La crisis política y social se agudiza en Brasil y el descontento con el gobierno de Dilma crece rápidamente. Frente a eso, tal como en otros países de Latinoamérica, los partidarios del PT salen a acusar de “derecha” a todos los que realizan críticas al gobierno. Reproducimos aquí el artículo del PSTU de Brasil respondiendo a este falso argumento.
La página web de Articulación de Izquierda (corriente interna del PT) publicó, días atrás, un artículo firmado por Bruno Cenci Marinotto, militante de esta corriente, que polemiza con una entrevista mía y me acusa de “hacerle coro al golpismo”.
También, en estos días, la revista Carta Capital, reflejando la campaña del PCO (Partido de la Causa Obrera), publicó en su web una nota donde afirma que el PSTU se sumó a la propuesta deimpeachment (juicio político)a la presidenta Dilma. En este artículo, quiero informar correctamente la posición de nuestro partido que, por desinformación u otra razón cualquiera, las dos publicaciones no lo hicieron.
Pero quiero también tratar de otras dos cuestiones, recurrentes actualmente en los debates en la izquierda: 1) ¿El gobierno de Dilma es un gobierno de “izquierda”? ¿Por eso estaría siendo atacado por la derecha? y 2) ¿Cualquier ataque al gobierno de Dilma implica “hacerle el juego” a la derecha? ¿Qué es “hacer el juego” a la derecha en el escenario político actual? ¿Cuál es la tarea de la izquierda brasileña en el momento político que vivimos?
La posición del PSTU
El PSTU no está proponiendo el impeachment a la presidenta Dilma. No queremos colocar en las manos de este Congreso Nacional, corrupto y controlado por el poder económico, la solución de la crisis vivida por el país. ¿Sacar a Dilma y colocar al vicepresidente Michel Temer (PMDB), o gente como Eduardo Cunha (PMDB-RJ), Aécio Neves (PSDB-MG) en su lugar? ¿Qué cambiaría?
Lo que nuestro partido propone es que los trabajadores se organicen y luchen para derrocar al gobierno de Dilma pero también a Aécio Neves, Eduardo Cunha, Michel Temer y toda esta gentuza. Todos fueron financiados por los banqueros y contratistas. Y están todos unidos para descargar la crisis económica a costa de los trabajadores, con ajuste fiscal y eliminación de nuestros derechos, para garantizar la ganancia de los bancos y de las grandes empresas nacionales y multinacionales.
Por otro lado, defendemos y llamamos a la CUT, a la CTB, al MST, etc., a que rompan con el gobierno de Dilma; que la Fuerza Sindical rompa con su apoyo a Aécio y a Eduardo Cunha, y que convoquen a la Huelga General, lo que ha sido defendida por la CSP-Conlutas. Una Huelga General que enfrente al gobierno del PT, Eduardo Cunha y la oposición burguesa, encabezada por Aécio y el PSDB, pues sólo así vamos a derrotar efectivamente al ajuste fiscal y a los ataques a nuestros derechos. Es por este camino que la izquierda debe unirse.
El PSTU defiende una alternativa obrera y socialista para el país. Un gobierno de los trabajadores, sin patrones y sin corruptos, que gobierne el país apoyado en las organizaciones y en la lucha de la clase trabajadora y del pueblo pobre, y no en congresos corruptos como el que tenemos hoy. Sólo un gobierno de esta naturaleza irá, en los hechos, a enfrentar los intereses del imperialismo, de los bancos y de las grandes empresas para cambiar el Brasil y hacer valer los intereses de los trabajadores y del pueblo pobre.
¿El gobierno del PT es de izquierda?
El escenario que los compañeros desean, donde el gobierno del PT es de “izquierda” y, por esto, es atacado por la derecha, no tiene nada que ver con la realidad del país. En primer lugar, porque este gobierno no es de izquierda. El PT sí tiene, orígenes en la izquierda brasileña pero hoy es necesario discutir cuál es su ubicación. Y su gobierno es una composición con los sectores fundamentales de la derecha brasileña. (…)
Los gobiernos petistas fueron los que más transfirieron dinero público a los bancos con el pago de la llamada “deuda pública”; ninguna privatización hecha por los gobiernos tucanos (PSDB), fue anulada.
Por el contrario, siguen las privatizaciones del petróleo y de Petrobras, de las carreteras, puertos y un largo etcétera. Para aplicar el ajuste fiscal exigido por los bancos y por las grandes empresas, los derechos de los trabajadores están siendo atacados duramente, (…). La recesión, que se agrava con las medidas de este ajuste fiscal ya causa cientos de miles de despidos de trabajadores; la inflación sube (miren el precio de la luz, del agua, de la gasolina, del gas); los intereses no paran de subir; y, como no podía dejar de ser, en esta situación, el valor de los salarios cae…
Es este cuadro el que explica la estrepitosa caída de la aprobación popular de la presidenta.(…)
Es, por lo tanto, absolutamente justa la rebelión de los trabajadores y el rechazo con que los mismos tratan a este gobierno.
¿Cómo clasificar de “izquierda” a un gobierno en el que la derecha participa y que hace todo lo que la derecha quiere? No es necesario sacar al PT del gobierno para atacar los derechos de los trabajadores ni para imponer una “agenda conservadora” al país. Todo esto ya está siendo hecho y no es contra el gobierno del PT: es con el gobierno petista que aplica religiosamente la política de los bancos y de las grandes empresas.(…)
Algunos compañeros de la izquierda petista, sabiendo de las contradicciones aquí apuntadas, hablan que es necesario defender al gobierno y, al mismo tiempo, exigirle que rompa con los bancos y grandes empresarios y aplique un programa que regrese a los intereses de los trabajadores. Doce años atrás, cuando Lula asumió, estos mismos compañeros decían que “el gobierno estaba en disputa” y que sería necesario “presionarlo” para ganarlo hacia el lado de acá. ¡Doce años! Y las cosas sólo empeoraron desde entonces para los trabajadores. (…)
Otro lado de este escenario es la discusión sobre el impeachment. A pesar del alarde hecho en la gran prensa sobre esta propuesta, hasta ahora ningún representante de sectores fundamentales de la burguesía se pronunció a favor de ella (sin hablar del apoyo explícito de Barack Obama a la presidenta Dilma). (…)
¿Esto puede cambiar? Puede que sí, y es importante registrar eso. Si Dilma pierde el control del movimiento de masas (la indignación y las movilizaciones de los trabajadores no paran de crecer en el país) y no consigue el apoyo necesario en el Congreso para seguir profundizando el ajuste fiscal y para colocar al día la economía, el gobierno puede perder la “utilidad” que ha tenido hasta aquí para los bancos y grandes empresarios. Un cuadro así podría llevar a sectores fundamentales del empresariado, a rever su posición actual contra el impeachment.
¿Quién está haciendo el juego a la derecha?
Es vox populi en los sectores que apoyan al gobierno que cualquier ataque al gobierno del PT, implica hacer el “juego a la derecha”. Se trata de un recurso polémico, muy usado por el estalinismo en el pasado, para rebatir cualquier crítica a las burocracias que gobernaron la antigua Unión Soviética y varios países del Este europeo. Funcionó en gran medida pero, como se vio después, estaban tratando de engañar a los trabajadores y defendiendo lo indefendible. (…)
Regresando a los días actuales, hacer el juego a la derecha no es llamar a los trabajadores a luchar para derrocar al gobierno del PT y, junto con él, toda esta gentuza desde Aécio Neves a Temer y Eduardo Cunha. Se trata de una necesidad de los trabajadores para derrotar el ajuste fiscal, parar los ataques a sus derechos y para postular una alternativa de nuestra clase para gobernar el país.(…)
La izquierda hace el juego a la derecha cuando defiende este gobierno, cuando llama a movilizaciones para intentar blindarlo contra la “derecha” (entre comillas porque gran parte de la derecha está dentro del gobierno, sin hablar del programa que el gobierno aplica en el país). Defender a este gobierno le hace el juego a la derecha porque empuja a la clase trabajadora (que repudia, con toda razón, al gobierno petista) en los brazos de la oposición burguesa, encabezada por Aécio Neves. (…)
Es necesario romper con el gobierno y convocar a una Huelga General
Las organizaciones de los trabajadores que quieren luchar efectivamente contra la derecha y los ataques que hacen a los derechos de los trabajadores y los intereses del país necesitan romper con el gobierno petista. Este gobierno es la punta de lanza de estos ataques, que son hechos para atender a los intereses de los bancos y de las grandes empresas. Defendemos que la CUT, la CTB, el MST, etc., rompan con el gobierno de Dilma; que la Fuerza Sindical rompa con su apoyo a Aécio y Eduardo Cunha, y que convoquen a la Huelga General que ha sido defendida por la CSP-Conlutas.(…)
Y es por este camino que la izquierda precisa unirse para defender a los trabajadores y crear condiciones para presentar una alternativa al país. El PSTU defiende que esta alternativa sea de clase y socialista, un gobierno de los trabajadores, sin patrones y sin corruptos.