Después de casi seis meses de soportar la pandemia, la reactivación económica capitalista es lo que más preocupa al Gobierno, dentro de una crisis mundial profundizada por el coronavirus. Como en todo régimen burgués, lo más importante son las medidas que permitan a las patronales seguir acumulando ganancias a costa de la explotación y mayor empobrecimiento de los millones de trabajadores activos y jubilados, Y obtener mayores recursos disponibles para el pago en lo inmediato de los millonarios intereses de la impagable Deuda Pública Interna y Externa. Así anunció medidas económicas con las que supone que las patronales solucionarían la inversión, el empleo y la distribución de la riqueza.
A principio de mes, en la fábrica de pinturas Sinteplast, en Ezeiza, Alberto Fernández y su equipo celebraron el Día de la Industria ante decenas de dueños y CEOs de empresas como los de Techint, “expulsadores de obreros” a pesar del decreto antidespidos en plena cuarentena y el “hacerse el desentendido” del Gobierno.
Fernández ya había ratificado que es amigo del capitalismo, en plena cuarentena ya había dispuesto ciertas medidas económicas para atenuar la crisis de los bolsillos patronales: rebajas salariales, paga de salarios del sector privado, liberar actividades fabriles con falta de control de protocolos por cuarentena, diferir y/o evitar los aportes patronales a la seguridad social, moratorias impositivas, etc. y por otra parte, a los millones de desocupados el miserable IFE de $5.000.- por mes. (10.000)
Previo al encuentro, Alberto les decía: “Sepan que en el Gobierno tienen socios para que hagan crecer sus empresas, para que puedan exportar y hacer ingresar divisas para el país». ÁmbitoFinanciero 26-08-2020 En esta reunión anunció algunas medidas previendo la post pandemia empresarial:
- Créditos por $455.000 millones de pesos a 10 años, con tasas de fomento.
- Creación de una Banca de Desarrollo que coordine estos préstamos no aclarando si los bancos aceptarán tasas más bajas que el “mercado” o solicitarán subsidios.
- Apoyo a empresas industriales y tecnológicas con $1.400 millones, proveedoras a sectores estratégicos (petróleo y gas, minería, automotriz, industria ferroviaria y naval, etc.)
- Las Pymes recibirían del Ministerio de Desarrollo Productivo recursos en un 70% no reembolsables.
- Promocionó un plan de transformación informática y digital PYMEs sin mayores aclaraciones y que recursos pondrá el Estado.
Solo anuncios para calmar a las patronales
Para calmar la ansiedad de los capitalistas que vienen acumulando fortunas, se anticiparon algunas de las 60 medidas que el Alberto viene promocionando a través de los medios burgueses. Medidas que se relacionan con salarios a la baja con la complicidad de las burocracias sindicales (ver nota aparte), otro blanqueo de capitales, compras en cuotas con tarjetas de crédito, impulsar economías regionales y una nueva fórmula para las jubilaciones, que sería dos veces al año en base a los miserables aumentos salariales y la recaudación en seguridad social, cuando por otro lado perdona estos aportes patronales. Agregando el acuerdo antisoberano reciente con los fondos buitres y el sometimiento por la negociación próxima con el FMI.
Los capitalistas, nacionales y extranjeros lo recibieron optimistas. Critican la injerencia del Estado burgués en la economía, pero callan cuando este mismo Estado los beneficia en sus ganancias. Y en paralelo pocos anuncios sobre obras públicas, planes de vivienda, salud, educación, empleos genuinos para millones, etc. Más de ocho millones pidieron el miserable IFE (Ingreso Familiar de Emergencia).
Para Fernández, amante del capitalismo, previendo la post pandemia, la ayuda a las burguesías serviría a estos trabajadores desocupados y precarizados, algo que la historia del capitalismo en nuestro país muestra lo contrario.