PLAN DE SEGURIDAD, SOLO TRAE MÁS REPRESIÓN

Antes de la crisis desatada en la bonaerense, el Gobierno anunció con bombos y platillos un nuevo “Plan de Seguridad”.  Es un programa para el fortalecimiento de la seguridad para el conurbano, para el cuál se van a poner a disposición, nada más ni nada menos, que 38 mil millones de pesos.

Este plan se definió en Olivos, en reuniones que vinieron llevando a cabo el Presidente, Alberto Fernández, el Gobernador Axel Kicillof, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el titular del bloque del Frente de Todos en la Cámara baja, Máximo Kirchner, y 24 intendentes municipales bonaerenses.

Con ese dinero se prevé la incorporación de 10 mil policías, nuevas unidades móviles, la construcción de 12 unidades carcelarias nuevas y más de 3 mil nuevos efectivos de las Fuerzas Federales en el GBA. Además de la compra de equipamiento como chalecos antibalas, municiones, armamento, cámaras de seguridad, entre otros. Los últimos acontecimiento obligaron a que la primer medida sea la del aumento de sueldos de los policías, aunque esa no era la idea inicial.

Mientras los médicos reclaman que no hay insumos ni camas ni respiradores, el Gobierno Nacional se da el lujo de “invertir” en un nuevo mega-plan de seguridad que nada tiene que ver con nuestras necesidades urgentes.

Figurita repetida

A medida que se profundiza una de las crisis más grandes de los últimos años, el hambre, la desocupación y el no tener en donde vivir o en donde habitar en condiciones dignas son moneda corriente. Ante esto la salida más fácil que encuentran los gobiernos para acabar con los problemas que son resultados de una marcada desigualdad que sigue profundizándose. Estamos hablando de un país en donde el  50% de la población es pobre y encima si a eso le agregamos un contexto de pandemia en donde la mayoría de las personas infectadas y muertas son trabajadores, estamos ante un cóctel explosivo que el gobierno no querrá que salga de sus límites. Necesitan de más policías, pero no para “cuidarnos” sino para mantenernos callados, que no salgamos a reclamar por mejores condiciones de vida. Como pasó en el partido de La Matanza en donde los vecinos se manifestaron frente a la Intendencia por la contaminación que genera la empresa Klaukol, y estos fueron reprimidos y detenidos. Hasta el momento el gran “despliegue de seguridad” que se vino realizando en los barrios del conurbano, trajo más de un centenar de muertes por gatillo fácil, por detención, desaparecidos y mucha violencia policial.

Alberto Fernández en su discurso indicó que “la desigualdad de las sociedades es promotora del delito”. Si eso es lo que Alberto piensa entonces por qué no lleva adelante planes que justamente ataquen esa desigualdad y promuevan el desarrollo de los trabajadores. Por qué no pone todo ese dinero para la construcción de viviendas, que de paso sean fuentes de trabajo genuino. En vez de casas prefieren construir cárceles. En vez de alimentos prefieren darnos balas y municiones.  En vez de llevar políticas que ayuden a combatir el desempleo, la miseria y la pobreza, prefieren llevar adelante políticas que incrementan más las diferencias, que aumentan más los despidos y las rebajas salariales.

Hoy en día necesitamos que todo ese dinero se utilice en nuestras necesidades, que se solucionen los problemas de vivienda, de trabajo y de salud.

Este mega-plan sólo traerá más violencia y represión. ¡Basta de impunidad! ¡Basta de represión!