. Porcentaje que, lógicamente, baja para las categorías superiores a la media y a medida que aumenta la antiguedad. Pero es un monto que por acta absorbe cualquier aumento interno de fábrica, de modo que en muchos lugares no lo veremos.
Caló dijo en la movilización de delegados del jueves 14/4: “le digo a los señores empresarios que si tienen que despedir gente, que despidan…”. Y las patronales aplican esta “directiva”, echando compañeros en Siam, Motorarg y Eitar, por ejemplo.
Necesitamos imponer medidas de emergencia.
-Veamos las ganancias capitalistas acumuladas: plata hay para repartir las horas laborales entre todos los compañeros, sin achique salarial alguno. Trabajemos menos, pero todos. De toda empresa (como Techint o Eitar) que no aplique esta medida, el gobierno debe hacerse cargo pero estatizándola sin pago a la patronal. Y bajo control obrero de la producción y las finanzas, para garantizar todos los puestos sin empeorar (como en Cresta Roja o Atucha) las condiciones laborales ni salariales, ni que sigan vaciando. Así el estado podrá garantizar trabajo para todos con un salario que al menos cubra la canasta familiar (con asignaciones sin escalas ni topes) y el 82% móvil a los jubilados. Y un plan de obras públicas (gasoductos, etc.) a costos adecuados a las necesidades obreras y populares, sin subsidiar las ganancias empresarias.
-¡No a las importaciones indiscriminadas! Para reducirlas a lo mínimo indispensable, el estado debe recaudar impuestos a la importación de bienes que se producen o pueden producirse en el país. Esto presupone que el comercio exterior sea estatal. Y que no paguemos a los fondos buitres y demás especuladores la estafa de la deuda. Única forma de desarrollar una industria estatal pesada y semipesada, contra el saqueo de los recursos naturales y el modelo agroexportador de Macri y los gobernadores, bendecido por Obama.
-Que los Congresos Seccionales de Delegados, con mandatos de asambleas de fábrica donde debe debatirse y resolverse todo, rechacen lo firmado y convoquen a un plan de lucha unificado contra los despidos y las suspensiones; contra la criminalización de los reclamos; y por un aumento salarial que al menos equipare lo que perdimos en el último año por inflación y su actualización mensual. Plan de lucha que incluya paros, movilizaciones y tomas de fábricas, como en Eitar o plantea la UOM en Tierra del Fuego.
¡Que se debata y resuelva un programa obrero de emergencia contra el ajuste y la represión de las patronales, Macri y los gobernadores! Con medidas concretas (como las que proponemos u otras similares) para exigir ya que las centrales sindicales las enarbolen. ¡Que la CGT Caló convoque junto con las demás centrales a paro general como inicio de un plan de lucha unificado de todo el movimiento obrero hasta imponer dichas medidas obreras!
La solidaridad efectiva con los conflictos y la coordinación para ayudar a su triunfo es más necesaria ante la levantada del paro y movilización de la UOM, y la política de aislamiento de los directivos. Con ellos vamos para atrás. Debemos construir desde abajo un fuerte plan de lucha y, en ese camino, una nueva dirección independiente del estado y las patronales, que aplique la democracia sindical para pelear unidos y organizados por nuestros más elementales derechos.