Quienes trabajamos en la escuela pública vemos de manera cotidiana como la violencia hacia la mujer afecta cada vez más a las jóvenes, nuestras alumnas están cada día expuestas a mayores riesgos. Se nos paraliza el corazón cuando nos llega un mensaje en cadena de whatsapp con alguna chica desaparecida ¿es mi alumna, la conozco? y enseguida reenviamos y nos llenamos de odio que tanta violencia golpee tan cerca nuestro.
Muchas de nosotras somos consultadas por las chicas cuando las golpearon, o si se animan a decirnos que están embarazadas a los 16 años. Otras veces no podemos creer que esa alumna tan callada, que aún tiene rasgos de niña fue víctima de un pedófilo que la contactó por Facebook. NI hablar de cuando lloran en el baño porque en la salida del sábado algún compañero no entendió el ¡no! y la tocó sin su consentimiento.
También son nuestras alumnas las que no aparecen, las que encontramos muertas como a Anahí Benitez o las que secuestran dos veces como a Nadia Rojas. Pero ahí estamos, sin respuesta y sin herramientas en nuestro trabajo, sin poder dar solución a estas chicas que son tan cercanas a nosotras.
Las jóvenes, nuestras estudiantes, y sus compañeros varones nos están dando lecciones a diario de cómo enfrentar todo este flagelo, ellos son las que se pusieron al frente y organizaron la búsqueda de Anahí, sus compañeras de curso salieron por las calles pidiendo su aparición, pegaron carteles, se organizaron desde la escuela y con lágrimas de mucho dolor cuando apareció muerta dijeron: “Si nos hubieran hecho caso las autoridades policiales, la hubiésemos encontrado con vida”. Las compañeras de Nadia también son un ejemplo de pelea, ellas se pusieron a organizar la exigencia de su búsqueda y lograron que algunas docentes las acompañen, a pesar de la ausencia del sindicato en esta justa reivindicación, y gracias a la lucha la encontraron nuevamente.
¡Viva la toma del colegio Manuel Belgrano!
Un párrafo destacado merecen los estudiantes de las E.S.E.A Manuel Belgrano, Liceo N° 9 de CABA, y otros secundarios que definieron en asamblea tomar la escuela ante la ausencia de respuestas a los problemas que sufren las chicas y contra la reforma educativa del gobierno de Macri, que lejos de dar respuesta a esta problemática avanza en la destrucción de la escuela pública.
Los chicos con justa razón piden que se implemente la educación sexual en la escuela y que se capacite al cuerpo docente para poder responder a estos problemas, están cansados de que les respondan: “no sé qué hacer en estos casos”. Exigen que haya un protocolo de acción ante situaciones de violencia y que en la escuela deje de ser tabú su sexualidad y las distintas formas de expresión de la misma.
Estos jóvenes son ejemplo, así deberíamos hacer en todas las escuelas y no dejar a los chicos librados a su suerte. Si los sindicatos docentes dicen estar contra la violencia hacia la mujer, la CTERA debería ser la primera en tomar acciones directas para que en las escuelas tengamos todo lo que piden los estudiantes del Manuel Belgrano y más. Deberíamos tener protocolos y capacitación acorde para poder dar respuesta, tendría que haber en las escuelas clases obligatorias de autodefensa para alumnas y docentes, deberíamos exigir mayor presupuesto y equipos de orientación escolar con especialistas en estas problemáticas. Deberíamos ponernos al lado de nuestras alumnas en la pelea contra la violencia y por sus derechos.
Podemos multiplicar por miles esta experiencia, los sindicatos docentes, los centros de estudiantes y federaciones estudiantiles, como la CEB (coordinadora de estudiantes de base), la FUBA, la FUA, y la FES, tienen que tomar el mismo camino y salir de manera común a luchar por estas reivindicaciones. Tomemos las escuelas, hagamos asambleas conjuntas y exijamos a las direcciones de docentes y alumnos que se pongan al frente para luchar en serio contra toda violencia hacia la mujer, no queremos más llorar a nuestras alumnas o compañeras de estudio.