Como adelantamos en el AS 139, Macri, secundado por su ministro de Transporte Dietrich, desarrolla un plan para asfixiar y privatizar en forma encubierta a Aerolíneas Argentinas. Lo hace bajo la fachada de una “revolución aerocomercial”.
El pasado 6 de setiembre se realizó la segunda audiencia para autorizar 203 rutas de cabotaje y 300 internacionales solicitadas por 7 líneas aéreas que ingresarían al mercado argentino. Según Cambiemos, implicaría la llegada de inversiones, que ocho provincias tengan conexión internacional directa, fomento del turismo, bajar los costos logísticos y creación de miles de empleos.
Los trabajadores aeronáuticos empezaron a revelar qué oculta el gobierno tras esas seductoras promesas. El día de dicha audiencia, convocados por sus gremios (APTA, APA, UPSA, APLA y UALA), paralizaron Aeroparque y Ezeiza, realizando asambleas y concentraciones durante toda la jornada.
Rechazan el ingreso de empresas low cost, la aprobación de rutas superpuestas con las de Aerolíneas y la proliferación de rutas aéreas sin contemplar medidas de seguridad. Denuncian a las low cost que, para mantener precios bajos, hacen recortes a costa de las condiciones laborales (reniegan de los convenios colectivos, no toman personal permanente y promueven la tercerización laboral) y ofrecen servicios de menor calidad y menos seguros para los pasajeros.
Diego Ferrari, representante de Norwegian, una de las empresas interesadas, dijo: “Nuestra propuesta se distingue del resto de las propuestas que hay en el mercado. Nosotros hacemos 40 km por litro de combustible, mientras British Airways hace 27 km. Es solo un ejemplo de por qué ofrecemos precios accesibles” (1). Después de la catástrofe del Chapecoense, no se sabe si esa declaración refleja impunidad o cinismo.
El gobierno decretó el mismo 6 de setiembre, la conciliación obligatoria, que fue acatada por los gremios aeronáuticos. En la prensa se difundió posteriormente que éstos denunciaron que “Va a haber lluvia de cadáveres” con las low cost, pero se limitaron a sostener que ese formato “no es posible por falta de infraestructura”. (2)
¡Se necesita infraestructura, pero no queremos low cost! Los gremios aeronáuticos deben organizar de inmediato un plan de lucha con paros y otras medidas de acción discutidas en asambleas. Y no puede faltar en el pliego de reivindicaciones la exigencia de que Aerolíneas, renacionalizada y estatizada, funcione bajo control de sus trabajadores, únicos y verdaderos interesados en el crecimiento de la empresa.
(1) La Nación, O7/09/2017
(1) http://infogremiales.com.ar/, 11/09/2017