Los acuerdos para armonizar (pasar las cajas provinciales al ANSES) se inician en 1992. Los distintos gobiernos han impulsado procesos de armonización, con el objetivo de que los fondos de los estatales de las provincias puedan ser utilizados por el Gobierno Nacional de turno como quiera, y de quitar las conquistas que se han sostenido por provincia. Macri se propone finalizar la tarea, se discute el proyecto en la Legislatura de Neuquén y aparecen falsos opositores patronales a la reforma jubilatoria ¿Cómo deben actuar los parlamentarios revolucionarios en esta situación?
El MPN y su falsa oposición
Al perder las PASO en diputados, el MPN salió con todo su aparato a “ubicarse” como defensor de la jubilación, “No a la Reforma Laboral” “No a la armonización”. Hizo campaña electoral por izquierda. El abandono de estas consignas por parte del FIT, le dejó el terreno libre al partido gobernante, con consignas vacías como “la izquierda tiene que estar”.
Mientras el MPN pegaba en el reclamo más sentido. Fue así que presentó un proyecto de Ley para que “la caja se quede en Neuquén”: “Este proyecto de ley le otorga seguridad jurídica al actual régimen previsional y a los trabajadores neuquinos. Nosotros hemos sido firmes y muy contundentes cuando expresamos nuestra negativa a la armonización” (diputado Maximiliano Caparroz, jefe de la bancada oficialista).
El FpV hizo otro proyecto pero terminó uniéndose al del MPN, y junto a los diputados del FIT (Godoy-Jure) se votó por unanimidad el despacho para que sea tratado. El diputado del FIT, Raúl Godoy, dijo: “la votación de hoy es un paso importante que reclamaban todos los sindicatos estatales. Hubo movilizaciones masivas a esta Legislatura rechazando el traspaso del Instituto de Seguridad Social de Neuquén al ANSES, que obligaron a los diputados y diputadas a tomar el tema”. Según la Izquierda Diario el MPN se negaba a votar el despacho y luego que Godoy diera el debate durante dos horas se votó unánimemente.
¿El MPN se negó a votar su propio proyecto?, No, el FpV tenía otro que era más apoyado por las cúpulas sindicales, pero acordaron y votaron por unanimidad. Finalmente el 8 de Noviembre se aprobó en general la ley, en la Cámara de Diputados de la provincia, con 23 votos a favor y 5 votos en contra de diputados de Cambiemos.
¿Y el FIT?
La lógica que pretende expresar el PTS es que con más diputados hay más posibilidades de ganar y que podríamos convencer a los demás legisladores.
El FIT, en este caso PTS-PO, debieron al menos presentar un proyecto propio que vaya más allá de la defensa oportunista del MPN. Decirle con claridad a las conducciones sindicales (que nunca bajaron la consulta a la base de qué proyecto apoyar) que hay que luchar, realizar una huelga para frenar la armonización, exigirle al gobierno que corte los lazos con el ajuste provincial de nación. El mismo Gobierno que entregó Vaca Muerta a Chevrón, que reprime, que recorta el presupuesto en salud y vacía la escuela pública, que acuerda en dejar entrar la evaluación y la reforma educativa, no va a defender ninguna jubilación, solo quiere seguir manejando la plata de la caja como fuente de financiación electoral. El FIT criticó el accionar del MPN y el FpV en ese “debate” entre diputados, pero ha caído preso de las presiones del régimen una vez más, ya que de poco sirven esas “críticas” si como resultado se vota unánimemente el proyecto de los ajustadores. Esta lógica primó anteriormente, como por ejemplo, en el caso De Vido, una práctica que peligrosamente se vuelve habitual.
El MPN sale a propagandizar su oportunismo y ante los trabajadores no es el FIT quien defiende la jubilación de las garras de Macri, sino que se suma a la iniciativa del MPN.
El FIT se atemoriza y tiene pánico a caer antipático y cede a la presión de vanguardia teniendo los medios necesarios para explicar masivamente por qué no se debe ni se puede apoyar al MPN en esta maniobra, por qué no hay que tenerle ni un gramos de confianza y presentar un proyecto que le toque los intereses al capital, que rechace la armonización y que vaya por más, desnudando el carácter patronal del Gobierno ante los trabajadores.