En septiembre pasado el Gobierno de Macri envió al Congreso el proyecto de Ley de Presupuesto 2020. Hasta ahora está cajoneado a la espera de ser tratado en diciembre próximo una vez que asuma Alberto Fernández y los nuevos diputados y senadores. Inducido por el FMI el proyecto prevé ajustes fiscales por 1,7% del PBI y un superávit primario del 1%, esto es sin contar lo presupuestado para el pago de servicios de la Deuda Pública y sus intereses, lo que generaría un déficit colosal. Y ello no obstante existir el superávit primario mencionado.
La posible inflación, el valor dólar y un supuesto crecimiento económico capitalista condicionan los gastos y egresos en cada área del Estado. Generalmente muy alejado de la realidad, presupuestando ajustes planificados pero que a lo largo del año se irán incrementando sin importar lo que proyectó el Presupuesto en origen. La inflación para el 2019 proyectada era del 23% y a fin de este año estaría cerca del 60%
Estima además un regreso a los “superávit gemelos”, en el “fiscal primario” del 1% del PBI y en la “balance de pagos externa” del 0,4% del PBI. Ambos excedentes son exigidos por el FMI para disponer de recursos en dólares destinados a las cancelaciones de la impagable Deuda Externa y sus intereses. Pero son condiciones paralelas para ello continuar con un fuerte “ajuste” fiscal y económico, con mayores devaluaciones para beneficio de sectores exportadores como el campo y de la energía, generarando mayor recaudación para pagos de Deudas.
El ajuste previsto es la continuación y profundización del fuerte ataque a las condiciones de vida y laborales de millones de trabajadores/as y jubilados/as. Se prevé seguir subsidiando económicamente a grandes empresas como las de servicios públicos, produciendo más tarifazos, con disminución de partidas sociales como las de vivienda, salarios estatales, inversiones en infraestructura y asistencia a los millones de desocupados y subocupados.
Más ajuste y más pobreza
Las principales variables y partidas que acompañarán el tremendo ajuste del FMI muestran el proyecto de afectar las condiciones de vida del pueblo trabajador:
LA INFLACIÓN CONTINUARÁ: EL Presupuesto prevé que será del 34,2% anual (de enero a diciembre 2020) y la interanual promedio, de 2019 y 2020 sería del 43,1%. Esto es clave en las negociaciones salariales porque los gobiernos patronales aceptan solamente negociar en paritarias, por ejemplo, la inflación proyectada anual sin considerar la pérdida de años anteriores ni la que se excede de la prevista durante el transcurso del año, ofreciendo a lo sumo las tramposas “cláusulas gatillo”. Que el trabajador aguante los aumentos hasta que reciba un ajuste en cuotas siendo devaluado su salario cada vez más.
LA ACTIVIDAD ECONÓMICA: El proyecto estima un crecimiento del 1% del PBI, algo optimista si cayó en el 2019 un 2,6%. Un 7% sería el crecimiento por la exportaciones basado en la producción de la petrolífera y gasífera Vaca Muerta y en los productos agropecuarios. Las importaciones aumentarían un 1,3%, se registraría una baja en inversiones del 4,9% y el consumo público por recortes fiscales rondaría el 3%.
DEVALUACIÓN DE LA MONEDA: el dólar según el proyecto llegaría a $75.- para diciembre 2020, una devaluación anual del 30%. Sabido es que las devaluaciones son empujadas por los grandes operadores capitalistas, bancos y fondos especuladores, por lo que en la práctica llama a burla esta proyección.
LA DEUDA PUBLICA: Los intereses de la Deuda Pública del 2020 serán cerca del $1.047.000 millones (unos U$S 18.000 millones). Como todos los años el segundo gasto presupuestado, siendo el primero el de la seguridad social, pero como se atenúa con los aportes patronales y laborales, el de los intereses sería el primero, creciendo un 42% respecto a 2019.
LA RECAUDACIÓN: la de impuestos y por seguridad social sería un 45,9% superior a la del año en curso, pero la presión tributaria será inferior en el 2020, del 23,42%. Las patronales estarían contentas. Pero el IVA crecerá hasta un 7,19% en el 2020, contra el 7,14 del 2019. El proceso inflacionario es el factor más importante, pero los salarios son los que seguirán soportando la presión.
SEGURIDAD SOCIAL: Lo proyectado para las jubilaciones, y asignaciones sería un 45% superior al 2019 pero no recuperan lo perdido en años anteriores corriendo siempre detrás de la inflación, un aumento solo del 0.1% del PBI. Párrafo aparte para la Asignación Universal por Hijo que aumentaría solo un 30,8% menor a la inflación proyectada, y perdiendo más poder adquisitivo al ser menor en años anteriores el incremento.
SERVICIOS PÚBLICOS: habrá recortes a los subsidios a la energía y al transporte público (un 0,48% y 0,14% del PBI respectivamente, generando más tarifazos, como también a la Ecología y Medio Ambiente, un 15% y Vivienda y Urbanismo (un 16%).
EMPLEADOS PÚBLICOS: No prevé ingresos de personal ni se cubrirían vacantes por jubilaciones y retiros voluntarios, dotación que disminuiría un 1% y las remuneraciones se reducirían en un 0,1% del PBI, habiendo perdido un 32% de poder adquisitivo.
MUJER Y GÉNERO: Los recursos previstos aumentarán solo un 33%, por debajo de la inflación presupuestada, siendo además irrisorias las cifras que se vienen asignando.
Los tres presupuestos anteriores fueron aprobados con apoyo de sectores peronistas, hoy en el Frente de Todos. Por lo que este proyecto de Presupuesto 2020, ante la crisis económica y la colosal Deuda Pública impagable, le hacen abrir el paraguas a los Fernández y su equipo económico que nada tiene de marxista, todo lo contrario. Ya están declarando, al igual que Macri en el 2015, que la herencia que recibirán les impediría en los hechos satisfacer las demandas de una mejor calidad de vida, con mejores salarios y trabajos dignos. Desde el PSTU decimos que si el nuevo gobierno de Alberto deberá hacer frente a los U$S 18.000 millones de intereses anuales de la Deuda Pública, por historia y su ideología capitalista trasladará más sacrificio y esfuerzo a los trabajadores y el pueblo, manteniendo las ganancias de todos los capitalistas.