El hambre y la desesperación entre los trabajadores y el pueblo pobre crece. Las suspensiones y despidos se multiplican, tanto en la industria privada, como en los servicios públicos y el Estado. Los que pudimos conservar el trabajo vemos como nuestro salario cada vez vale menos. Los tarifazos y la inflación ya se comieron de un saque los aumentos salariales de las paritarias, que en su gran mayoría cerraron alrededor del 30% y en cuotas. Encima el ministro de Hacienda Prat Gay nos toma el pelo y dice que los despidos era “el único camino” y dice que “la inflación ya no es un tema que preocupe”. A su vez, con este plan de gobierno se profundizan los ataques a nuestras conquistas y convenios de trabajo en nombre de la “competitividad” y de la “atracción de inversiones”. Y en sintonía con esto, también aumenta la represión y la persecución a los luchadores que reisiten, como pasó con el Pollo Sobrero y los ferroviaros de Haedo, los petroleros de San Antonio en Chubut que fueron judicializados, o el desafuero de Horacio Catena, secretario general del gremio docente de Tierra del Fuego que encabezó la lucha contra la gobernadora del FPV Bertone. Ante esto los trabajadores no podemos quedarnos quietos. Es ahora que debemos responder a estos ataques con la más amplia unidad en las luchas. Porque acá nadie puede salvarse solo. No podemos esperar a las elecciones como proponen algunos dirigentes porque va a ser muy tarde. Las luchas vienen creciendo pero tampoco alcanza. Las conducciones deben darles continuidad.
Por ello, para defender a nuestras familias los trabajadores necesitamos organizar un paro general y un plan de lucha desde las bases hasta derrotar el plan de ajuste y represión de Macri y los gobernadores al servicio de las patronales. Desde cada comisión interna, cuerpo de delgados o lugar de trabajo debemos impulsar asambleas para coordinar las luchas y organizar la pelea, exigiendo a la nueva CGT unificada que deje de hacerle el juego al gobierno, que deje los discursos y pase a la acción rompiendo el aislamiento que le imponen a los conflictos, y que se convoquen en forma unificada con las CTAs las medidas que necesitamos. Sigamos en las calles hasta derrotar los tarifazos Como inicio de este plan de lucha, debemos movilizarnos masivamente el próximo 16 a las audiencias públicas programadas para exigir que se anulen definitivamente los tarifazos, que se vayan el ministro Aranguren y las multinacionales que vaciaron los servicios públicos (y se llenaron los bolsillos todos estos años), y se reestaticen las empresas bajo control de sus trabajadores y usuarios. Ésta, junto a otras medidas, debe formar parte de un plan económico de emergencia que debemos construir desde abajo los trabajadores.
Para ello, a la vez que organizamos la lucha contra el ajuste del gobierno y las patronales, es importante impulsar encuentros obreros y populares con delegados elegidos desde las bases que vayan discutiendo una salida obrera y popular a la crisis a la que nos han arrastrado. Desde el PSTU, nos ponemos al servicio de esta tarea.