Un verano caliente. Y no sólo por la temperatura. Mientras el gobierno redobla los ataques contra los trabajadores, se multiplican la bronca y los conflictos sociales obligando a varios sindicatos a avanzar con medidas de fuerza. Aunque todavía son acciones aisladas y parciales, el Gobierno cada día pierde más apoyo político, acorralado por el escándalo de la estafa en el Correo Argentino que lo ubica como uno de los gobiernos más corruptos en los medios de prensa a nivel mundial, complicando todo el panorama para los sectores patronales que lo sostienen. No hay nada que esperar, hay que unir las luchas para derrotar el plan antiobrero de Macri, presionando desde abajo a las centrales para que adelanten y concreten el paro convocado como inicio del plan de lucha que necesitamos.
El año comenzó con más despidos, principalmente en la industria, dejando en evidencia que el “pacto anti-despidos” que habían firmado el Gobierno, los empresarios, y las centrales sindicales solo fue una maniobra para ganar tiempo y evitar una medida de lucha. Los precios se disparan sin control y ahora nos quieren meter un nuevo techo salarial apelando a los aprietes y amenazas. A su vez, ya colocan una nueva reforma laboral sobre la mesa, para avanzar en la flexibilización laboral y el ataque a los convenios, con el acuerdo firmado con el gremio de los petroleros de Vaca Muerta como punta de lanza. (Ver pág. 3)
Todas estas medidas son parte de un mismo plan económico de hambre y miseria que el gobierno de Macri nos quiere imponer a todos los trabajadores del país. Así lo empiezan a ver los laburantes en los lugares de trabajo, que ya no esperan nada de este Gobierno y cuya bronca creciente presiona a los dirigentes sindicales para que convoquen una medida de lucha.
Así fue como el año pasado terminó con la victoria del CONICET luego de varios días de toma masiva del Ministerio por parte de sus trabajadores y siguió con la toma del Ministerio de Educación. Ésto se extendió durante el mes de enero con la heroica lucha de los trabajadores de AGR-Clarín, que vienen sosteniendo la toma de la planta gráfica más importante del país en defensa de sus puestos y el convenio de trabajo hace casi más de un mes. (Ver pág.7)
Ahora la UOM tuvo que marchar contra los despidos y suspensiones, los bancarios vienen en plan de lucha y van al paro el próximo viernes, lunes y martes exigiendo que se cumpla con el aumento salarial del 23,5% acordado con las cámaras empresarias en diciembre último. Y a su vez, esta situación empalma con la de los docentes de todo el país, que en la misma sintonía, el Gobierno se negó a convocar a la paritaria nacional, lo que parece encaminarse a un no inicio de clases a principios de marzo por parte de los gremios docentes, que empalmará con la movilización ya convocada por la CGT, CTERA y CTA para el 7 de marzo y el paro internacional de mujeres del 8 de marzo. (Ver pág. 10).
Un mundo convulsionado
Lo que sucede en nuestro país no es un hecho aislado. Está relacionado con lo que pasa a nivel mundial. La crisis económica desatada en el 2008 no se cerró y continúan los ataques contra los trabajadores en todas partes. Pero también hay un crecimiento de la resistencia de los trabajadores a la aplicación de esos planes de ajuste.
Pero lo más notorio es que esta polarización llegó al corazón del imperialismo con la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos. La “bienvenida” al nuevo mandatario con discurso reaccionario fue con movilizaciones de millones de personas en las calles, colocando al régimen estadounidense en una crisis sin precedentes. Se estima que en menos de un mes de mandato se registraron las movilizaciones más importantes de la historia norteamericana que ya han obligado a renunciar a varios funcionarios, como el principal asesor de seguridad, con fallos judiciales contrarios al propio gobierno y con sectores llamando a la desobediencia civil.
Por ello, las coincidencias en las medidas que proponen Trump y Macri también parecen marcar esta misma dinámica en el rechazo que provocan. (ver páginas centrales).
Y en esa lucha las mujeres y la juventud han jugado un papel muy importante. Apoyados en lo sucedido aquí con las jornadas del “NiunaMenos”, y luego de las jornadas multitudinarias protagonizadas en la asunción de Trump, llaman el próximo 8 de marzo a un paro internacional de mujeres que ya está convocado en más de 22 países. Un hecho histórico extraordinario que en nuestro país continuará la experiencia del 19 de Octubre pasado tonificando las luchas que vienen creciendo, justo cuando se registraron 57 femicidios en lo que va del año. Debemos aprovechar para que ese día se transforme en un PARO POR LAS MUJERES y que forme parte del plan de lucha contra el plan Macri. Que las centrales sindicales llamen a parar ese día, como lo ya lo hicieron CSP-Conlutas de Brasil o la coordinadora No Austerity de Italia. Que en todas las fábricas, oficinas, lugares de estudio y trabajo, con las trabajadoras al frente y en unidad con todos los trabajadores paremos para defender los derechos de las mujeres y contra el plan que nos ahoga. (ver páginas 4 y 5).
CGT-CTA: No hay nada que esperar
No hay tiempo que perder. Las luchas vienen creciendo pero hay que romper el aislamiento. Es necesario que nos solidaricemos con todos aquellos que están peleando, que apoyemos su plan de lucha, que coordinemos acciones en común, y en asamblea votemos la exigencia del adelantamiento del paro general para ahora mismo. No sirve el paro general a fines de marzo si para esa fecha los conflictos más importantes que se están dando están derrotados.
Es ahora cuando los trabajadores de AGR y la UOM necesitan derrotar los despidos. Es ahora cuando los bancarios necesitan que el Ministerio de Trabajo homologue su paritaria. Es ahora cuando los docentes necesitan pelear por su salario.
Porque para derrotar al Gobierno es necesario pelear en unidad. Por ello la CGT debe dejar de mirar para otro lado y romper la tregua convocando el paro prometido ya mismo, organizando junto a la CTA el plan de lucha que necesitamos para frenar los despidos, enfrentar la flexibilización laboral y perforar el techo salarial.
Desde el PSTU, ponemos todo lo que está a nuestro alcance al servicio de esta tarea. Sumate con nosotros para lograrlo.