En todo el país, quienes trabajamos en educación somos alrededor de 900.000 y como todos los años nuestras paritarias intentan ser testigo para el resto de los trabajadores. Por eso como si se tratara de una película que vimos mil veces, el Gobierno Nacional pretende darnos aumentos inferiores a la galopante inflación y encima en cuotas. La conducción burocrática de la CTERA (la lista celeste de Yasky-Baradel) es cómplice de esto y en nombre del apoyo al proyecto “nacional y popular” aceptan la aplicación del plan de ajuste que sufrimos los trabajadores. Día a día los diarios recogen que el conflicto docente se extiende por todo el país y que los gobernadores van arreglando de manera separada con cada gremio provincial, mientras tanto la paritaria nacional dilata sus discusiones para que cada distrito se arregle solo y no salgamos a pelear de manera unificada.
La CTERA, en vez de estar negociando nuestro estatuto a espaldas de los docentes, debería ponerse a la cabeza de la negociación nacional a través de un plan de lucha unificado y decidido por los maestros de todos los rincones del país. El congreso convocado para este viernes 27 debería ser abierto a toda la docencia y con un único objetivo: dar una pelea unificada. Quienes se arrogan la “representación de los maestros” no están pendientes de nuestras necesidades sino de sus acuerdos electorales y de mantener sus ubicaciones, la descarada entrega que ya hicieron en Neuquén, en Córdoba –represión de por medio- o en Buenos Aires son claros ejemplos de esto. Hoy más que nunca debemos organizarnos y apropiarnos de nuestros sindicatos, el avance que significó la Multicolor nacional (frente de sindicatos opositores) debe ponerse al servicio de organizar esta pelea. No podemos nosotros cometer los mismos errores y por mezquindades electorales no ponernos al frente de la necesaria lucha contra el Gobierno y esta burocracia entregadora. La dispersión de fuerzas permite al Gobierno profundizar el ajuste, libra a su suerte a las provincias y nos hace perder a todos los trabajadores, a los educadores y a los que mandan a sus hijos a nuestras escuelas, porque en definitiva todo esto destruye no sólo nuestros bolsillos sino la educación pública.
Desde el PSTU en el Frente Índigo llamamos a todos los trabajadores del país a dar esta pelea con nosotros, a luchar juntos en defensa de la educación pública. No podemos permitir que mientras las escuelas están en terribles condiciones, los comedores escolares desabastecidos, los salarios docentes deteriorados, las grandes petroleras reciban millonarios subsidios o paguemos miles de millones de dólares a los vencimientos de la deuda externa. El año pasado dimos muestras de que la unidad junto a los padres y la población es posible, y sólo así podremos torcerle el brazo a los que gobiernan para las patronales, y a los alcahuetes sindicales que en nuestro nombre pretenden entregarnos. Reclamemos todos juntos un plan de lucha nacional, unificado y decidido en cada escuela junto al resto de los trabajadores.