La Cámara de Senadores de la Nación aprobará definitivamente el proyecto de Presupuesto 2018 que enviara Mauricio Macri al Congreso Nacional. Hace unos días ya tuvo el visto bueno de la Cámara de Diputados, con algunos pequeños ajuste de forma, no de fondo. Lo primero que debemos resaltar es que en ambas cámaras, este proyecto de presupuesto es avalado, además de los legisladores alcahuetes del oficialismo de Cambiemos, por diputados y senadores de la oposición patronal, léase Partido Justicialista (peronistas) y sus gobernadores provinciales afines, el massismo y legisladores del Frente para la Victoria que al estilo “panqueque”, y consecuentes con sus posturas capitalistas, ante promesas de giros compensatorios votaron y votarán con el oficialismo.
Este proyecto de Ley de Presupuesto ya fue denunciado desde el PSTU en noviembre pasado, como una herramienta del régimen patronal al servicio del colosal ajuste capitalista que tanto el Gobierno, como sus “amigos” yanquis” y europeos, y los organismos internacionales (FMI, Banco Mundial, etc.) inducen a aplicar a costa principalmente de los trabajadores castigándolos con rebajas en su nivel de vida. Llámense, desempleo, despidos, trabajo en negro, rebajas salariales, reformas laborales que aumentan la explotación, mayor precarización para las trabajadoras, sin planes serios de construcción de viviendas, de salud pública, de transporte, de creación de empleo, etc. dejando librado al juego perverso del capitalismo y sus mercados estas necesidades básicas, condicionadas por su sed de ganancias.
Los números reflejan el ajuste
El Gobierno administra el Estado capitalista argentino a través de 20 ministerios, y de los números del Presupuesto 2018 que será ley, hay 14 que registran una caída interanual, una disminución de asignaciones, y otros 6, los de mayores recursos, con aumentos insignificantes, al comparar con lo presupuestado en 2017. A las partidas para el 2018 se les aplica la supuesta inflación prevista por el Gobierno de un 15%, y nos encontramos con un inmenso ajuste económico, que no tiene en cuenta el despojo a sectores sociales y del trabajo por la inflación real de más de un 24% en 2017 y de años anteriores, y transferencias de riquezas hacia los que ostentan el poder económico, algo consecuente con lo que representa el Gobierno de Macri y sus secuaces. Del gráfico siguiente se desprende la forma de distribuir los recursos del Presupuesto 2018 (en rojo los sectores en los que disminuyen, en azul los que reciben algún incremente mínimo):
El Ministerio de Energía y Minería es el que registra la mayor caída de recursos, un 19% menos que en 2017, pero si se tiene en cuenta la inflación prevista por el Gobierno, la caída es mayor, del 30,4% en términos reales. Traducido: menores subsidios y mayores tarifazos al gas y a la electricidad.
En el Ministerio de Transporte algo similar. Una caída de recursos del 19% en términos reales, por los menores subsidios, con el consiguiente aumento en los pasajes en trenes y colectivos, que llegaría al 100% en tres meses.
El de Obras Públicas y Viviendas, una caída del 11,6%. El de Seguridad también es afectado mínimamente con menores recursos que la inflación, pero se compensa con las millonarias partidas del 2017 y los gastos reservados que supervisa el Jefe de Gabinete de Macri.
El de Ciencia, recibe un aumento miserable, casi nulo, y los organismos de investigación técnica como el INTI y el INTA, financiados por fuera de este Ministerio, sufren una caída importante. Los de Educación y Desarrollo Social serían los supuestamente más beneficiados, ya que recibirían apenas un aumento superior a la inflación prevista, pero no recuperan lo perdido por la inflación de los años 2016 y 2017, y mantiene los subsidios a la educación privada, que el Gobierno no disminuye como en energía y transporte.
Desde el punto de vista de la economía real, se podría calificar a este presupuesto como una “gran truchada”, si se espera una inflación del 15% que sería la base para organizar los recursos capitalistas. Ya que la inflación este último mes de 2017 pasaría el 2,5% y la anual sería del 24%. Y en el 2018, con las tarifas aumentadas, la disparada del dólar que el Gobierno duda si puede evitar que llegue $20.-=1 dólar generaría devaluación y mayor inflación por el aumento de los combustibles y las importaciones al ser una economía dependiente y estar abierto el ingreso de productos que se podrían fabricar en Argentina.
Un Presupuesto 2018 al servicio de la deuda
El déficit fiscal en la Argentina capitalista no para de crecer, y no se desacelera en consecuencia el ritmo del endeudamiento del Estado, que se usa para cubrir los déficits gemelos – fiscal y externo. Por ello, a la Ley de Presupuesto, Macri le acompaña el paquete de leyes para bajar los costos impositivos, previsionales y laborales a las empresas. El objeto central de las reformas complementarias del presupuesto – siempre según el “verso” oficial – sería reducir la presión tributaria (impositiva y previsional) sobre las empresas para favorecer la inversión.
Pero lo que no dice el Gobierno y el sistema de medios y periodistas a su servicio es que la Ley de Presupuesto que se aprobará prevé un gasto de Intereses a Pagar por la Deuda Pública, especialmente la externa, de $406.500 millones, que reflejan el 60% del déficit fiscal del año 2018, estimado en $681.600 millones.
Durante el 2018 hay vencimientos de capital por U$S 66.600 millones que se refinancian, y según Presupuesto 2018 se tomarían nuevas deudas por U$S 113.600 millones, previendo un aumento total de la Deuda Pública del Estado Central de U$S 46.500 millones.
Los intereses de la Deuda Pública 2018, son el segundo gasto en importancia proyectado después del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que generaría menor gasto: unos $300.000 millones, ya que habría erogaciones por $1,2 billones menos $900 mil millones de ingresos por aportes laborales, patronales e impositivos. El gasto por intereses de $406.500 millones duplica el de Educación y Ciencia/Tecnología sumados y supera siete veces el de Salud.
Los grandes acreedores externos y los especuladores financieros internacionales acuerdan con el gobierno macrista que se les garantice el pago de servicios crecientes de Intereses – ya que la totalidad de los vencimientos de Capital se refinancia – y ello tiene que lograrse a través de planes de Ajuste Fiscal que reduzcan y/o compensen el Déficit del Estado para poder pagarle a los acreedores. Esa es la esencia del Presupuesto 2018. Con lo presupuestado para el pago de intereses, unos U$S 21.000 millones se podrían pagar mejores jubilaciones, generar trabajo genuino, construir viviendas, mejores transportes y mejor salud. Pero esta decisión política no la tomará el capitalismo argentino, ahora liderado por Macri y Cía.
Fuentes:
Héctor Giuliano – 02 y 19-12-2017
El Cronista – 10-09-2017
Chequeado.com – 21-09-2017
Ministerio de Hacienda y Finanzas