Sigue el ataque a los referentes de la lucha de Cerro Moro por parte de la patronal con la complicidad de la conducción de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA), que no mueve un dedo por la situación que viven los compañeros suspendidos y ahora con el despido de Damián “Pepón” García por solidarizarse con los mineros.
El paro realizado por los compañeros mineros de Yamana Gold fue por mejores condiciones de trabajo, por la igualación del salario con otras mineras y para que se unifique el convenio en uno solo para todos los mineros. Esta decisión fue tomada en asamblea por los compañeros, cansados de esperar tantos años de que nadie los escuche y los nuevos delegados se pusieron al frente de los reclamos: enviaron notas a la conducción y a la empresa; pidieron por escrito la solución de todos los puntos reclamados, donde se mencionaba el arreglo de la ruta por donde bajan, terminar con los contratos basura que tenían compañeras trabajando por 36 mil pesos, aunque hacían el mismo diagrama que los demás mineros.
Sin duda esta lucha fue atacada por la patronal con la complicidad de la conducción de AOMA que desconoció la medida de fuerza y jugó a dejar aislados a sus afiliados.
La patronal también jugó un rol nefasto, con la complicidad del Gobierno de Alicia Kirchner, enviando a la Policía al yacimiento para amedrentar a los obreros, apretando para que bajen y se debilite el conflicto. Después de varios días lograron debilitar a los compañeros, amenazando con despidos masivos y no dando ninguna respuesta más que los colectivos para que todo aquel que se quiera bajar lo haga. El Ministerio de Trabajo nunca actuó como sí lo hizo en otros casos.
Por su parte, el Secretario General de AOMA, Javier Castro y su Comisión nunca dieron la cara, salvo para amenazar a algún delegado o compañero para que dejaran la medida de fuerza. Y los compañeros que quedaron hasta el final del conflicto fueron prácticamente obligados a firmar un acuerdo poco favorable para ellos. Pero la patronal sabía que era el momento, con la complicidad de la conducción de AOMA y los falsos mediadores que representaban al poder político como el Diputado Nacional Gustavo “Kaki” González, del Frente de Todos (FDT), y un concejal de la ciudad de Puerto Deseado, para barrer a esta nueva conducción que surgió al calor de la lucha. Echaron mano a la persecución gremial, la persecución laboral, las agresiones físicas, el pedido de desafiliación y tantas maniobras sucias para sacarse de encima a este nuevo activismo que surgió en Cerro Moro hace un par de años.
La burocracia sindical quiere dar un escarmiento con esta política de no apoyar cualquier conflicto que surja y no sea de su línea, dando un claro mensaje de que la autoorganización por fuera de ellos no la van a permitir. Por eso es necesario seguir solidarizándose con los compañeros de Cerro Moro que están suspendidos por la denuncia de realizar medidas supuestamente ilegales y parar la producción. Sin ir mas lejos, hoy mismo la Policía sigue establecida en el yacimiento, y es la primera vez en la minería que los compañeros que están subiendo a trabajar son intimidados mediante cartas documento por haber sido parte del paro y sufren las permanentes amenazas patronales.
Solidaridad activa con Cerro Moro
Los compañeros de Cerro Moro siguen luchando con el apoyo de varios sindicatos de Puerto Deseado que estuvieron desde el primer momento, hubo varias movilizaciones donde los distintos gremios aprovecharon y metieron sus distintos reclamos, por ejemplo, la falta de trabajo en obras públicas y en el Puerto.
Aun así, el conflicto de Moro tuvo sus límites en Deseado ya que no se logró que se extendiera, salvo con algunas muestras de solidaridad de algunos mineros por las redes sociales. Distinto hubiera sido que este reclamo lo tomaran yacimientos que están igual o peor que los compañeros de Yamana, donde la precarización crece, las condiciones de seguridad son cada vez peores y donde los contratos por meses ya son moneda corriente.
Hay motivos de sobra parar seguir apoyando a los compañeros de Moro, porque su lucha es un ejemplo de que tenemos que enfrentar a estas multinacionales mineras que saquean nuestros recursos, explotando trabajadores y que nada dejan a su paso.
Tenemos que aprender de cada lucha, para prepararnos mejor para las que vengan, saber ser pacientes y evaluar lo que viene haciendo hace años la patronal en complicidad con la conducción del sindicato para que no surja ningún tipo de oposición que pueda organizar a los mineros que quieran pelear por todas las injusticias que sufren. Cada vez van a ser peores, ya que el Gobierno Nacional con Alberto y Cristina, es quien entrega nuestros recursos a las mineras y también nuestros derechos y condiciones de vida. Cumplen con las exigencias de los grandes capitalistas para venir a invertir a nuestro país y cumplir con el acuerdo con el FMI.
La inflación come día a día nuestro salario, sumada a la devaluación y ni hablar del Impuesto a las Ganancias que afecta a gran parte de los mineros, no teniendo ninguna solución a este problema, ni siquiera poder plantear que de este impuesto al trabajo salario se hagan cargo las empresas mineras, que son beneficiadas fiscalmente por las leyes que rigen en la actualidad desde la época del menemismo.
Las tareas que nos deja Cerro Moro
Necesitamos construir una nueva dirección política y sindical para llevar adelante todas estas peleas en todo el movimiento obrero minero, donde realicemos asambleas para decidir luchar por la más amplia democracia y se deje de perseguir a los compañeros que son luchadores. Necesitamos que todas las empresas tengan representantes, porque las contratistas no tienen en todos lados y son los compañeros más vulnerables, exigir que funcione el cuerpo de delegados provincial que hace años no se reúne, para poder discutir todos los problemas de los distintos yacimientos y que se expresen los delegados que fueron elegidos por sus compañeros y por más que no sean de la línea de la conducción puedan ser escuchados.
Desde los mineros del PSTU venimos luchando para construir esta nueva dirección que necesitamos, porque es una necesidad. Así, cuando surjan luchas ejemplares como la de Cerro Moro estaremos preparados para llevar una solidaridad activa, unificando los reclamos para poder triunfar por sobre la trabas y maniobras de la patronal, Gobierno y burocracia sindical.