Indigna ver miles y miles de trabajadores, jóvenes, ancianos, niños, la mayoría gente muy humilde habiéndolo perdido todo, cuyos sueños y futuro yacen bajo las heladas aguas en Colón, Luján, y más de 40 ciudades del país. En Salto hay 600 personas evacuadas, otras 500 que se autoevacuaron en casas de familiares y un total de 5.000 personas afectadas por la inundación. En Luján, 300 personas seguían evacuadas y los afectados ascendían a 10.000. En Mercedes, había 800 evacuados y 3.000 afectados. En San Antonio de Areco, 120 evacuados y 1.500 los afectados. Están afectados Pilar y Arrecifes y en todas las localidades hay personas viviendo en clubes, polideportivos, estadios y escuelas. En La Matanza ya había 1.200 evacuados, miles de personas debieron abandonar temporalmente sus hogares.
Pero lo que más indigna es la respuesta del gobierno de Cristina Kirchner, de Scioli y los gobernadores e intendentes, además de los candidatos que aprovechan la desgracia que viven miles de familias para hacer campaña electoral, como Massa y Macri. Un párrafo aparte se merece el gobernador de Buenos Aires y flamante ganador por el oficialismo de las elecciones del domingo pasado. Parece que poco le importó el drama de los miles de evacuados y afectados por las inundaciones y se fue a Europa a realizar su costoso tratamiento en su brazo ortopédico. Toda una postal de quien dice defender la salud pública para la tribuna pero se va al extranjero a pagar millonadas en una clínica privada para resolver sus problemas. No obstante, la indignación popular lo obligó a regresar antes de lo previsto.
Por su parte, el gobierno nacional anunció el pago de miserables jubilaciones dobles y eximición de impuestos a los afectados, lo que aumentó la indignación de quienes están bajo el agua porque parece una cargada. Berni junto a los bomberos de la zona se apersonaron en el lugar simbolizando toda la desidia e inoperancia de las autoridades, pero nada puede ocultar la magnitud de la tragedia, miles de evacuados, pérdidas materiales cuantiosas, decenas de muertos y miles de vidas en riesgo. Nuevamente es la acción solidaria de los afectados y de los voluntarios quien sale al rescate de los damnificados.
La Inundación no es una tragedia de la naturaleza
El gobierno se justifica diciendo que estamos siendo afectados por las lluvias, y condiciones climáticas extraordinarias. Aníbal Fernández, jefe de gabinete y candidato a gobernador por el Frente para la Victoria advirtió que se dio «un nivel de lluvias impensado para estas épocas, entre 250 y 300 milímetros en pocos días». Y si bien es cierto que hay mal clima porque está afectando la corriente del Niño, las inundaciones no son el producto de una tragedia de la naturaleza. Son el producto de la desigualdad social, el accionar de los gobiernos nacionales y provinciales, la corrupción de los intendentes, el despilfarro, y la falta de planificación.
La inundación golpea sobre toda la población, pero afecta con fuerza a los sectores más humildes, quienes viven en casas precarias, sin medios para defenderse con construcciones especiales. Por eso genera una profunda indignación la noticia de que un niño de 11 años en Pilar, Rodrigo, y un señor en Quilmes, Benitez, perdieron la vida al caer en arroyos desbordados por las inundaciones.
Muchas familias no perdieron la vida, pero sí el esfuerzo de años de trabajo en tres días, cuando la lluvia arruinó su “techo” y destrozó sus pertenencias. Este es el mecanismo que el sistema capitalista garantiza: el pueblo trabajador y pobre, sufre las terribles pérdidas y consecuencias, mientras gobiernos y los empresarios cuentan los evacuados desde los helicópteros. Priorizan sus ganancias, y negocios, a invertir un presupuesto al servicio de saneamiento e infraestructura, como la obra hídrica del Salado, varias veces presupuestada, pero nunca ejecutada, que acabe con este flagelo que son las inundaciones.
A su vez, Colón, Pilar y Luján vienen siendo particularmente afectadas desde que estalló el “boom” de construcción de countries y barrios cerrados para los más ricos. Las obras mal planificadas, hechas con apuro para las ganancias de empresa constructoras y grandes empresas obtener ganancias dañaron severamente el funcionamiento hídrico de arroyos y ríos de norte de la provincia de Bs. As, y afectó la salida de las aguas. Desde que los ricos construyeron sus fastuosas casas, la vida de las barriadas de Luján y Colón se ha transformado en una pesadilla con inundaciones permanentes.
Por eso miente Aníbal Fernández cuando afirma que la Inundación es una tragedia de la naturaleza. Las inundaciones son responsabilidades de los gobiernos del PJ, UCR de Massa y Macri que han condenado con su política a miles de pobladores a vivir bajo el agua, priorizando los negocios.
PLATA HAY: Plan de Obras Públicas para Saneamiento Ya!!!
Mientras millones fueron gastados en las campañas electorales de Macri, Scioli y Massa. Otros millones son destinados en “ayuda” a los bancos y empresas o subsidios para las privatizadas y al pago de la fraudulenta deuda a los buitres usureros. A nosotros, además de ajuste y represión, la desinversión en obras públicas y que el gobierno permita obras que taponan la salida natural del agua, nos castiga con las inundaciones.
Por ello, es necesario decretar la emergencia nacional y tomar medidas urgentes para evitar que se profundice la tragedia. Las organizaciones sindicales y sociales deben tomar la tarea en sus manos para organizar el auxilio a los miles y miles de afectados. Y a su vez, deben exigirle al gobierno de Cristina que acaba de destinar 3500 millones de dólares de las reservas del Banco Central para pagar la estafa de la deuda externa que destine ese dinero en forma inmediata para socorrer a los inundados y realizar de una vez por todas las obras que hagan falta.
Además, las grandes empresas deben aportar en forma urgente y gratuita los productos necesarios para reponer todo lo perdido. Por ejemplo, para dar una copa de leche diaria a 10000 afectados se necesitan 2500 litros. En Argentina se producen unos 30.000.000 de litros de leche por día concentrados principalmente en La Serenísima, Sancor y Danone: solo el 0,008% de esa producción bastaría para hacerlo. Matarazzo (Pérez Companc), Don Felipe (Kraft-Terrabusi) y otros, deberían aportar medio paquete de fideos diarios por persona. Los grandes estancieros y frigoríficos, 200g de carne. De la misma forma, que Loma Negra, Aluar, Ferrum, Klaukol, Acqua System, etc., proporcionen materiales de refacción.
Y en el mismo sentido, para financiar las obras necesarias tenemos que grabar con nuevos impuestos a los bancos y grandes empresas radicadas en el país tales como Arcor, Molinos, Wallmart, Techint, Volkswagen, GM, Monsanto, Cargill, Coca Cola, Quilmes, Google, Chevrón, Shell, Telefónica, Banco Galicia, Santander Río, etc., proporcional a su facturación y al número de trabajadores empleados.
* Que el Gobierno indemnice a las familias afectadas. Ley de Emergencia para otorgar subsidios para restauración de viviendas y restitución de bienes perdidos. No a los créditos impagables para quienes lo perdieron todo.
* Plata para obras Públicas y ayuda a los damnificados. NO para los buitres de la deuda externa.
* Que los hipermercados y empresas líderes de alimentación, textiles, de productos de higiene y construcción aporten en forma urgente y gratuita los productos necesarios para asistir a los damnificados.
* Impuestos a los bancos, a los grandes propietarios del campo, a las mineras, petroleras, hipermercados y grandes empresas radicadas en el país.
* Que la CGT y CTA exijan al gobierno y las patronales el pago de los días que los trabajadores no pudieron ir a trabajar por inundación, sin perder premios ni el presentismo.
* Campaña de Solidaridad de todas las organizaciones de trabajadores, estudiantiles y barriales con los evacuados.