Plata para combatir la violencia y no para la deuda

La violencia contra las mujeres aumenta año a año. No es un problema de Argentina; en medio de la crisis mundial, la ONU la declaró una pandemia.
Desde 2014 la situación se agravó en nuestro país. Gobierno y empresarios atacan a los trabajadores con techos salariales, despidos, quite de conquistas, cierre de fábricas, recorte de presupuestos de educación y salud.
La violencia doméstica y sexual recrudecen. Los femicidios están a la orden del día.
Mientras Cristina preparaba el festejo de los 12 años K, asesinaron a Chiara Páez, a Mari Saldaño y a Catherine Moscoso y los jueces Piombo y Sal Llargués emitieron otro de sus “fallos polémicos” beneficiando a un violador de niños.
La indiferencia de gobernantes y funcionarios indigna. La indignación estalló exigiendo justicia para Chiara, se multiplicó reclamando “Ni una menos” y convocó el 3 de Junio a la que será seguramente la mayor movilización de nuestra historia por este tema.
La indignación de los estudiantes de La Plata obligó al juez Piombo a renunciar a su cátedra universitaria. La bronca se hizo rabia ante la muerte de Catherine en Monte Hermoso, donde los vecinos protagonizaron una pueblada: trataron de obtener por sus manos la justicia que no garantiza el Estado. ¡El gobierno, los políticos patronales, los jueces, la policía, son los culpables de los hechos de Monte Hermoso!

Machismo: ¿a quién beneficia?

Pero ésas no son las únicas formas de violencia. En Argentina, las mujeres cobran 27 % menos que los varones por la misma tarea, ocupan la mayoría de los puestos precarios, sufren discriminación laboral por quedar embarazadas, son las primeras despedidas si hay crisis y asumen la mayoría de las tareas domésticas y el cuidado de niños y ancianos.
Son entre el 30 y el 50% de muchas fábricas. Y cerca de 80 % entre los estatales. Pero, ¿cuántas están afiliadas o hablan en las asambleas?, ¿cuántas son delegadas o dirigentes sindicales?
Los gobiernos patronales y los empresarios, amparados por la Iglesia, utilizan el machismo para dividir a la clase trabajadora. Humillaciones en el trabajo, celos de los maridos, acoso laboral de los jefes, acobardan a las compañeras y las alejan de la participación sindical y política. La sobrecarga de tareas domésticas también atenta contra esa participación.
La violencia contra la mujer se naturaliza. Eso disminuye a las compañeras, les hace creer que la lucha no es cosa de mujeres y así se pierde la fuerza de la mitad de la clase trabajadora.

Combatir el machismo en las organizaciones obreras y estudiantiles

Cuando un trabajador inferioriza o agrede a una mujer, está ayudando a los patrones que lo explotan y a los gobiernos patronales y colaborando con la división de su clase.
Para enfrentar los ajustes del gobierno y de sus “opositores” Macri o Massa, los trabajadores necesitamos mucha unidad y democracia sindical.
Por eso combatir el machismo y toda discriminación en los sindicatos, en los centros de estudiantes y en los partidos revolucionarios, es una tarea fundamental. No habrá unidad ni democracia sindical si las mujeres trabajadoras o las estudiantes faltan al frente de la pelea.

Comencemos esa batalla el 3J levantando juntos:

Ni una menos víctima de femicidio, Ni una menos muerta en un aborto inseguro, Ni una menos que sufra discriminación salarial, Ni una menos sin guardería o escuela para sus hijos, Ni una Menos fuera de la vida sindical o política.


26.485. Una ley que no protege a las víctimas de violencia 

Aprobada en 2009, la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, impulsada por el kirchnerismo, es un instrumento insuficiente. Igual, si se aplicara, podría ayudar a muchas mujeres que sufren distintos tipos de violencia.
Pero ni siquiera se cumple. Lo máximo que se hace es tomar las denuncias, ¿y después, qué?. La propaganda oficial dice: “Si te maltratan, denunciá”, junto a la imagen de una mujer con un ojo morado. Mari Saldaño, como tantos miles de víctimas, había hecho una docena de denuncias antes de morir acuchillada por su ex marido (ver nota en esta página)
De acuerdo con la Ley, el Consejo Nacional de la Mujer (CNM) es el órgano encargado de elaborar un plan nacional para atacar este grave problema. El plan se desconoce, faltan organismos y programas; los que se crearon no están coordinados y carecen de recursos.
El presupuesto es una burla: durante 6 años nunca llegó a 1% del presupuesto nacional. En 2014 se destinaron 80 centavos por mujer para combatir todo tipo de violencia. (1)
En cambio los vencimientos de la deuda que el sector público debe afrontar este año son de 20.000 millones de dólares (2). ¡Ahí está la plata que necesitamos!
¡Estamos en una emergencia! Según datos de la ONG La Casa del Encuentro, hay 5 femicidios por semana. Debemos exigir a Cristina K que suspenda inmediatamente todos los pagos de la deuda externa y destine ese dinero a combatir la violencia hacia la mujer, a salarios y jubilaciones, a salud, educación, vivienda y trabajo.
Y basta de funcionarios nombrados a dedo por el gobierno o la oposición patronal, que son los responsables de la no aplicación y de la falta de fondos para la Ley. Ésta debe ampliarse, poniendo su instrumentación a cargo de representantes de las comisiones internas, sindicatos y centros de estudiantes e incorporando a los familiares de las víctimas.

Notas:
(1) Informe elaborado por ONGs y por la diputada Victoria Donda.
(2) cronista,com , 8/09/2014 


-PLAN DE EMERGENCIA NACIONAL-

Conseguir que se declare la Emergencia Nacional por Violencia contra la Mujer y el presupuesto adecuado, exige una enorme y permanente movilización que imponga un plan de la clase trabajadora y el pueblo, con medidas como las siguientes:

* Prisión y castigo ejemplar para los agresores de mujeres, con reeducación y control permanente.
* Inmediata creación de centros estatales de atención de la mujer, con poder de recibir denuncias, garantizar apoyo jurídico, médico y psicológico gratuito a las mujeres víctimas de violencia y atención las 24 hs.
* Derecho a licencia por violencia de género para todas las trabajadoras como obtuvieron en las paritarias 2014 las docentes de Chubut
* Urgente construcción de casas de refugio, con los profesionales e infraestructura necesaria para albergar a las mujeres en situación de violencia y a sus hijos.
* Subsidios, vivienda y prioridad en el empleo para las víctimas de violencia familiar
* Basta de trabajo precario, igualdad salarial, salarios y jubilaciones iguales a la canasta familiar indexados con la inflación real.
* Extensión de las licencias por maternidad, licencia por familiar enfermo y día femenino; guarderías y jardines maternales gratuitos y de calidad para todos los hijos de trabajadores.
* Educación sexual, anticoncepción gratuita y derecho al aborto legal y gratuito para no morir
* Fin de la prostitución, la trata y toda violencia hacia la mujer.
* Ampliación de la Ley 24.685 (ver nota en esta página)
* Presupuestos para combatir la violencia, para educación y salud, en base al no pago de la deuda externa.

Las CTA y las CGT tienen una gran responsabilidad: organizar la discusión de estas medidas de emergencia y convocar a la jornada del 3 de Junio, para avanzar en el combate al machismo dentro de sus filas.Por su parte la CTA y las CGT opositoras deben levantar la bandera de “Ni una menos” en su llamado al paro del 9 de Junio