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¡ORGULLO, SÍ! ¡MACRI NO … Y SCIOLI, TAMPOCO!

Durante el primer y segundo fin de semana de noviembre se ha realizado en el país, la 15° Marcha del Orgullo Gay.

Desde el PSTU nos dimos la tarea de marchar de manera diferenciada, junto con otros partidos de izquierda. En Neuquén, nos oponíamos a la consigna que levantaba la comisión organizadora sobre legalizar el “trabajo” sexual. En Buenos Aires nos enfrentábamos al aparato de los partidos patronales que pretenden año tras año, hacer de esta marcha un desfile vistoso y extravagante, cuando en realidad tiene sus orígenes en la resistencia y la lucha de sectores oprimidos y en el cuestionamiento al modelo heteronormativo o de heterosexualidad obligatoria, que todo el sistema político y la Iglesia nos quieren imponer desde las instituciones.
La discriminación, los crímenes de odio, la invisibilización, el modelo heteronormativo nos acosan cotidianamente. El gobierno kirchnerista, a pesar de haber impulsado el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y otras medidas que significaron avances, es cómplice de la humillación y la violencia, acompañado por sciolistas, macristas y massistas.
Nosotros decimos claramente, que sin inclusión laboral real, sin presupuesto para aplicar las leyes que protegen contra la violencia hacia las mujeres, y sin un gobierno que esté realmente decidido a dar la batalla contra del tráfico de personas con fines de explotación sexual y el desmantelamiento de todo el sistema prostibulario, no hay nada que festejar. Seguiremos en las calles exigiendo por el fin de todo tipo de opresión.

Por eso ni Macri ni Scioli son una opción para este 22 de Noviembre. Ninguno de los dos representa los intereses de la clase trabajadora, y ya han expresado sus posturas en relación a la violencia de género como un hecho de la vida doméstica y privada de las personas y se han declarado a favor del acoso callejero, desde una postura retrógrada y machista.
Por eso este 22 de Noviembre votamos en blanco. Y tres días después, el 25, ojalá llenemos las calles nuevamente para decir con la fuerza de miles en un solo grito NI UNA MENOS.