Por Victor Quiroga
Los números son pavorosos: 40% de los pibes argentinos viven en la miseria (más de 8 millones), 9% de desocupación, la inflación superará el 30% (el 60% de los asalariados no alcanza a cubrir el valor de la canasta básica). Estos son datos del INDEC. La crisis en Hospitales al igual que la educación deja a los más necesitados sin atención sanitaria y sin escuelas dignas. Además, continúa las persecuciones a los luchadores, los despidos; Macri ha demostrado ser un gobierno incapaz antiobrero, utilizando la mentira y la represión a las luchas como herramienta cotidiana. Y como “frutilla del postre”, además del endeudamiento a cien años, el gobierno acaba de hacer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 50 mil millones de dólares que deberíamos pagar en los próximos años. Sin ningún pudor metió mano en los bolsillos de los jubilados, con la “reparación histórica” y la Ley previsional. Y las perspectivas son a que vayamos a un mayor desastre
Según últimas encuestas el gobierno tendría casi el 70% de desaprobación por parte de la población. El futuro aparece mucho más negro para el pueblo trabajador.
Al gobierno no le interesan las penurias y el hambre. Solo le importa lo que opina el “mercado”. En esta situación Macri ha reafirmado su rumbo económico. No va a cambiar.
Por eso es legítimo y absolutamente democrático exigir la salida de este gobierno para no aumentar las penurias del pueblo trabajador. Hasta esta Constitución reaccionaria vigente contempla el mecanismo de renuncia del presidente y cómo superar esa situación. ¿Por qué entonces sería “golpista” quién diga que Macri debe irse tal cual se fue De La Rúa?
Es un derecho del pueblo trabajador expresar que cambie el gobierno. Y es un derecho movilizarse para conseguirlo.
Pero rápidamente la Ministra Bulrrich y el Ministro Triaca acusan a quienes plateamos que Macri se debe ir, de anti democráticos, golpistas, sediciosos, etc. Este gobierno que mantiene en la impunidad la muerte de Santiago Maldonado, el asesinato de Nahuel, por la espalda, que auspicia el gatillo fácil, y mantiene a Milagros Sala presa por hacer un piquete; que ofrece un millón de pesos por delatar a Sebastián Romero, no puede hablar de democracia cuando cercena elementales derechos.
Este gobierno hace todo lo contrario de lo que dice, miente en forma descarada eso no tiene nada de democrático. Por eso debe irse.
El terror a la movilización popular
Desde el kirchnerismo y la mayoría de los dirigentes sindicales, argumentan que hay que mantener el gobierno de Macri, a pesar de las penurias y ataques al nivel de vida del pueblo. Eso sería “democrático, porque lo votó la gente, y así es la democracia”
Estos argumentos son desmentidos por la historia reciente de nuestro país. En medio desastre provocado por la hiperinflación, los saqueos y la movilización popular, el presidente Alfonsín debió irse y entregar el gobierno antes de tiempo, en 1989. Más recientemente, en el 2001 el Presidente, De la Rúa (de la que Bullrich fue ministra) tuvo que irse al grito de ¡que se vayan todos! faltando más de dos años de su mandato, y después de acordar con el FMI un “blindaje” por 30 mil millones de dólares. El pueblo no aguantó más, y lo echó.
Si en algo coinciden dirigentes sindicales, el kirchnerismo, el peronismo federal y el gobierno es en evitar a toda costa un nuevo proceso que cuestione y derribe a Macri como lo hicieron las masas con De la Rúa. Todos ellos, sumados al “periodismo amigo” no pasa día que advierten sobre esa posibilidad. Pero el pueblo Tiene derecho a gritar que se vaya Macri y su gobierno de hambre y miseria.
Desde el PSTU decimos que Macri se debe ir ya, como opinan amplios sectores de trabajadores. Pero planteamos que esta vez debemos organizarnos para defender un programa obrero, independiente de los partidos patronales, que haga pagar la crisis a los empresarios y multinacionales responsables de esta crisis. Y Para eso deben gobernar los trabajadores