El brutal femicidio de Ludmila Pretti en Moreno se suma a la lista de mujeres que este año, y todos los años, siguen siendo asesinadas en Argentina en manos de hombres que consideran que las mujeres somos “cosas” usables y descartables. La movilización en Moreno, reprimida por la policía, deja a las claras la política que se aplica: palos para quienes se movilizan y reclaman ¿Entonces que debemos hacer para combatir la violencia machista y que se haga justicia por todas nosotras?
Femicidios: un reflejo de la violencia que se profundiza
En lo que va del 2020 llevamos contados 117 femicidios y 138 hijes que quedaran sin su madre[1]. El lugar mas inseguro en esta cuarentena es la propia casa de las víctimas, donde se dieron la mayoría de los femicidios en este periodo. Nuestras casas no son el “mejor lugar para estar” y la cuarentena sigue siendo un privilegio para muy poca gente.
El grito de Ni una menos se sigue escuchando en Moreno y sale con furia de la garganta de les familiares y vecines de Ludmila, que vienen siendo sacudides por 8 femicidios en el distrito. Y aunque sufren la represión, no se callan más. Gracias a esa bronca expresada a piedrazos, la policía al otro día atrapó al presunto femicida, quien antes se les había esfumado en sus propias narices. En cada barrio corre como reguero de pólvora la idea de tomar en sus manos cada reclamo, cada denuncia. La olla popular, el piquete, la movilización a la comisaria, ya no suenan como ideas ajenas, sino como una necesidad inmediata.
Los femicidios son emergentes de una situación de violencia estructural contra los sectores populares y dentro de ellos, sobre todo para mujeres, travas y trans. La crisis económica brutal que se viene desarrollando desde antes de la cuarentena se lleva puestos barrios y familias.
Crisis económica, pandemia y violencia estructural
Las tomas de tierras encabezadas mayoritariamente por mujeres son una muestra de la enorme cantidad de urgencias que este gobierno no ha solucionado y que ya no pueden esperar ni un minuto más. Las muertes por abortos clandestinos siguen existiendo, acalladas por las “urgencias” que el gobierno dice priorizar, como el cuidado de la vida y la salud de todes. Pero ni tampoco: deja las manos de las patronales liberadas para hacernos trabajar de cualquier manera, a pesar del caldo de cultivo para el Covid que significan las fabricas o el transporte público. Un sistema de salud al borde del colapso sostenido básicamente por mujeres que se siguen contagiando y muriendo. Una agigantada brecha salarial entre hombres y mujeres que sobrepasa el 20%[2], y una creciente desocupación femenina. Las tareas domésticas y de cuidados recargando las espaldas de las mujeres que además deben seguir trabajando desde su casa. Botones de muestra gigantes de un sistema en donde nuestras vidas están cruzadas por una violencia estructural y que nos pega de lleno en la cara cada minuto de nuestra vida. Es el sistema capitalista, no la pandemia.
Promesas y parches, pero no hay soluciones de fondo
Ante un contexto de semejante gravedad, el Ministerio de Mujeres y Alberto Fernández vienen aplicando parches, como el Plan Nacional contra la violencia de Genero,[3] pero nada que ataque de fondo la cuestión. El decreto del día martes para la puesta en marcha del plan ACOMPAÑAR[4] tampoco ataca las razones de la violencia machista, sino que se aplica como un paliativo que no dará autonomía a mujeres víctimas de violencia, ya que nadie puede ser autónoma ni subsistir dignamente con $16 875.
Aunque venimos insistiendo en que la CGT, las CTAs y los sindicatos deberían tomar en sus manos la defensa de las mujeres trabajadoras y de los sectores populares, cada día queda más claro que hoy su función es sostener el Pacto Social. Nada bueno para nosotres podría salir de semejante pacto, que solo beneficia a las patronales para que se sigan llevando lo que nosotres producimos con tanto esfuerzo. Que sigan despidiendo y suspendiendo, rebajando los salarios, o viviendo del trabajo doméstico femenino gratuito lo único que hace es engordar sus bolsillos. De la misma manera, quienes se reclaman dirección del movimiento de Mujeres, tales como el Ni una Menos o la Campaña por la Legalización del Aborto, vienen siendo funcionales y esperando…ellas pueden esperar, las mujeres muertas por abortos clandestinos ya no pueden, el hambre no espera, los contagios masivos por Covid tampoco.
Luchar con rabia por la vida de cada Ludmila
Ninguno de los reclamos que impulsaron las grandes movilizaciones de los últimos años se cumplieron. Lejos de eso, cada día mueren mas y mas mujeres de las maneras mas atroces. Combatir la violencia machista en todas sus facetas es totalmente contrario a seguir pagando millones a los buitres de la deuda y tampoco es posible sin cobrarle grandes impuestos a quienes mas tienen. No habrá presupuesto para un plan de viviendas sociales para las mujeres violentadas y sus hijes, trabajo digno y salud publica de calidad para todes, cuarentena sin hambre para los sectores populares sin despidos ni suspensiones si no se toman medidas de fondo reales que inviertan millones en la deuda que tienen con nosotras y con les trabajadores.
Solo un gobierno que represente nuestros intereses, un gobierno de les trabajadores puede llevar adelante estas tareas. Como en Moreno, necesitamos organizarnos y movilizarnos para tomar lo que nos corresponde, solo así podemos evitar que nos arrebaten a otras Ludmilas.
[1] https://twitter.com/Casadelencuentr/status/1301984039600033792/photo/1
[2] https://www.argentina.gob.ar/noticias/la-brecha-salarial-entre-hombres-y-mujeres-supera-el-20-0
[3] https://nuevo.http://nuevo.pstu.com.ar/wp-content/uploads/2014/09/trotskyarchivo.jpg.com.ar/honrar-a-los-buitres-de-la-deuda-o-defender-la-vida-de-las-mujeres/
[4]https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/234705/20200909?fbclid=IwAR36WY3Kw2ErhLky9IQ5DYRBs6HZoc5-W5Qd703dYA0tOJmw2ukWLQFXMjM