Hace mas cinco meses que la invasión rusa comenzó y parece haberse naturalizado, son parte de las noticias diarias las muertes y destrucción. El capitalismo imperialista nos impone acostumbrarnos aun a los peores genocidios. Además al tratarse de una región lejana, pareciera que es algo que nada tiene que ver con los trabajadores argentinos, pero ¿es realmente así? Aunque Ucrania es una región geográficamente muy lejana realmente esta guerra tiene muchas implicancias para los trabajadores argentinos y de todo el mundo. Aquí abordaremos algunas de ellas.
Razones económicas
Los medios y sectores de la política mundial, algunos ligados a la OTAN y otros a favor de Vladímir Putin, se limitan a las consecuencias de la guerra en los mercados y bolsas del mundo, sin señalar las consecuencias económicas concretas que estas tienen sobre la clase trabajadora y sectores populares. La OTAN la integran 30 estados con economías capitalistas, liderados por los EE.UU., y por otro lado Rusia y Ucrania, que no la integran, son también países capitalistas después de la desintegración del bloque soviético que controlaba el estalinismo.
Rusia y Ucrania son productores de materias primas y energía, esenciales para el abastecimiento de varios países, centralmente de Europa. Rusia tiene una de las reservas de gas y petróleo más importantes del mundo. Por su parte Ucrania es un gran productor de trigo y maíz, y es el tercer país con mayor reserva de aluminio y acero.
El peso de estos países en materia de energía, alimentos y materias primas, el cese de exportación de los mismos por la invasión de Rusia a Ucrania, sumado a la especulación capitalista, generó rápidamente aumentos a nivel mundial en el precio de esos productos, generando problemas en la economía en el sistema capitalista. Lo demuestran las movilizaciones en numerosos países donde la inflación se hace sentir cada vez más afectando las condiciones de vida que vienen sufriendo millones de personas.
La Argentina no es la excepción. El aumento del precio mundial del trigo, por ejemplo, sumado a la voracidad de las patronales agrarias que venden en el mercado interno con los precios del mercado externo, generaron que la harina y todos sus productos derivados aumenten significativamente una vez empezada la guerra. Tal es así que el propio imperialismo habla del inicio de una nueva hambruna mundial potenciada por esta invasión ( ver AS 4).
Cristina Kircher en sus primeros mandatos auspiciaba que íbamos a ser la “Arabia Saudita de Sudamérica” con el proyecto Vaca Muerta. Pero lo cierto es que por especulaciones y falta de inversiones de las empresas carecemos del suficiente gas, por lo que se debe recurrir a la importación. Unos de los motivos de la falta de dólares en las reservas del Banco Central, al tener que destinarse millonarios recursos a las multinacionales proveedoras. Como todas las empresas oligopólicas, controladoras del comercio mundial, la falta de gas en regiones como Europa por el conflicto bélico aumenta su precio, el que debemos pagar si lo necesitamos. A mayor precio, más dólares se van al capitalismo mundial, y escasea la moneda yanqui, que por lo tanto también sube su valor por la oferta y demanda de los especuladores.
En consecuencia, impacta en todos los precios, además de otras causas, como se comprueba con los tarifazos que nos aplicarán en las próximas semanas en gas y electricidad.
Argentina es una semi-colonia dependiente del capitalismo mundial, y hay otros ejemplos de las consecuencias de la guerra en los precios y disponibilidad de algunos insumos y productos que los trabajadores sufrimos por esta barbarie. Los medicamentos que fabrican laboratorios europeos y americanos, también elevan sus precios ante la inflación global desatada por la falta de gas y gasoil por el conflicto. Con estos ejemplos, hay muchos más, podemos ver cómo las consecuencias económicas de esta guerra afectan particularmente al pueblo trabajador.
Y hay razones políticas de clase….
Pero además de las consecuencias económicas, también las hay politicas. El triunfo de la resistencia de los trabajadores y el pueblo ucranianos, no de Volodímir Zelenski, presidente capitalista de Ucrania, sería un avance y una conquista de la clase obrera mundial contra los gobiernos opresores históricos, como la Rusia capitalista en este caso. Pero también para todos aquellos países que son oprimidos por países imperialistas que hoy se presentan hipócritamente como defensores de la independencia y la democracia burguesa (Ver nota de página 16).
La autoorganización del pueblo ucraniano en defensa de su territorio nos muestra el camino de que es posible enfrentar a ejércitos como es el caso de Rusia, la segunda potencia capitalista mejor armada, junto con China. Pero para ello es fundamental la solidaridad de clase planetaria. Ejemplos históricos existen, como de alguna forma lo demostró el pueblo de Afganistán, primero contra la invasión soviética y luego contra la yanqui. Por todo esto es importante sumarse a la solidaridad con la resistencia ucraniana , porque su triunfo fortalecerá el avance de la clase obrera mundial para enfrentar a un sistema capitalista salvaje y que acelera nuestra destrucción como humanidad.