Adueñarse de la pelota, pisarla, pasarla de taquito o de chilena… meter un gol y abrazarte con tu equipo. Pero seguramente, lo primero que se nos viene a la cabeza son imágenes de jugadores masculinos.
No aparece Estefanía Banini, la 10 de la selección Argentina de fútbol femenino, saliendo de la marca de 2 jugadoras japonesas. Tampoco se te pasa por la cabeza la imagen de Macarena Sánchez, jugando en el Nuevo Gasómetro. Y claro que no, si en el ámbito futbolístico es uno de los lugares donde más se ve expresado el machismo, donde la mujer no puede estar o solo puede tener un rol secundario. ¿Cuántas de nosotras pasamos por el «si sos mujer, que vas a opinar vos de fútbol»?.
La violencia contra mujeres en los medios deportivos nunca es tratado de forma seria. En la Copa del Mundo de 2018, el tema pudo salir a la superficie después de que se viralizaron por internet varios videos machistas involucrando a los hinchas, causando enorme indignación.
Ahora tenemos el caso de Neymar, el cual actualmente tiene una denuncia por violación, y la cobertura que se ha dado al hecho por la prensa y las redes sociales muestran una vez más el grado de machismo que atraviesa el fútbol.
El Mundial femenino de fútbol de Francia 2019 se disputa en el país que hace largas semanas vienen dando grandes luchas contra los planes de ajuste del gobierno de Macron. Por eso nos parece importante remarcar el papel de la selección femenina argentina y lo qué significa para las luchas de las mujeres de todo el mundo.
Hace poco la selección volvió a salir a la cancha contra Inglaterra. Ese es un partido que no te lo perdés si fuera de la liga varonil. Allí seguramente se paralizaría la ciudad y en todos los bares y escuelas transmitirían el partido.
Nuestras jugadoras merecen el mismo respeto, el mismo aliento y la misma pasión. Sabemos que esto no sucede por la misma ideología y cultura machista que se expresa constantemente. Se ve en el poco reconocimiento de la selección femenina, el acoso hacia las mismas jugadoras, e incluso a periodistas mujeres del mismo ámbito donde les ponen mil trabas, negándole espacios y notas por el simple hecho de ser mujer. Tampoco es casualidad que sean uno o dos programas televisivos los que televisan este tipo de partidos.
Las futbolistas llevan años reclamando derechos laborales y condiciones mínimas para dedicarse a un deporte en el que los hombres generan millones de euros. Consideramos que el reciente reconocimiento del fútbol femenino es un avance, una conquista al fin, y que es producto de la lucha que las mujeres argentinas venimos llevando adelante desde hace años, sobre todos estos últimos años. Y que a su vez luchamos para que el fútbol se ponga al servicio del uso y disfrute de la clase trabajadora, como parte de la cultura popular; y no para las grandes empresas que lo único que hacen es privatizar dicho deporte, seleccionando quienes pueden acceder a él y quienes no, llenándose los bolsillos.
Para finalizar, desde el PSTU sostenemos que la lucha por el combate al machismo no es exclusivamente asunto de mujeres, sino junto a nuestros compañeros varones, aquellos que cuestionen y abandonen sus privilegios.