El miércoles pasado la ex Comisión Interna de PepsiCo, los trabajadores que aún resisten en la carpa de Congreso y figuras políticas como la diputada Nathalia González Seligra (PTS), Marcelo Ramal (PO) y Miguel Funes (FpV) presentaron ante el Congreso el Proyecto de Ley que transformaría las instalaciones de Pepsico Florida en cooperativa, cedida en comodato a los trabajadores despedidos de la planta.
La conducción política del conflicto, el PTS, viene agitando la idea de convertir la planta en una cooperativa desde que, antes del cierre de la planta, se luchaba contra el vaciamiento, planteando la salida cooperativista en asambleas y en plenarios de delegados del propio gremio de la Alimentación, dirigido por Daer. Este proyecto y la salida que implica jamás fueron votados en asamblea de los trabajadores desde que quedaron fuera de la fábrica, y el PTS ha escondido y retaceado información sobre su real contenido, ya que el mismo fue leído y conocido por todos recién el martes previo a su entrega en el Congreso.
Esta metodología ha sido una constante durante los meses que los trabajadores estuvieron dando la dura pelea que hoy sostiene aun la carpa instalada en Congreso. Y es justamente por eso también que muchos de los trabajadores se han alejado de la misma, además de no compartir el objetivo único en que se ha convertido lograr la aprobación de este proyecto de Ley.
La coorperativa no es salida
Desde nuestro partido hemos dado el debate sobre las implicancias de montar una cooperativa. Lo que hoy podría ser una fuente inmediata de trabajo, si es que se aprueba el proyecto, sería una soga al cuello de los trabajadores a mediano plazo. El ejemplo mas cercano es Madygraf (ex Donnelley), cooperativa impulsada por el PTS, en donde sus trabajadores han tenido que bajar sus sueldos (bastante pobres desde el vamos) porque no podían ni siquiera pagar la boleta de luz.
Para presentar el proyecto, los trabajadores debieron negociar con Cristina Kirchner, Randazzo y Massa (este ultimo hizo modificaciones al proyecto original), todos políticos representantes de los intereses de los patrones en los cuales no podemos confiar ni un poco, ya que no han gobernado ni lo harán nunca para los laburantes. Sin embargo, el PTS ha elaborado y sostenido sistemáticamente en varios de los conflictos donde actuó o dirigió que la salida es el cooperativismo y, de fondo, llama a confiar en que a través de la discusión y votación de leyes en el Parlamento (con amplia mayoría de representantes patronales), los trabajadores pueden conseguir una salida ante los despidos y el desempleo.
Esta estrategia política lleva a los trabajadores al callejón sin salida de autogestionarse en un mundo manejado por grandes pulpos económicos, sin posibilidades de sobrevivir dignamente. Seguimos insistiendo en que la salida es la exigencia de que el Estado se haga cargo de la planta Florida y la ponga a producir bajo control de sus trabajadores, los únicos que pueden garantizar que la producción de alimentos de la misma esté al servicio de las necesidades del pueblo trabajador y no de seguir abultando las ganancias de ningún patrón. Es la única manera de combatir el desempleo y la pobreza creciente, y de lograr una salida de fondo a la enorme lucha de los trabajadores despedidos de Pepsico.