Otro año de saqueo y de grandes ganancias para las patronales

Cristina anuncia las ganancias del 2014 de las empresas en la conferencia de la UIA al lado de su presidente, Héctor Méndez.

La soberanía e independencia del discurso K se cae por el abismo. Un 2014 con miles de millones de dólares para el pago de una fraudulenta deuda externa, entrega de recursos energéticos, sin autoabastecimiento y dependiendo de la voluntad de las multinacionales para inversiones creando peores condiciones laborales y de explotación. Fue un año donde los trabajadores sufrimos más devaluaciones de nuestra moneda, con una colosal inflación y salarios devaluados, suspensiones, despidos, trabajo precario, caída del consumo y con un futuro más incierto. Todo para sostener las enormes ganancias del imperialismo ante la colosal crisis económica financiera mundial, con Europa y Japón en recesión y EE.UU. creciendo y aspirando a todos los demás.

 

Ya desde principio de año, la devaluación expropió parte del salario de los trabajadores, con alza de precios en una economía dependiente de importaciones. Capitanich trató en las mañanas de maquillar la devaluación, que ayuda a las patronales para cambiar sus dólares por más pesos y pagar así salarios empobrecidos y abaratar la cancelación de sus deudas. Esto fue uno de los factores que permitió a las patronales seguir acumulando grandes ganancias.
En la reciente conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), Cristina dijo que “la industria tuvo un resultado neto de 82 por ciento más (en 2014) y el resto de las empresas de un 66 por ciento más, e YPF fue la que más ganancias tuvo durante el año, con 138 millones de dólares”.1 Es decir, un año de enormes ganancias para la burguesía y las multinacionales, y de entrega de recursos al imperialismo.

 

Pago de deuda externa con más endeudamiento

El Gobierno K se ufana de una década de desendeudamiento, habiendo pagado U$S 190.000 millones, de una deuda que es estafa e impagable. Pero lo actuado por Cristina y Kicillof muestra por qué el endeudamiento público sobrepasa esa cifra a fines del 2014:
– Se pagaron con títulos de deuda externa los laudos perdidos en el CIADI (Juicios de empresas de extranjeras de servicios luego de la crisis del 2001) por unos U$S 1.000 millones, y hay 20 demandas más por U$S 10.000 millones.
– En abril 2014 se indemnizó a la estafadora Repsol por la expropiación de las acciones de YPF emitiendo bonos por U$S 11.000 millones (capital más intereses).
– Se pagó con bonos la deuda de casi U$S 10.000 millones con el Club de París, más intereses adicionales por unos U$S 1.000 millones.2 En junio ya se pagaron U$S 642 millones con reservas. Una deuda originada durante la última Dictadura Militar e investigada por la Justicia Argentina en la causa “Olmos II”3.
– Desde mediados de año se emitió nueva deuda: U$S 4.000 millones, con bonos Bonar 2016/2017 U$S 2.000 millones y Bonad 2016/2018 U$S 2.000 millones.
– Hace unos días, el Gobierno K recompró anticipadamente bonos Boden 2015 por U$S 6.262 millones reemplazándolos por Bonar 24 a diez años de plazo con un interés anual del 8,75%, con el festejo de los especuladores ante una tasa de interés cuatro veces superior a la que se paga internacionalmente.4
– Se emitió además U$S 3.000 dólares de deuda adicional en moneda extranjera, también a través de Bonar 24, incrementando más la deuda externa.
– Al 30 de septiembre de 2013 (último dato oficial), la deuda pública interna y externa sumaba U$S 201.000 millones. Generando nuevos intereses, más la nueva deuda que se está tomando para financiar el enorme déficit fiscal.5
La bomba de succión del imperialismo financiero mundial ante la crisis, empujó a nuevas relaciones con el FMI, con el lema capitalista “no emitan dinero, emitan deuda”. Por lo que es casi seguro un arreglo después de diciembre con los fondos buitre (holdouts) liderados por el juez Griesa, a pesar del cacareo K. El endeudamiento público subiría a más US$ 250.000 millones. Son unos U$S 100.000 millones adicionales a los US$ 144.500 millones adeudados cuando en 2001 se declaró el “default del país”. Más de la mitad de la deuda está contraída con la ANSES y el Banco Central. Es decir con los jubilados y el pueblo. Si a ello le agregamos la deuda externa de las empresas del Estado y las provinciales llegaríamos a un total de deuda pública que supera ya los U$S 350.000 millones.

 

Una timba financiera con el Banco Central controlando la ruleta

Según el Banco Central, los bancos lograron duplicar sus ganancias a septiembre de 2014 y en términos nominales el sector aumentó 55% en julio y 117% en los primeros siete meses del año.
A julio de este año, el sistema financiero llevaba acumulado una ganancia de $29.074 millones (117% superior a la de igual período de 2013) y de casi $45.000 millones en los últimos doce meses. Las ganancias de los bancos privados extranjeros fue mejor que la de la banca nacional.6
Negocios redondos para el capitalismo financiero, con leyes que permiten elevar tasas a su antojo sin pago de impuestos a las transacciones.
Más allá de los limitados planes populistas K, por las altas tasas de interés es inaccesible para un trabajador un crédito barato para sus necesidades más urgentes.

 

Exportadores con bolsillos llenos

La caída del precio mundial de los “commodities”, como el de la soja, por debajo de los U$S 350 la tonelada genera menos divisas por las exportaciones y se recauda un poco menos de retenciones e impuestos, haciendo desaparecer prácticamente el superávit comercial. Pero las patronales del campo siguen ganando y los intermediarios que exportan mantienen el control del acopiamiento y especulando obteniendo millonarias ganancias que exportan a sus casas matrices europeas o yanquis, como, Dreyfus, Cargill, Bunge Argentina, Molinos, Noble, Nidera, Oleaginosa Moreno, Aceitera Gral. Deheza, etc. Mientras tanto el precio de nuestros alimentos para consumo local sube por el ascensor.
La especulación exportadora también llega a las automotrices, que acumulan stock a la espera de colocar lo producido a precios más convenientes, pero con un costo laboral devaluado y barato.
Merecen una mención especial las petroleras, que aunque el precio del barril de crudo internacional bajó a U$S 65 el barril, y caen las acciones en la bolsa capitalista como las de Petrobras, el precio de las naftas y derivados en Argentina no disminuye, originando millonarias ganancias a los pulpos energéticos.
La Ley de Hidrocarburos K les cierra redondo a los exportadores: las empresas podrán comercializar libremente en el exterior una parte de la producción sin retenciones, con libre disponibilidad del crudo y liberadas de pago de impuestos y concesiones por 35 años. El contrato con Chevrón por Vaca Muerta fue un anticipo de esta entrega.
Como también la reforma del Código Civil, al no declarar como derecho humano el agua, para beneplácito de las corporaciones mineras exentas de ciertos impuestos.

Notas:
1 Arg Noticias – 03-12-2014
2 iEco Clarín – 03-08-2014
3 Argenpress – Héctor Giuliano – 29-11-2014
4 Diario La Nación – 06-12-2014
5 Ministerior de Economía – Página Web
6 Banco Central – Diario Uno – 23-09-1014